Uno ya habló en su momento, comentando su viaje a Berlin, de las
dudas acerca de la eticidad de la supuesta única Galería de arte libre de Berlin, la famosa
Kunstahus Tacheles, resto de la filosofía
squat y la cultura
underground de final del siglo pasado.
Ayer
El País certificaba el comienzo del tan anunciado fin de la
Tacheles. Un fin menos heroico que lo que algunos de sus habitantes esperaban cuando la visitamos. Un millón de euros han bastado para que la mitad de los inquilinos actuales se vaya sin hacer ningún ruido. Los que quedan me temo que no serán enterrados bajo un alud de fuerzas represivas del Estado sino que llegarán a algún otro tipo de pacto con la institución de rigor.
Así acaba cierta izquierda...