29 de abril de 2012

Solzhenitsyn y el exceso (V): el zarismo como paraíso perdido


La topología de Archipiélago Gulag se ve sacudida por otro exceso: la conversión del régimen zarista en una especie de "paraíso perdido" donde la represión era insignificante, se gozaba de libertades que los bolcheviques luego suprimieron y, aunque no se atreve a afirmarlo más que ocasionalmente, de pasada, sin ruido, el nivel de vida de la población era superior.

Uno de los ejemplos quizás más sangrantes de esta legítima pero difícilmente digerible reevaluación del zarismo lo hallamos en el asunto de la apliación de la pena de muerte.

Escribe Solzhenitsyn:

"Pues claro que había tribunales que juzgaban y condenaban a muerte, pero no debemos olvidar que además, paralela e independientemente de ellos, discurría por sus propios derroteros la represión extrajudicial. ¿Cómo hacernos una idea de su envergadura? En su popular exposición divulgativa sobre las actividades de la Cheká, M. Latsis nos da unas cifras referidas solamente a año y medio (1918 y la primera mitad de 1919) y que abarcan tan sólo veinte gubernias de la Rusia central («las cifras que presentamos aquí distan de ser completas», una parcialidad que quizá pueda deberse a esa modestia tan propia de los chekistas). Estos son los datos: fusilados por la Cheká (es decir, extrajudicialmente, al margen de los tribunales), 8.389 personas (ocho mil trescientas ochenta y nueve); organizaciones contrarrevolucionarias descubiertas, 412 (una cifra quimérica si tenemos en cuenta nuestra secular incapacidad para cualquier clase de organización, además del desánimo y la falta de cohesión entre la gente que caracterizan aquellos años); detenidos en total: 87.000 (esta cifra, en cambio, huele a rebaja).
¿Hay algo con lo que podamos confrontar estos datos? En 1907 un grupo de activistas sociales publicó una recopilación de artículos titulada Contra la pena de muerte (dirigida por Ghernett). Contenía una lista de todos los condenados a muerte entre 1826 y 1906. Los redactores concedían que la lista no era completa (aunque no presenta más lagunas que los datos recogidos por Latsis durante la guerra civil). La relación aportaba 1.397 nombres, de los que había que descontar 233 (por conmutación de pena) y los 270 que seguían con orden de busca y captura (principalmente, insurgentes polacos que habían huido a Occidente). Quedaban, pues, 894 personas. Teniendo en cuenta que dicha lista cubre un periodo de ochenta años, la cifra es 255 veces menor que la de los chekistas, quienes, además, incluyen menos de la mitad de las gubernias (y encima no tienen en consideración los abundantes fusilamientos del Cáucaso Norte y del Bajo Volga). Cierto que los autores de la recopilación dan a continuación una segunda cifra, esta vez estimada (seguramente de manera que corrabore sus propósitos), según la cual fueron condenadas a muerte (aunque ello no implica que fueran ejecutadas, porque con frecuencia se concedían indultos) 1.310 personas tan sólo en el año 1906. Se trataba precisamente del momento en que la famosa reacción de Stolypin cobró más intensidad (en respuesta a un terror revolucionario que se había desbordado). Sobre este periodo existe además otra cifra: 950 ejecuciones en seis meses. (La época de los consejos de guerra de Stolypin duró exactamente eso: seis meses justos.). Resulta horrible decirlo, pero para unos nervios tan templados ya como los nuestros la cifra se queda corta, porque si calculamos la cantidad que correspondería a la Cheká en medio año, nos seguiría dando el triple, y eso sólo en veinte gubernias, y además sin contar el resto de juicios y tribunales que también dictaban condenas a muerte." (p356)

La validez de la comparación se aviene poco con el sentido moral que debería impregnar íntegramente el texto: en cierto sentido, la diferencia cuantitativa no tiene porqué ser cualitativa cuando se habla de magnitudes que superan lo aleatorio o lo anecdótico.
El problema surge cuando, además, se manipulan las cifras o, mejor, simplemente se seccionan y recontextualizan de forma interesada sin que la exigencia de un alto sentido moral lleve a dar cuenta del motivo de esta interpretación.
Varias decenas de páginas más adelante, sentadas ampliamente las bases de la criminalidad extraordinaria del régimen bolchevique, Solzhenitsyn no tiene empacho en reconocer, cosa que podía haber hecho antes, que la cifra de ejecutados por el régimen zarista entre 1905 y 1908 fue de ¡2200! (p512), una cantidad sensiblemente superior a la que citó inicialmente para comparar su criminalidad con la del bolchevismo y en un lapso de tiempo lo suficientemente breve como para que se aproximara a los estándares de la sangrienta Cheka. Es evidente que si en el primer fragmento hubiera suprimido el periodo 1826-1906 por el de 1905-1908 la distancia no hubiera sido tan increíblemente beneficiosa para el benigno y tolerante zarismo.

Nota: Como muestra de esta relectura del zarismo como régimen tolerante (solo le falta decir democrático) encontramos esta extraordinaria apostilla a una carta cruzada entre Korolenko y Gorki: "Korolenko escribía a Gorki el 29 de junio de 1921: «Algún día la Historia dirá que la revolución bolchevique reprimió a los socialistas y a los revolucionarios sinceros con métodos idénticos a los del régimen zarista». ¡Ojalá hubiera sido así! Habrían sobrevivido todos. (sn)" (p59).

