30 de mayo de 2013

Escribe Engels


Sobre ese concepto de "autoridad" tan denostado por los paleoprogresistas, profesionales de la revolución y bienpensantes de la izquierda realmente existente, escribió el pobre Engels hace algunas décadas:

"Y hemos visto, además, que las condiciones materiales de producción y de circulación se extienden inevitablemente con la gran industria y con la gran agricultura, y tienden cada vez más a ensanchar el campo de esta autoridad. Es, pues, absurdo hablar del principio de autoridad como de un principio absolutamente malo y del principio de autonomía como de un principio absolutamente bueno. La autoridad y la autonomía son cosas relativas, cuyas esferas verían en las diferentes fases del desarrollo social. Si los autonomistas se limitasen a decir que la organización social del porvenir restringirá la autoridad hasta el límite estricto en que la hagan inevitable las condiciones de la producción, podríamos entendernos; pero, lejos de esto, permanecen ciegos para todos los hechos que hacen necesaria la cosa y arremeten con furor contra la palabra.
¿Por qué los antiautoritarios no se limitan a clamar contra la autoridad política, contra el Estado? Todos los socialistas están de acuerdo en que el Estado político, y con él la autoridad politica, desaparecerán como consecuencia de la próxima revolución social, es decir, que las funciones públicas perderán su carácter político, trocándose en simples funciones administrativas, llamadas a velar por los verdaderos intereses sociales. Pero los antiautoritarios exigen que el Estado político autoritario sea abolido de un plumazo, aun antes de haber sido destruidas las condiciones sociales que lo hicieron nacer. Exigen que el primer acto de la revolución social sea la abolición de la autoridad. ¿No han visto nunca una revolución estos señores? Una revolución es, indudablemente, la cosa más autoritaria que existe (sn); es el acto por medio del cual una parte de la población impone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles, bayonetas y cañones, medios autoritarios si los hay; y el partido victorioso, si no quiere haber luchado en vano, tiene que mantener este dominio por medio del terror que sus armas inspiran a los reaccionarios"

(De la autoridad, p399-400).

Y ahora, algunos hemos de bregar contra esta gazmoñería buenista que abandera la izquierda en sus propias cavernas, no tan distintas de las de la derecha, y ser calificados de reaccionarios...

28 de mayo de 2013

"Antropólogos inocentes" en educación


Recoge Alvaro Valverde en su cuaderno unas apreciaciones de Emilio Lledó, por quien uno, lamentablemente, siente poco aprecio. Es cierto que la mayor parte de la culpa de esta criticable actitud no la tiene el señor Lledó sino sus discípulos y alumnos que coparon, bajo su amparo, todas las plazas posibles de Historia de la Filosofía en la Universitat de Barcelona, con más que discutibles resultados y le hicieron pasar a uno cinco años perfectamente prescindibles.

Pero no es el padrino Lledó el que ahora me ocupa sino el "antropólogo inocente" que, sibilinamente, participa del paradigma pedagocrático paleoprogresista según el cual la autoridad es algo perverso que el docente no debe poseer más que en la escasísima medida en que se la otorguen sus alumnos: "En relación con la educación y la autoridad, de la que algunos políticos han hablado, con poquísima autoridad por cierto, tengo que contar una reciente experiencia. Con motivo de la VII Semana del libro de la Biblioteca Pública Municipal de Salteras, ese precioso pueblo, próximo a Sevilla, donde nacieron mis padres, he tenido un encuentro, con alumnos y profesores, en uno de sus colegios públicos. Como creo que el ser humano es lo que la educación hace de él, y como creo profundamente en la igualdad de la educación, en la educación pública, el recuerdo de ese encuentro me acompaña todos estos días. Un colegio alegre lleno de la luz que me transmitía no solo las claras paredes, adornadas de dibujos, propuestas de alumnos, manifestaciones de sus inquietudes e ilusiones, sino el diálogo con ellos, la entrevista que me hicieron, la libertad que irradiaba la educación que estaban recibiendo."

Et in Arcadia ego! Que bella estampa! Uno no acudirá a la retórica cavernícola de la ultraderecha con todo aquello de los kolkhoses y las escuelas cubanas, los pioneros y bla, bla, bla. No, no se trata de eso.

