28 de abril de 2011

28 de abril de 2011: de revoluciones," consellers" y espejismos


Hace unas semanas uno dejó constancia del esperanzador cambio de formas que le había deparado la nueva Consellera d'Ensenyament. Hoy, tras tres semanas de teatro, de farsa negociadora, constata con decepción que los temores que, pese a todo, albiraba se han cumplido y de la peor manera posible.

Lejos de embarcarse en la que se auguraba una profunda reforma del paradigma pedagógico imperante en Catalunya, que ha llevado a varias generaciones al marasmo cultural y cercenado la posibilidad de mejora social de las clases más desfavorecidas, la Consellera, finalmente, ha dejado pasar esta oportunidad y ha preferido concentrarse en la Biblia ultraliberal ya promovida por la izquierda durante su bienio de gobierno: que trabajen más y cobren menos aquellos que sólo pueden vender su fuerza de trabajo y "que enseñen otros..."

A este principio ha añadido una política de recortes que se traducen en un empeoramiento de las condiciones de trabajo del profesorado -que pasarán factura al alumnado inmediatamente- y un desmantelamiento de la escuela pública en favor de la privada-concertada.

Uno es consciente de que con el gobierno de izquierdas la cosa no hubiera sido demasiado diferente y aquí es donde radica, precisamente, el quid del problema: en la práctica cotidiana de nuestras sociedades no hay opciones políticas substancialmente diferentes; todas se someten al diktat del capitalismo más salvaje, el especulativo-financiero y sus recetas ultraliberales (¡pobres liberales!).

Ante esta tesitura va cobrando cada vez más fuerza, como ya dijo uno, que los asalariados acaben depositando sus esperanzas en un cambio revolucionario con todos los riesgos que ello conlleva pues las revoluciones tienen muchos colores y no todas son lo que parecen...

El sistema puede que dé más de sí pero no sé si los antaño ciudadanos y ahora súbditos del imperio financiero darán mucho más de sí...