26 de abril de 2012

Solzhenitsyn y el exceso (IV): nazismo y bolchevismo



Comparar el nazismo con el bolchevismo/comunismo es pertinente siempre y cuando se sea cuidadoso con los parámetros respecto a los cuales se realice. No es lo mismo encarar ambos entramados ideológicos que las prácticas de los respectivos regímenes políticos, sus políticas educativas, sus producciones artísticas, etc. Pero Solzhenitsyn, preocupado por mostrar la verdadera realidad del totalitarismo bolchevique, no es cuidadoso al ponerlos en la balanza y desatiende los matices para no poner en riesgo su fantasmática. El problema es que, inadvertidamente, esa falta de atención al detalle acaba volviéndose en su contra y su empeño en aseverar el carácter criminal del bolchevismo, asimilándolo al nacionalsocialismo, es tan furibundo que, en ocasiones, comete grave e inadmisible imprudencia de ver una criminalidad mayor en el comunismo y exculpar al nazismo.


Tres ejemplos de esta comparación poco atenta a trazo fino y que acaba en afirmaciones esperpénticas:

a) La comparación entre la Gestapo y el MGB (antecedente del KGB):

"Es imposible evitar la comparación entre la Gestapo y el MGB: hay demasiadas coincidencias, tanto en los años como en los métodos. Más natural aún es que las comparen quienes han pasado por la Gestapo y por el MGB, como Yevgueni Ivánovich Dívnich, un emigrado. La Gestapo lo acusó de actividades comunistas entre los obreros rusos de Alemania; el MGB de contactos con la burguesía mundial. Tras comparar, Dívnich saca una conclusión desfavorable para el MGB: aunque en ambas partes torturaban, la Gestapo buscaba la verdad y, cuando la acusación quedó refutada, soltaron a Dívnich. El MGB no buscaba la verdad y cuando agarraba a uno no estaba dispuesto a soltarlo de sus garras (sn)." (p179-180)

Sabemos que al Departamento IV-B de la Gestapo dirigido por Eichmann la verdad no le interesaba en demasía, que sus métodos eran distintos, radicalmente distintos, de los del MGB y que auqellos judíos que caían en sus garras difícilmente se les soltaba en otro lugar que no fuera Auschwitz. Solzhenitsyn debería haberlo sabido y no dar pábulo a la opinión de Dívnich que hace suya. Tampoco otras secciones de la Gestapo se distinguieron por hacer de la investigación criminal y la búsqueda de la verdad su estandarte. Tan sólo la Kripo (Policía criminal) dirigida por el problemático Arthur Nebe (exterminador de judíos y conspirador antinazi al mismo tiempo) podía exhibir, con matices, esa pátina de respetabilidad. Que en una comparación como esta sea la Gestapo la que salga beneficiada dice poco de la objetividad de Solzhenitsyn.

b) La atribución del exterminio de más de dos millones de soldados soviéticos prisioneros de guerra en campos de prisioneros alemanes al propio Stalin y no al régimen nazi.

"De aquí y de allá van llegando poco a poco las explicaciones: la URSS no reconoce la firma de Rusia en la Convención de la Haya sobre prisioneros de guerra, por tanto no contrae ninguna obligación respecto al trato de los prisioneros, ni exige ninguna protección para los suyos capturados por el enemigo. La URSS no reconoce a la Cruz Roja Internacional. La URSS no reconoce a sus soldados de ayer: no le trae cuenta socorrerlos en el cautiverio (sn)." (p257)

La mayoría de los historiadores más documentados y ecuánimes de ese período sostienen que si más de dos millones de soldados soviéticos murieron de inanición en los campos alemanes durante los dos primeros años de la contienda no fue sólo, ni primordialmente, porque la URSS se desentendiera de ellos. Debe atenderse a una primera circunstancia: un ejército en desbandada y diezmado en los primeros meses y un régimen que se tambaleaba, difícilmente podían hacer mucho por sus prisioneros de guerra. Es difícil imaginarse a los trabajadores soviéticos en las fábricas de los Urales confeccionando paquetes de ropa, o alimentos, para los prisioneros cuando apenas pueden suministrar armas a sus combatientes (se dice que en Stalingrado, en algunos momentos, llegó a haber un fusil para cada diez soldados...). Por otro lado, aunque no hubiera sido así, los historiadores convergen en afirmar que la decisión de no hacerse cargo de los prisioneros soviéticos amparándose en que la URSS no había firmado la convención de La Haya, existió desde los primeros tiempos de la invasión alemana. La justificación encubre una decisión política que Raoul Hillberg ha documentado con claridad (hasta el extremo de demostrar que la muerte de millones de prisioneros de guerra se debió a la decisión de no alimentarlos y que, por ejemplo, también hubo un plan para exterminar a todos los soldados prisioneros de origen judío y sospechosos de simpatías bolcheviques, La destrucción de los judíos europeos, p366ss). Solzhenitsyn debería haber evaluado esta posibilidad antes de adjudicar tan taxativamente el crimen y eximir de él a unos nazis que, en su narración, se comportan extraordinariamente bien (!) con los prisioneros de guerra occidentales porque sí que habían firmado la Convención.

c) Finalmente, por lo patético, cabe citar, por ejemplo, la descripción de las vicisitudes del renegado Kaminski, SS-Brigadeführer y jefe de la SS Sturmbrigade R.O.N.A (Brigada de Liberación Nacional Rusa de las SS) que ilustra hasta qué punto el feroz anticomunismo puede llevar a cometer no sólo inexactitudes, valoraciones poco ajustadas a la realidad sino también evaluar moralmente de manera reprobable.