Se trata de que este señor mira con la peligrosa, por imprudente ("boba" dirían algunos entre los que todavía no me encuentro), "inocencia"que denunciaba Nigel Barley en El antropólogo inocente. Uno sólo le pediría a este padre protector de una gran, por su tamaño, generación de docentes universitarios, que se pasara por alguno de los institutos de secundaria del extrarradio barcelonés y observara a las docentes vejadas e insultadas, a los docentes próximos a la jubilación roncos del esfuerzo por intentar que sus alumnos apaguen el móvil o dejen de comer en clase, o a aquellos otros que sufren insolencias y desprecios diariamente por su condición de interinos, su falta de carácter o su bondad. Veríamos dónde queda la Arcadia esa...

Cómo le gustaría a uno ver al señor Lledó entrevistado por Kevin, Vanessa y Jonathan, de los cuales, todo sea dicho, uno guarda un buen recuerdo pero sensatamente alejado de ese mundo pastoril en el que el profesor de filosofía se recrea. Disfrutaría, seguro.

No hay enseñanza sin reconocimiento de la autoridad del docente y este reconocimiento no puede ser una concesión del discente, aunque sólo sea porque durante los primeros días de clase esa autoridad ya debe estar en funcionamiento...

P.D: Qué diría el pobre Marx o, mejor aun, el denostado Engels...

27 de mayo de 2013

Deshaciendo mitos


Rais, con su habitual concisión, realiza una excelente crítica de la mitología que rodea a "los emprendedores" en su Blog. Altamente recomendable por el sentido común que destila.

26 de mayo de 2013

Una nota testamentaria


El carácter eminentemente testamentario de estas notas se reafirma por la anotación que uno realiza a continuación. Para ti, Marc. Seguramente en el futuro más próximo te importe un comino pero a lo mejor más adelante quieras recordarlo y como eras demasiado pequeño y todavía poco aficionado a escribir no dejaste señal alguna: hoy, en Sarrià de Ter los Búfals de football flag (versión del american football) se han proclamado campeones de Catalunya en la categoría de alevines. Han ganado 22-20 al Pere Vives y 26-20 a los Wolves. Marc ha jugado todos los drives completos menos un único down y ha podido celebrar su victoria con tanto esfuerzo: es la primera vez que un equipo en el que participa consigue un título que suena importante aunque en realidad sea más bien rimbombante.

Para que lo recuerdes, Marc... Y de paso uno también dentro de algunos años...

Primavera Sound


 Y tras varias asistencias consecutivas al "Primavera Sound", este año las restricciones económicas, la ignorancia acerca de la mayoría de los artistas que actuarían y un desagradable y sospechoso ligero incremento de "celebridades locales" nos han dejado fuera de esas horas de contacto con esa tribu internacional, tan uniforme y global, los hipsters, de la que hablaba Iker Seisdedos el viernes en El País. Una "tribu" cuyo "mundo" entiende poco de historia, menos aun de economía política y prácticamente nada de mortalidad; una tribu, también, en cuyo espacio - lamentablemente - "querrías seguir siendo joven para siempre tanto como lo desearían las marcas comerciales participantes... donde cualquier cosa parece posible… si eres capaz de llegar a tiempo"; pero una tribu que, pese a sus defectos y mistificaciones, supone una bocanada de aire puro en estas Catalunya y España tan opresivas en su hstoricidad provinciana.

Esta apología del cosmopolitismo y del espacio de flujos es una idealización, claro está, pero hay que vivir aquí para entenderlo...

24 de mayo de 2013

A ras de suelo: a propósito de la pasada huelga general en la enseñanza


Cuenta Esther que en su Instituto se celebró un claustro extraordinario la semana anterior a la convocatoria de la huelga general de la enseñanza del 9-M. Acudieron los alumnos, invitados al parecer por algún profesor imbuido de espíritu revolucionario, para pedir el apoyo de los profesores a aquella Huelga General, primer paso para, nada más y nada menos, que algo así como "una revolución", según uno de los jóvenes. Hay que decir, de paso, que el chico es recordado por algunos docentes del centro por su actitud despreciativa e insolente en clase y su falta de rendimiento intelectual - seguramente a causa de algún tipo de elevado intelecto que el sistema "castiga", supone uno. A la hora de concretar el apoyo solicitado resulta que el movimiento insurreccional debía comenzar el 8 por la noche con un encierro en el edificio y, a la mañana siguiente, seguir con un piscolabis "de hermandad" entre profesores y alumnos. La junta directiva "invitaba" a los profesores a participar del evento y mostrar su compromiso y solidaridad con la lucha. Así, como suena. Tan cool...