"La brigada de Kaminski, formada en Lokot, en la región de Briansk, se componía de cinco regimientos de infantería, un grupo de artillería y un batallón de tanques. En julio de 1943 se encontraba en una franja del frente cercana a Dmitrovsk-Orlovski. En otoño uno de sus regimientos defendió firmemente Sevsk hasta perder el último hombre: las tropas soviéticas remataron a los heridos y al jefe del regimiento lo llevaron a Ostras, atado a un tanque, hasta matarlo. Cuando la brigada hubo de retarse de Lokot, su región natal, lo hizo en una sola columna, con sus «millas y sus carros, formando un éxodo de más de cincuenta mil personas (¡ya podemos imaginarnos cómo peinaría el NKVD esta región autónoma antisoviética nada más entrar en ella!). Más allá de Briansk les aguardaba un largo y amargo periplo: esperaron en forma humillante a las puertas de Lepel, los utilizaron contra los guerrilleros y más tarde tuvieron que replegarse a la Alta Silesia, donde Kaminski recibió la orden de aplastar la insurrección de Varsovia y no fue capaz de desobedecer (sn). Partió con 1700 hombres solteros que llevaban uniforme soviético y brazaletes amarillos. Así era como entendían los alemanes todas esas escarapelas tricolores, el campo de San Andrés y la efigie de San Jorge Victorioso. Entre el ruso y el alemán era imposible que hubiera traducción, ni comunicación, ni entendimiento." (p304)

Solzhenitsyn olvida en su bucólica descripción que el "pobre" Kaminski se distinguió por su crueldad en la represión del levantamiento de Varsovia: saqueos, violaciones, ejecuciones en masa, torturas, asesinatos de mujeres y niños... Fue ejecutado por las propias SS por
crímenes de guerra (!) a instancias de Bach-Zelewski, el SS-Obergruppenführer encargado de dirigir la represión, aunque este episodio está por establecer indudablemente ya que, según otras fuentes, fue asesinado por orden de Himmler. 

Para hacerse una idea de las implicaciones morales de la benévola estampa ofrecida por Solzhenitsyn, otro escritor de menor talla pero algo mejor informado hace una breve reconstrucción de la figura de Kaminski algo más ajustada a lo que los historiadores han reconstruido. Se trata del celebrado (!) y sensacionalista Sven Hassel que en Commando "Reichsführer" Himmler escribe:


"La carencia de formación militar del llamado teniente coronel Oskar Dirlewanger y del maestro de escuela ucraniano Miczyslaw Kaminski eran compensadas por una inimaginable rivalidad de terribles crueldades. Incendiando y asesinando como salvajes, las brigadas SS de estos dos forajidos avanzaban hacia el centro de Varsovia. Todo cuanto se encontraba en su camino -polacos e incluso alemanes del Ejército- era exterminado.
Dos pirámides de cabezas cortadas señalaban el Cuartel General de Kaminski. En cuanto a Dirlewanger, coleccionaba manos cortadas. Horrorizado, el general Hans Guderian, mayor general del Ejército, protestó cerca de Hitler y exigió no sólo la retirada inmediata de Varsovia, de las Brigadas SS, sino también la comparecencia, ante un Consejo de guerra, de sus dos jefes. De lo contrario, el general Guderian amenazó con presentar su dimisión en el propio campo de batalla.
El jefe de brigada SS Fegerlein, pariente de Eva Braun, amante de Hitler, informó también a Hitler que los sádicos individuos reclutados por Dirlewanger y Kaminski eran, simplemente, criminales de Derecho común, y que sus acciones superaban, en horror, a todo cuanto habían visto en las guerras precedentes. Si no se ponía fin a tales cosas, éstas arrojarían una mancha indeleble sobre el honor del Ejército alemán.  
A regañadientes, Hitler accedió y ordenó a Himmler la retirada de las dos Brigadas, que serían remplazadas por una División de Waffen SS. Sólo entonces aceptó capitular el general Bor-Komorovski. Pero Himmler mantuvo secretamente a sus órdenes a ambas Brigadas. 
El oficial SS Morgen, encargado, por el Consejo de guerra, de efectuar una investigación sobre los antecedentes de Kaminski y de Dirlewanger, desapareció sin dejar rastro
. El 23 de diciembre de 1944, una bala, disparada, sin duda, por orden de Himmler, dio muerte a Kaminski, el cual se había convertido en un testigo incómodo. En cuanto a Dirlewanger, fue hecho prisionero, a finales de febrero de 1945, por los partisanos polacos, quienes lo asaron a fuego lento." (p383).

Del cruel asesino Kaminski de Hassel al Kaminski perseguido por los bolcheviques que salva a sus fieles del exterminio y que no es capaz de desobedecer la orden de aplacar la insurrección de Varsovia en la que, al parecer y con lo prolijo en detalles que es Solzhenitsyn, no sucedió nada digno de mención que no fuera una batalla militar, media demasiado moralmente hablando por no entrar en cuestiones de conocimiento histórico...

Tres muestras más de los excesos de Solzhenitsyn.

24 de abril de 2012

Apostilla a por qué a uno le traen sin cuidado tanto la república como la monarquía


Por si acaso, conviene dejar claro que uno ni ha sido ni será nunca, probablemente, monárquico. Es sólo que a pesar de que el republicanismo puede ser estéticamente, y de alguna manera también éticamente, preferible no vale la pena gastar un ápice de energía en su implantación habiendo otros asuntos más importantes y urgentes relacionados con la justicia social que no pueden quedar postergados por una "reforma" (y uno siempre es partidario de todas aquellas que aligeren el sufrimiento) que en muy poco atañe a los padecimientos cotidianos de los seres humanos.

Ni siquiera el manido disfraz de la mejora en transición hacia el socialismo o la utopía debe ser tenido en cuenta para justificar el gasto de tiempo en esta reforma. Es como el caso del nacionalismo: la lucha por la independencia, o la unión, váyase usted a saber, no hace más que ocultar los problemas más acuciantes. En ambos casos de trata de auténticos "opios del pueblo" que contaminan con pseudoproblemas a la izquierda.

Así, los ejemplos históricos que prueban que la autodeterminación no entraña ningún camino de mejora hacia la una mayor equidad, democracia o justicia social, dogma en el que sigue anclada por ejemplo en Catalunya la izquierda "realmente existente", los podemos encontrar en las antiguas repúblicas soviéticas, Croacia o Eslovenia. Y, por contra, algunos de los países con mayor equidad social, libertades civiles y democracias más participativas, en el Norte de Europa, con lo que cabe concluir que la forma institucional de revestimiento del poder político es una variable insignificante, son monarquías...