Tiene uno la sensación de que si al pobre Lenin le hubieran explicado que a través de unos muy saludables happenings de confraternización (se daba por supuesto que el alcohol no circularía...) se aspiraría a desencadenar el proceso revolucionario, no habría podido contener una sonora carcajada.

22 de mayo de 2013

Alforfones


"Buckwheats": la condena que el Hombre del Plan dicta para la pandilla de inadaptados comandada por Jimmy "el Santo" (Andy García) en Things to Do in Denver When You're Dead, es la que, en ocasiones, uno ordena mentalmente a los amos del mundo. "Alforfones" para todos ellos. Sin que ninguno pueda salvarse.

Por suerte, o desgracia, váyase usted a saber, ese deseo se atenúa pronto y al final puede más la fapidaria sentencia del guionista Scott Rosenberg: "La vida es como un eructo de mostaza... picante al principio pero luego se pierde en el aire."

19 de mayo de 2013

Crónica de la Nueva Edad (19/05/2013)


El secesionismo, visto desde la proximidad, no muestra una cara tan estereotipada como en ocasiones parece observarse desde más allá del Ebro.

Por ejemplo, tenemos a Alfred Bosch, parlamentario de las Cortes Generales que parece intentar realizar un esfuerzo de racionalidad y diálogo en la más pura tradición liberal. El señor Bosch afirmaba el otro día:

"Hay una frase de Gandhi que hemos de tomar muy seriamente. Dijo: 'Los hindúes ganaremos cuando hayamos ganado el corazón de los ingleses'. Y esto creo que lo podemos aplicar, no al gobierno español, sino a la gente. Cuando ganemos el corazón de los españoles, habremos ganado. Será la prueba del algodón, el barómetro para decir 'ya hemos llegado'. Y también será la garantía de convivencia que necesitamos para hacer que triunfe y prospere nuestro proyecto de libertad" ("Hi ha una frase del Gandhi que ens l'hem de prendre molt seriosament. Va dir: 'Els indis guanyarem quan haguem guanyat el cor dels anglesos'. I això crec que ho podem aplicar, no al govern espanyol, sinó a la gent. Quan guanyem el cor dels espanyols, haurem guanyat. Serà la prova del cotó, el baròmetre per dir 'ja hi som'. I també serà la garantia de convivència que necessitem per fer triomfar i prosperar el nostre projecte de llibertat.").

Y al lado de este aparente esfuerzo, un tal Pere Cardús, en sus indigestas columnas en el medio que dirige el gran Vicent Partal, lo deja pequeño. En una de las últimas, propone una serie de medidas contra la "guerra sucia" que el CNI ya ha desatado contra el proyecto secesionista y utiliza un vocabulario que tiene su qué muy cercano al totalitarismo:

"El peor agente secreto no es elq ue actúa como un unionista, sino aquel que se ha infiltrado y se viste de independentista. Por eso es muy importante desconfiar de quien fomente la división y el recelo entre los propios. La crítica es muy positiva; la autocrítica, aún más; pero la beligerancia entre gente del mismo bando es un lastre muy pesado que es preciso evitar. Por eso mismo se han de identificar aquellos que siempre están en medio de las divisiones y escisiones perpetuas del independentismo y analizar su comportamiento. No quiere decir que sean agentes de nadie, pero pueden ser elementos tóxicos fáciles de utilizar por parte del adversario en un momento determinado" ("El pitjor agent secret no és el que actua com un unionista, sinó aquell que s'ha infiltrat i es vesteix d'independentista. Per això és molt important de malfiar-se de qui fomenti la divisió i el recel entre els propis. La crítica és molt positiva; l'autocrítica, encara més; però la bel·ligerància entre gent del mateix bàndol és un llast molt feixuc que cal evitar. Per això mateix s'han d'identificar aquells qui sempre són enmig de les divisions i escissions perpètues de l'independentisme i analitzar-ne el comportament. No vol dir que siguin agents de ningú, però poden ser elements tòxics fàcils d'utilitzar per part de l'adversari en un moment determinat.").

El problema, en la modesta opinión de uno, es que la hegemonía en el movimiento secesionista está más próxima a las tesis del modelo Cardús que a las del modelo Bosch.


17 de mayo de 2013

Exactitud, Heisenberg y preocupación


Uno detesta la palabra "exactitud" (y sus diversas variaciones) y más en un poema. No es, tampoco, un concepto agradable. Sin embargo, hoy no he podido por menos de utilizarlo ante la hermosa tarde que se ha desplegado sobre Barcelona. Amarillenta luz, profundidades diversas en las calles, verdor expresivo de tilos y rosales y exactitud de los contornos.