23 de abril de 2012

¿Monarquía o república?


El, para uno, insustancial debate "¿monarquía o república?" - por lo menos por lo que hace al punto de vista de la justicia social, el cambio de modo de producción y distribución de los recursos o incluso la profundización de la democracia (no se ve que en Brasil, Indonesia, Cuba o Mexico en ésta tenga incidencia alguna la opción republicana) - que se ha vuelto a atizar mediáticamente en este país en las últimas semanas, parece estar aquejado de falta de sentido del humor, distancia histórica y sentido común.

En El País de hoy John Carlin, con su agudeza habitual, ha puesto un cuerdo granito de arena en este debate mistificado diciendo con más gracia y menos enrevesamiento algo de lo que uno tenía pensado y mucho más:

"El rey ha caído en el desprestigio —si lo hemos entendido bien— debido a la percepción de que, mientras cinco millones de sus súbditos están en el paro, él se está dando la gran vida; tocando el violín, como Nerón, mientras la ciudad arde. Bueno, vale. Pero darse la gran vida es lo que los reyes hacen; es lo que esperamos de ellos, ¿no? Irse de safari a coleccionar trofeos para adornar las paredes de sus palacios es lo que han hecho toda la vida. ¿O acaso queremos que, para demostrar solidaridad con el pueblo, nuestro rey se mude a una urbanización con piscina compartida en las afueras de Madrid y se pase el otoño sus días encerrado en casa viendo programas de cotilleo —o documentales de animales africanos— en la televisión?
Si hubiera pagado el viaje con dinero de nuestros impuestos sería, quizá, otra cosa pero, según se entiende, fue a Botsuana invitado por un amigo árabe. El rey no dispone de los recursos propios para poder darse semejantes lujos. Comparado con otros monarcas vive en la más elemental austeridad. Su sueldo, como se reveló hace poco, no supera los 300.000 euros al año, antes de impuestos. O sea, podríamos pagarle a él y a sus herederos durante un siglo con lo que le costó al Real Madrid el verano pasado el fichaje de Fabio Coentrão, o durante dos con lo que desembolsó el Barcelona hace tres años por Ibrahimovic.
Y olvidémonos del inescrutable mundo de los fichajes. El sueldo de Coentrão debe de superar al del rey de España por un factor de, al menos, seis; los de Messi o Cristiano por un factor de 33. Es verdad que Messi y Cristiano han llegado a donde han llegado por méritos propios y se les paga lo que las leyes del mercado determinan. El placer y la satisfacción y la sensación de gloria compartida que nos ofrecen tienen su recompensa financiera. Lo que ofrece el rey puede que sea más difícil de medir pero si es verdad, como dijo Mariano Rajoy esta semana, que es un gran “embajador” para España, que su prestigio es un factor unificador en el mundo de habla hispana, pues igual el sueldo que le pagamos es una ganga.

Además, los supuestos excesos del rey son poca cosa al lado de los de nuestros grandes futbolistas. Ellos acumulan flotas de lujosos coches, viven en espectaculares mansiones, salen con mujeres que lucen vestidos que valen más de lo que cuesta un viaje al sur de África, pero a nadie se le ocurre que derrochar dinero de esta manera en tiempos de crisis es un escándalo o, incluso, de mal gusto. Con tal de que se trate de un jugador de fútbol y no un rey."

21 de abril de 2012

Solzhenitsyn y el exceso (III): los peligros del anticomunismo primitivo



Hay un exceso excesivo en Archipiélago Gulag que acaba favoreciendo el menosprecio de la obra y la crítica fácil, al igual que la entrega acrítica y su ensalzamiento santurrón: el anticomunismo primitivo.

El anticomunismo elemental es, habitualmente, una forma fanática y demonizadora de encarar la discusión crítica con esta ideología. No se diferencia en mucho del antisemitismo o el anticristianismo. Como cualquier fundamentalismo simplista y maniqueo busca nivelar, aplanar y esquematizar sin dejar resquicio alguno a la heterogeneidad, la diferencia, el detalle, el matiz o, más calaramente, la racionalidad.

Por muy comprensible que pueda resultar el anticomunismo de Solzhenitsyn, en atención a su biografía y a las circunstancias históricas, lo cierto es que impregna de tal manera su interpretación de los acontecimientos históricos que incurre en groseras comparaciones, deplorables valoraciones y  tergiversaciones o, más benevolamente, errores.

Tres serían, a ojos de uno, las colosales equivocaciones históricas y morales que ponen en entredicho la fuerza moral del libro:

a) la equiparación entre bolchevismo/comunismo y nazismo;
b) la comparación entre el zarismo y el régimen soviético; y
c) la comprensión de la historia del régimen soviético como una totalidad homogénea.

En estos tres espacios, el feroz anticomunismo de Solzhenitsyn parece cegarle e inducirle a cometer errores difícilmente disculpables y que empañan, en opinión de uno gravemente, la dimensión ética de la obra.

Así, equipara sin matices nazismo y bolchevismo/comunismo (una comparación que puede ser realizada sin problemas en términos de política empírica pero que debe ser muy matizada en términos ideológicos) proyectando una valoración positiva del nacionalsocialismo en el fiel de la balanza comparativa para forzar la apreciación de la brutalidad del estalinismo. Compara zarismo y estado soviético con una indisimulada benevolencia hacia el primero basada, a veces, en valoraciones cuantitativas cuya ejemplaridad rehúsa conceder al régimen bolchevique. Y, finalmente, interpreta diacrónicamente el régimen soviético como un bloque compacto, homogéneo y solidario en la perpetración de una empresa criminal aplanando, al mismo modo en que cierta izquierda "radical" hace con los régimenes burgueses al no diferenciar entre democracias, autoritarismos y totalitarismos, las diferencias en beneficio de aquello que es común.

19 de abril de 2012

Paul Cahill y Jordi Alsina


El correo deja noticias de dos amigos que no pueden sino dejarle a uno buen sabor de boca.

Por un lado, Jordi Alsina ha reunido antes del plazo previsto más de 2000 euros mediante el sistema de micromecenazgo de Verkami con lo cual su ensayo sobre la música cretense verá la luz pronto. Felicidades Jordi. Parece que las lesiones sufridas durante su aprendizaje como alumno del que escribe no le impedirán, finalmente, formar parte de la República de las Letras como ciudadano de pleno derecho. No es mucho, pero de cuantas más repúblicas sea uno ciudadano mejor.

Por otra parte, esta semana Paul Cahill participa en un Congreso en Kentucky con una ponencia titulada "Of Birds and Verbs: Memory, Suffering, and Disaster in Spanish Holocaust Poetry of the New Millennium" en la cual dedica unas páginas incisivas y halagadoras a Del Tercer Reich y, más concretamente, al poema "La mirada" que ocupa su atención junto a "(Porque sólo soy verbo)" del libro de Jorge Urrutia El mar o la impostura y "Memoria de un mínimo desastre" de Antonio Crespo Massieu pertenciente a Orilla del tiempo. Magnífica compañía, no cabe duda. Cuando el artículo haya sido publicado le pediré permiso para reproducirlo por aquí. Gracias Paul.

Nota: no menos relevante, en cierto sentido, que el hecho de que Paul sepa leer muy bien y trate con respeto y esprit de finesse un texto como Del Tercer Reich, es que me ha invitado a unirme a una liga internacional de Fantasy Football que un conocido suyo está, al parecer, organizando. Para un freakie apasionado de este deporte como soy, la oportunidad  de participar en una liga de fantasía es un motivo de alegría. También por esto, gracias Paul.

18 de abril de 2012

Solzhenitsyn y el exceso (II): desbordando el género


Respecto a los excesos internos de Archipiélago Gulag, a su autodesborde, a su implosión narrativa, a su quebrantamiento de pactos y convenciones novelescas, a su continuo cambio de perspectivas, tiempos, sucesiones y lógicas, a su polifonía heterogénea no cabe decir que sean novedosas, rupturistas o geniales sino, justamente, que son excesivas.

Es excesivo, en un sentido "positivo", el autodesbordamiento: el ir más allá de las intenciones confesadas. No es, en realidad, algo extraño el fracaso del propósito, la imposibilidad del autocumplimiento. Se podría decir que es inherente al género y a cualquier escritura: traicionarse a sí misma, desbordarse, sobrepasarse, no ceñirse a sus propios principios. En el caso de Solzhenitsyn esta traición es un exceso inseparable de su propósito. No osa escribir una historia del Archipiélago" porque "no me ha sido dado leer la documentación pertinente" pero la emprende y se deja llevar por la lógica del relato histórico con sus antecedentes, causas y consecuencias y busca su lógica intrínseca, como si fuera historiador, encontrándola ora en la ideología bolchevique, ora en la naturaleza humana.

Excesiva es, también, su implosión narrativa: cómo las exigencias del relato histórico, de la reconstrucción de la lógica interna del Gulag, se imponen sobre la narración pura deteniéndola, ralentizándola, embrollándola, hasta el punto que a algunos les resulte plúmbea la lectura de un caso tras otro, un proceso tras otro, una condena tras otra.

Excesivo, por supuesto, la puesta entre paréntesis del pacto de ficción ("En este libro no hay personajes ficticios ni sucesos imaginarios... En aquellos casos en que no se citan nombres, se debe únicamente a que la memoria humana no los retuvo. Todo ocurrió como se relata") que obliga al lector a profesar una fe ciega en que lo que se relata sucedió, en efecto, exactamente tal y cómo se relata.

Excesivo, cómo no, el continuo cambio de perspectivas: el narrador homodiegéticoque se transforma en heterodiegético y pasa, a veces sin solución de continuidad, a omnisciente. El narrador se sitúa, al tiempo, como testigo de los hechos vividos en propia carne, como cronista y recopilador del testimonio de otros que le preceden y de otros contemporáneos, como conocedor del destino de muchos de los personajes que desfilan por la trama y que se limita a relatar, como evaluador moral, como documentalista, como erudito, como historiador, etc.

Excesivo, finalmente, los traslados en el tiempo, las interrupciones, el ir y venir por la geografía física y espiritual del Gulag y de la URSS y la heterogenidad polifónica: las voces de fiscales, jueces, dirigentes bolcheviques, abogados defensores, chekistas, eseristas, patriarcas y metropolitanos, torturadores, policías, asesinos, víctimas, hijos de víctimas, familiares de víctimas...

17 de abril de 2012

Un poema de David Eloy Rodríguez: "La poesía vista desde el espacio"


Hace unos días, en el Blog de Viktor Gómez encontré esta pequeña joya de David Eloy Rodríguez:

"La poesía
vista desde el espacio
se ve
chiquitita

.../...

todo lo que brilla
de verdad
es tan pequeño"

13 de abril de 2012

Solzhenitsyn y el exceso (I)


Concluyendo el primer volumen de Archipiélago Gulag, la palabra que más le viene a uno a la mente para describir esta obra es "exceso". No se trata de que en este término se condense la naturaleza de las páginas de la obra de Solzhenitsyn. No resume ni sintetiza nada. Ni tan sólo la distingue críticamente. Únicamente, como lector, es la que merodea cuando trato de objetivar su recepción y enunciarla públicamente.

Exceso triple, tres excesos, triplemente excesiva.

Exceso formal y material, novelesco y literario: exceso, por así decirlo, interno.