Anoche, cena en casa de X., con F., F. R. y R. Gambas al ajillo, pulpo de feria y un rossejat de fideos regados con vinos del Montsant y el Priorat. Después, larguísima tertulia sobre educación, política y física y filosofía: parece que hay una corriente naciente que no sólo pone en duda la versión tosca del principio de indeterminación de Heisenberg ("el observador altera lo observado") sino su formulación rigurosa. Fue un contrapunto agradable a un largo debate presidido por el pesimismo: en opinión de la mayoría de los presentes, el fascismo llama a la puerta en la confrontación Catalunya-España.

Esperemos equivocarnos.

16 de mayo de 2013

El 15-M dos años después


El estrepitoso fracaso de las movilizaciones convocadas para conmemorar el segundo aniversario del 15-M no deberían de extrañar. En la modesta opinión de uno, el movimiento, como tal, ha sido fagocitado por la izquierda realmente existente y los profesionales de la revolución. Dicen algunos que se ha replegado a los barrios. Pues si es así, peor todavía porque en los movimientos vecinales o "pseudovecinales" (la mayoría de los vecinos permanece aislada en sus casas) la iinfluencia de estos dos polos es especialmente notable. En Gràcia, los restos del 15-M han sido devorados por grupúsculos antisistema e independentistas radicales que han "liberado" un antiguo local de una "Caixa" y lo han convertido en una especie de casal del que salen periódicamente manifestaciones de unas pocas docenas de personas al amparo de las viejas consignas de "presos a la calle" (¿todos?) o "fuera la policía de Gràcia" (¿toda?). De vez en cuando este grupo presta banda sonora a las movilizaciones exiguas promovidas por organizaciones vinculadas a la izquierda realmente existente (asociaciones de padres, por ejemplo) para repetir alguno de sus habituales "sloganes". Un desastre, en fin...

Poco queda de la "Spanish Revolution", teme uno.

14 de mayo de 2013

Escribe Simon Leys

 

 "Una sociedad civilizada no es necesariamente una sociedad que tiene una proporción menos de individuos criminales y perversos (esta proporción es probablemente casi constante en todos los grupos humanos), sino aquella que simplemente les brinda menos oportunidades de manifestar y de satisfacer sus inclinaciones" (Los náufragos del "Batavia". Anatomía de una masacre, trad. de J. Ramón Monreal, p58).

12 de mayo de 2013

Crónica de la Nueva Edad (12/05/2013)


El País se hace eco, con lo que parece una cierta perplejidad, del papel de la antaño televisión pública catalana. El martes pasado, ofreció el programa "Hola Europa" en el que se realizaba una descarada apología de la secesión. No es nada nuevo. Desde que una tal Mónica Terribas, que se suponía - o eso proclamaban sus valedores - que era una "auténtica profesional del periodismo" (¡oxímoron!), se hizo cargo de la dirección de TV3 durante el Tripartito, la deriva propagandista de la televisión catalana ha sido evidente. Hoy día el medio, y cualquier observador minimamente objetivo, es plenamente consciente de que, antes que una televisión pública catalana, es una televisión "nacional" catalana. Es otro mal signo del camino por el que está optando el secesionismo mayoritario: un nuevo estado debería evitar caer en los "vicios" del viejo del cual quiere desprenderse.

9 de mayo de 2013

Crónica de la Nueva Edad (09/05/2013)


De la obsesión anti-funcionarial de las élites políticas catalanas y su servil intelligentsia que uno denunciaba hace pocos días, hay una nueva prueba. El grupo de expertos que han de trazar las líneas maestras del futuro Estado catalán aboga por la desaparición de la mayor parte de los funcionarios y su sustitución por contratados laborales. Tan sólo policías (¡qué casualidad!), inspectores y figuras de autoridad tendrían esta condición... Ciertamente un Estado pequeño, débil y muy clientelar. Muy propio de la botigueta y l'Auca del senyor Esteve...  El bueno de Vicent Partal, demasiado ocupado con la admisión a trámite del recurso contra la declaración soberanista del Parlament de Catalunya, guarda silencio - al igual que su medio - al respecto...