Exceso formal por el acopio de recursos de los que debe servirse para representar un terror y un horror que sobrepasan cualquier forma. Exceso material por su desmesura. Exceso novelesco porque transgrede y supera los pactos y las convenciones del género aunque parta de ellos. Exceso literario porque es literatura y, al tiempo, más que literatura o, al menos, más que literatura en ese sentido restringido de la "Ficción" de Genette, por ejemplo: es documento histórico, recopilación memorial, archivo, acta notarial, levantamiento de testimonio... La obra de arte, el texto literario en este caso, en lo que tiene de irreductiblemente cognoscitivo va más allá de cualquier intento de restringirlo a la autorreferencia: el arte entra en relación con la verdad, una relación sin la cual la comprensión de aquél, dicho sea de paso, queda sensiblemente mermada.

Exceso ideológico, crítico. Exceso fronterizo.

Exceso de anticomunismo primitivo y elemental, de anticomunismo visceral que recuerda mucho al antiamericanismo trivial que la intelligentsia izquierdista europea ha cultivado como seña de identidad desde los años cincuenta del siglo pasado. Un exceso que conduce a Solzhenitsyn a realizar valoraciones históricas difícilmente digeribles, a simplificar, manipular o interpretar sesgadamente algunos hechos históricos y algunos documentos.

Exceso del objeto de la representación. Exceso del fenómeno totalitario. Exceso externo.

Exceso del totalitarismo que Solzhenitsyn intenta retratar y documentar para que no caiga en el olvido pero también para comprenderlo y poder domarlo y que otorgan a su obra una parte, la primera, del elevado juicio que a Vargas Llosa le merece la obra según consta en la portada: "La fuerza documental y moral de esta obra no tiene paralelo en la historia moderna". Sin Archipiélago Gulag el exceso criminal del totalitarismo bolchevique y estalinista habría sido menos accesible, más tergiversable, más eludible. Gracias a él eso no ha podido acontecer y cabe esperar que no suceda en el futuro y que la memoria de este exceso incalculable permanezca razonablemente vigente.

12 de abril de 2012

Rozando lo moralmente criminal


Hoy en los medios:

"Ana González y Santos Pérez, de 73 años y 79 años de edad, respectivamente, podrán dormir a partir de ahora tranquilos. La entidad financiera Banca Cívica les notificó hace un año el inicio del proceso de desahucio de su vivienda. Pero, finalmente, ha aceptado dejar que el matrimonio, con una nieta y un hijo dependientes a cargo, pueda quedarse en su casa en régimen de alquiler social, de unos 150 euros mensuales.

(...)

El proceso de desahucio se produjo porque el matrimonio, que además de hacerse cargo de una nieta con minusvalía psíquica tiene a un hijo ingresado en una residencia por total dependencia después de sufrir un accidente de coche, avaló la hipoteca de uno de sus hijos con su propia casa, pagada desde hace años."

http://www.lavanguardia.com/vida/20120412/54283712245/ancianos-desahuciados-podran-quedarse-alquiler.html

Gracias a las acciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca el desahucio se ha sustituido finalmente por este desvalijamiento "social".

El comportamiento de este banco, como el de prácticamente toda la banca, una vez más, es "moralmente criminal".

11 de abril de 2012

Memoria de Saint Andrews (VI): Derrida, Bolaño y Azorín


17 de julio de 2011. Primera parte.

Debería decir que despertarse en una casa victoriana tiene algo especial pero, en realidad, es sólo la búsqueda del embellecimiento y el empeño en literaturizar la propia existencia para comprenderla como obra de arte la que puede llevarle a uno a creerse que es así. En realidad, no difiere en nada de hacerlo en un apartamento minúsculo en, pongamos por caso, Sevilla. Es cuando estás rezongando entre las sábanas, cuando Clàudia y Marc empiean a revolver la casa y, con tono de perplejidad, relacionan los objetos singulares que hallan, y el cerebro finalmente reacciona e impone la vigilia, que el placer de estar sin trabajar y la llegada de datos sensoriales cualitativa y cuantitativamente distintos a los inputs habituales te llevan a buscar un modelo de inteligibilidad en el que integrarlos. Es entonces cuando la literatura y el arte te proporcionan una serie de modelos flexibles, gratos, significativos y embellecedores que uno coge al vuelo: levantarse en una casa victoriana, ah!...

Desayuno continental (falta The Times) y un rato en el patio trasero rodeados de los frondosos rosales del patio del otro habitante de la planta baja de la Villa con la vista puesta en los cedros que sobresalen del cuidado seto que separa la casa de enfrente de la nuestra. Cielo azul y nubes exactas, que pasan a gran velocidad. Sol en Escocia. Un rato para leer. Me he traído El Tercer Reich de Bolaño, Sobre un tono apocalíptico adoptado recientemente en Filosofía de Derrida y Las confesiones de un pequeño filósofo de Azorín. Tres lecturas pensadas, ante todo, como pasatiempo. Un poco más enjundioso el de Derrida pero sólo porque estoy preocupado por la presencia, implícita o explícita, de la retórica "apocalíptica" en nuestras sociedades desde hace unos meses (sobre todo con el sentido de "fin de una época" pero también con el de "fin del capitalismo", "fin de un modo de vivir" o incluso "fin de una civilización" o "fin de Europa"). El de Bolaño para ver en una obra menor, después de haber leído el impactante 2666, como se desenvuelve el chileno. Y el de Azorín por curiosidad (¿puede hallarse algo todavía en su obra que permita su actualización o es, definitivamente, una reliquia?) y como ejercicio de estilo.

10 de abril de 2012

Nuevo libro de Agustín Calvo Galán



Por correo electrónico llega una invitación de Agustín Calvo Galán que presenta su nuevo trabajo, Escozor nuestro de cada día. Transcribo:

La Editorial Ultramarina presenta: Barcelona - 18 de abril – Fiesta/Presentación: “Escozor nuestro de cada día” de Agustín Calvo Galán.

Lugar: Espai Bohèmia, C/Bòria, 22.
Fecha: Miércoles 18 de abril.
Horario: 21:00 hrs.

Participa: Agustín Calvo Galán (autor), Roser Amills Bibiloni (periodista y poeta, autora del prólogo), Rafael Romero (Plaquette: "El convoy en el que habito se desplaza entre tinieblas"), Ivan Vergara (Editor) + Susana Pozo (Ilustraciones originales portada). + Txus Garcia y Laura G. (de la Compañía Human Trash)
Se invitará a una copa de vino. 


"Poesía sin tapujos, directa con palabras directas, carga sensual que suma. Aquí hay carne y emociones que se pueden tocar, hay trabajo y mucho más que fantasiosa inspiración." (Del prólogo de Roser Amills
La cotidianeidad de la pareja homosexual: Escozor nuestro de cada día de Agustín Calvo Galán (Editorial Ultramarina, Sevilla, 2012), una mirada irónica sobre las pareja y el sexo. 
El libro está compuesto por un conjunto de prosas breves: “veintinueve oraciones y un epílogo” en los que el poeta se enfrenta a los tópicos de la homosexualidad con humor y habla de los roces de la convivencia en pareja y de su intimidad.
Ilustraciones interiores: María Barredo
Ilustraciones originales de portada: Susana Pozo. http://editorialultramarina.com/

A ver si puedo estar. 

8 de abril de 2012

La fuerza afirmativa del consumismo



A uno se le ocrurre que convendría no ser demasiado ingenuo a la hora de evaluar el poder del consumismo. Teniendo claro que muchos elementos convergen en él entre otros podría destacarse su capacidad de cumplir una función ética y estética: el anhelo de una vida mejor que Adorno depositaba en la negatividad del arte tal vez mute, ahora, en la afirmación del consumo de fetiches.

Objetos y atuendos no son sólo reificaciones libidinales o afectivas propias de un capitalismo que cosifica la realidad sino también tropos de una vida mejor que acontecería al cambiar la imagen o dotarse de nuevos gadgets.

Mientras el análisis del consumismo permanezca preso en los esquemas explicativos clásicos en torno a la alienación y la cosificación y no atienda a aquello que puede suministrar positivamente - y no únicamente de forma mistificadora - no saldrá de la pura "condena" ética y estética y su negación.

Y en esos "lugares comunes" muchos movimientos emancipatorios continúan anclados cada vez más lejos de los ciudadanos.

6 de abril de 2012

Memoria de Saint Andrews (V): Abbey Villa


16 de julio de 2011. Quinta parte.

Poco después del fiasco de ver el Hamilton ortopedizado llegamos a nuestro destino: la Abbey Villa. Hasta ahora nunca nos habíamos alojado tan cerca del centro histórico: enfrente del exclusivo St. Leonard's y a menos de doscientos metros de la antigua catedral. Los últimos años, en casa de nuestro amigo Ricardo Fernández, habíamos cruzado el riachuelo que separa el Saint Andrews universitario, literario y aristocrático de mansiones del XIX, del "real" de casas bajas, asalariados y jardines pequeños pero muchos de ellos atildados que se desparrama por la vertiente sur de la población, la que mira a la East Sands, la playa plebeya.

Abbey Villa es una casa victoriana dividida en cuatro apartamentos. Sin embargo, el troceamiento no la ha convertido en un bloque de viviendas contemporáneo ni tampoco ha corrompido apenas su arquitectura original. Su fachada conserva el aura del tiempo detenido que caracteriza Saint Andrews: tejados de pizarra, ventanas de madera blanca, chimeneas rojizas y muros de gruesa piedra. Nuestro alojamiento está en la planta baja y se accede a través del Hall comunitario. Es pequeño pero acogedor: dos habitaciones - que dan al ruidoso exterior de la carretera hacia Crail - y no al interior, un gran salón, una cocina amplia y un patio trasero que podría dar para un pequeño jardín si contara con habitantes fijos.

Ricardo nos esperaba en la entrada: se ha ocupado de solucionar los endémicos problemas del privatizado correo británico y la burocrática y hercúlea tarea de realizar satisfactoriamente una transferencia desde un banco español a uno escocés. Nos ayuda a acomodarnos someramente, comemos lo que encontramos en el restaurante del teatro y planeamos cuándo nos veremos con tiempo suficiente. El resto del día se nos va en deshacer las maletas y pasear hacia la West Sands, bajar hasta ella y caminar un par de centenares de metros con un viento frío desalentador pero que no logra empañar esa sensación de retorno a lo conocido, a lo familiar, a "lo nuestro" que no lo es en absoluto.

4 de abril de 2012

Poesía con intención efímera: un poema de Madame Quika Lu


El día que visité el plató de Radio Sabadell para acudir al programa "Veus anònimes" tuve la oportunidad de conocer una parte del conglomerado Patuka/Madame Quika Lu/Rosanna/otros/otras, practicantes de una modalidad poética muy lejana pero que uno no puede dejar de admirar: la oralidad pura y dura, el poema de situación, el poema de momento, pensado para ser leído y ejecutado en un contexto y no en otro y en el que ritmo, energía y sentido del humor se constituyen en elementos distintivos.

Dejo aquí uno de los textos que leyó, "El sepelio de una mosca".

"El sepelio de una mosca
Martes, 14 de junio de 2011, 18:17

Ni siquiera la digna presencia
de lo que había sido en vida,
cayó malherida sin las alas
a manos de un niño mosquicida.

Negra, gorda y peluda
metida en una diminuta caja
sin la transparencia de sus vuelos
sin la memoria de tantas
y tantas mierdas sabrosas
que visitó en su breve
recorrido por la vida.
Intrascendentes ojos compuestos
una pobre y tonta mosca
víctima de los juegos
de una criatura desalmada.
Incluso los mosquitos de verano
vinieron a presentar sus respetos.
La mosca estaba muerta
pero quedaba todavía surcando el cielo
la sombra de muchos insectos.
(versos mierdosos para una mosca mierdosa)"

Y una muestra de esta poética efímera se encuentra, también, en el proyecto Trápix:

"En Trápix se nos ocurren ideas para modernizar el estilo de los recitales poéticos, o sencillamente para variar o aportar una visión nueva, mayormente cómica.