8 de mayo de 2013

Crónica de la nueva edad (08/05/2013)


El lunes por la noche, zapeando, uno se encontró con la Consellera d'Ensenyament en un prorgama de la televisión nacional catalana. En una entrevista perfectamente acordada, como las que los políticos conceden a las televisiones públicas, se le preguntó si se reconocía como una "romántica del estado propio", como la calificó La Vanguardia en su análisis de las posiciones dentro del Govern catalán. La consellera afirmó sentirse a gusto con esa caracterización. Inquirida poco después acerca de una eventual tesitura en la cual el Gobierno español ofreciera el "concierto económico" a cambio de la "renuncia a la independencia" y cuál sería su elección, respondió que ella quería las dos cosas: primero una y después, como era una romántica, la otra.

Ese es un problema que aqueja al secesionismo y, en general, a cualquier nacionalismo: las perspectivas posibilistas y pragmáticas desde las cuales analizar las opciones que aparecen en su calidad de tales, de "estados de cosas" asociados a series de acontecimientos por lo general mutuamente excluyentes. La mirada romántica se realiza desde una idealidad que hace de la contrafacticidad su bandera y convierte cualquier opción en una mera "apariencia". Como no puede haber transacción posible, por su misma renuencia a aceptar cualquier hecho "dado" como prueba, su racionalidad se petrifica en una lógica irredenta que no conoce la contradicción y sobre la cual es muy difícil, por no decir imposible, construir acuerdos fiables, elecciones que descartan unos acontecimientos para optar por otros: serán considerados siempre sólo como epifenómenos cuya exclusión esconde una inclusión profunda.

6 de mayo de 2013

Alvaro Valverde da cobijo a "Bajo la lluvia"


Aprovechando una entrada en la que da cuenta de sus últimas lecturas, Alvaro Valverde, un poeta que goza de mi aprecio no sólo como poeta sino también como bloguero, dedica unas palabras a Bajo la lluvia. Gracias por leer el libro, Álvaro.

4 de mayo de 2013

Marcas axiales


En la microhistoria de la relación de uno con su hijo, hoy se ha producido una de esas marcas axiales enhebrando las cuales se reconstruye más que un determinado proceso, una vida: hoy Marc ha ido por vez primera sin mi al cine. Me ha sustituido por un compañero del colegio para ver Iron Man 3. Ya pasó hace unos años con Clàudia.

No le embarga a uno la pesadumbre, ni la melancolía. Algo deberá haber por las capas freáticas de mi mente de reptil. No cabe negarlo. Pero si lo consigno es, ante todo, testamentariamente: para que él se acuerde de la fecha dentro de muchos años si es que llega a leer estos apuntes.

Bueno y críticamente: me he quedado sin excusa para ir a verla.

2 de mayo de 2013

De Hesse, jardines y literatura


Este fin de semana uno se ha acordado de Hermann Hesse, concretamente de las bellas páginas de Pequeñas alegrías dedicadas a las tareas de mantenimiento del jardín a las que el suizo consagraba no poco tiempo. De aquellas páginas uno retenía una viva y fresca imagen de calma y goce, de demora y morosidad en las labores de acondicionamiento, mejora, cultivo, trasplante y limpieza, que el bueno de Hermann emprendía a finales de cada invierno. Unas ocupaciones que, de alguna manera, marcaban el inicio de la primavera y que no podían menos de evocar la supensión de la escisión entre hombre y Naturaleza.

Claro está, la construcción del bueno de Hermann era "literaria". Cierto. Mas no sólo en el buen sentido. Uno se teme que también fuera "literaria" en el aspecto menos agradable del término. En ese otro sentido más bien próximo a la tergiversación por estilización o la deformación por modelización. En ese otro matiz que la acerca peligrosamente a la falsedad.

Será, en su descargo, porque faltaban en la enumeración de los habitantes de su jardín, pero después de casi cinco horas dedicadas por los cuatro habitantes de esta casa al intento de trasplantar dos "ficus benjamín" de más de dos metros y medio de altura (y no está de más dejar constancia que el calificativo "benjamín" suena a broma de mal gusto) a nuevos tiestos, uno no puede dejar de pensar que o Hesse omitió ciertos datos sobre la factura física que comportaban esas labores o, simplemente, la lentitud, la degustación de los olores de la tierra removida, los abonos, las flores y las savias o la vivencia de la irrupción de la primavera dependen del tamaño de las plantas con las que trabajas y no cancelan ninguna escisión. Cuando éstas exceden la medida de tus manos, sólo hay sudor, cansancio, rasguños, músculos exigidos al límite, olor corporal, mejor dicho, mal olor corporal y un disgusto feroz que nos recuerdan la pertinencia de la escisión y que sólo se aplacan con una copa de vino o unas cervezas cuanto más lejos del jardín mejor.