Fast Food es un proyecto que consiste en leer unos versos que cuenten una breve historia, a poder ser de argumento trepidante. La lectura debe efectuarse lo más deprisa posible (con las mínimas pausas para respirar). Con esto lo que se pretende es jugar con la musicalidad, la rima y por supuesto aportar una nota de humor.

Para que los versos que siguen cobren sentido deberían leerse deprisa, efectuando sólo aquellas pausas necesarias para el argumento.

"Relato del gato el pato y la rata

Un pato corto de patas

entró en el cuarto de las ratas

y halló entre cuatro trastos

un saco roto de trapo

            y dentro un gato de rayas.

El gato cojo saltó de pronto

al ver la negra cola de una rata

y dice al pato: "quita la pata

que cazo y como esa gorda rata

que si no quitas te meto al saco

y allí te alojo cual las patatas"

            el pato topo, le pisa el rabo,

el gato cojo se queja: ¡miaumiau!

y del cabreo que ataca al pato

y el pico araña, al estilo zorro,

la rata lista al ver que el pato

            mal se entrevista

            con tan mal gato…

            se hace la lista y especialista

            en perderse pronto de vista:

            fiu-fiu.

El gato queda sin rata

se queja: ¡mecagoenlaputa!

el pato bobo tropieza

metiendo en mitad del saco

            de las dos

su más corta pata.

Pero en el techo

contemplando un arácnido

con 8 peludas patas

tejía el hilo de este relato,

y no siendo un gran literato

convirtió el final del cuento

del gato, el pato y la rata

en una soberbia caca"

Primer premio del concurso poético: »»Fast Food, celebrado en Trápix.

Puede verse en:

http://youtu.be/s-DWJMzbxTw

2 de abril de 2012

Nuevo libro de Antonio Orihuela


Uno envidia de Antonio Orihuela su capacidad de haber construido una obra poética insobornablemente comprometida y sin concesiones ideológicas con lo que ello conlleva, para lo bueno y para lo malo. Mas también envidia su torrencial capacidad creadora que, salvo en contadas ocasiones, como a todos nos sucede, no ha ido en detrimento de su calidad.

Hace pocos meses uno se hacía eco de su última publicación en Baile del Sol y ahora llega, vía correo electrónico, la noticia de que la Asociación Cultural Insomnus acaba de publicar su nuevo libro Autogobierno.

"Oscuros tiempos son éstos que padecemos, en los que se ha recrudecido la explotación, la pobreza, la miseria, la violencia; donde la libertad es tan sólo una mera ilusión, y donde antaño hubo solidaridad
y amor en el presente hay poco más que egoísmo y odio. Malos tiempos son estos en los que vivimos la decadencia de Occidente y se escuchan tambores de guerra en Oriente.

Frente a este desierto de oscuridad e irracionalidad, nos encontramos, cual oasis, con Autogobierno, todo un hallazgo poético realizado por un arqueólogo del presente como es Antonio Orihuela. Ha escrito
numerosos poemarios, algunos ensayos y es coordinador de los encuentros Voces del Extremo. Autogobierno es un poemario que saca a la luz Insomnus, un colectivo cultural sin ánimo de lucro y
horizontal, formado por jóvenes amantes de las letras y la libertad.

Esta obra está dividida en cinco bloques. En el primero de ellos, Políticas de empleo, se puede ver, mediante un lenguaje sencillo y directo, la crudeza de la explotación e injusticia inherentes a esta
sociedad de clases. En Arquitectura del miedo seguimos el rastro de la fiera que es el capitalismo por el planeta. En el tercer bloque, La guerra que vamos perdiendo, sale a la luz la decepción y desilusión
por la escasez de personas que en la hora presente tienen una voluntad transformadora de la realidad. Y en los dos últimos bloques, Lejos del suelo y El tiempo del sueño, el autor saca a la luz sus sentimientos
más profundos e íntimos, anhelando que un día del mañana el sueño de la libertad se haga realidad.

La obra ha sido editada por la Asociación Cultural Insomnus, creada a finales de 2008 por un grupo de jóvenes creadores en Mallorca. La Asociación combina la edición de autores consagrados con otros cuya
obra es inédita, siendo por tanto su primera oportunidad para ver sobre el papel sus escritos. La Asociación no posee ánimo de lucro y destina íntegramente el dinero de las ventas a las nuevas ediciones. La edición no es un negocio.

Antonio Orihuela: Autogobierno, Insomnus, Mallorca, 2012, 110 páginas, 5 euros  Pedidos y consultas: culturalinsomnus@gmail.com"

1 de abril de 2012

El libro de Jordi Alsina


Jordi, de quien alguna vez he hablado por estos pagos, me padeció como profesor en sus años de juventud. Sin embargo, pese a ello creció entre nosotros una amistad que dura hasta hoy. En el 2010 culminó un trabajo de investigación sobre la música popular de Creta y su función social que ahora ha decidido publicar sirviéndose de una iniciativa curiosa: el micromecenazgo a través de Verkami, "un 'crowdfunding' para financiar proyectos originales y creadores independientes".

Uno, ¿nobleza o más bien decencia/culpabilidad? obliga, ya ha hecho su modesta contribución. Espero que reúna los 2000 euros en 40 días que necesita para llevarlo a puerto mediante aportaciones que van desde los 5 hasta los 120 euros. Más sobre el proyecto de Jordi aquí.

Que tengas suerte Jordi. Un hijo, un libro... Sólo falta el árbol... Uno ya lo ha hecho y la cosa pasa a ser más relajada...

Sólo habría que añadir... ¿una revolución?

Claro que según con quién y cómo casi que no...