28 de febrero de 2012

Para ociosos, amigos, distraídos, benevolentes, etc.


El próximo sábado día 3 de marzo uno está invitado al programa de Radio Sabadell "Veus anònimes". Maribel Sánchez, responsable del programa, tuvo la gentileza de ofrecer la oportunidad el día que nos vimos en el recital de la gente de "La Vida rima". El programa se emitirá a las 22:00. A ver si está uno acertado...

Y, aprovechando, Viktor Gómez envía por correo el aviso de que el día anterior, el viernes 2 de marzo, a las 19:30 h. , se presentará en Barcelona, en el Ateneo (Calle de la Canuda, 6, 08002 Barcelona), el último poemario de Miguel Ángel Curiel, Los sumergidos. Le acompañarán los poetas José Corredor-Mateos y Ambrosio Gallego.

"En los niveles más bajos
las señales más oscuras"

M. A. Curiel, Los sumergidos.

Miguel Ángel Curiel, poeta y narrador, viajero impenitente, cantautor, nació en Korbach Valdeck, Alemania (31 de marzo de 1966), a donde sus padres, originarios de Jaraíz de la Vera (Cáceres) habían emigrado. Su infancia y su juventud se desenvolvieron en Talavera de la Reina (Toledo). Hizo estudios de Geografía e Historia en Madrid. En la actualidad reside en Lugo. Influido por la lírica de Holan y Paul Celan, su idea de la poesía, de raíz elegíaca y fuertemente romántica, pero de una gran vitalidad y riqueza metafórica en el estilo del surrealismo e ilustrada por referentes de un gran cultura poética, apuesta por el fragmentarismo y una compleja teoría del conocimiento a través de una nostalgia que remueve los más profundos dolores. Son sus temas esenciales la muerte y el paso del tiempo. Algunas de sus obras publicadas: El verano, 2001, accésit del premio Adonáis; Poemas 1996-2000, 2001. Accésit Premio Rafael Morales 2000, Talavera; Hálito, Editorial Vitrubio, (Madrid, 2002), premio Eladio Caballero o Mal de altura (Editorial Añil, Castilla la Mancha, 2006) y Diario de la luz, premio Ciudad de Mérida.


A ver si podemos pasarnos...

26 de febrero de 2012

Un poema de Jorge Riechmann


Del placer que le deparó a uno la lectura de Futuralgia, la poesía reunida de Jorge Riechmann desde 1979 hasta el 2000, creí que había escrito algunas líneas. Ahora he comprobado que no fue así. Va uno justo por el trabajo, la incertidumbre sobre el diagnóstico final de la dolencia de mi hermano, algún problema de salud y la corrección de la novela, así que debo dejarlo para más adelante pero el mes dedicado por entero a su poesía me han reafirmado, como mínimo, en un par de modestas conclusiones:

- No hace falta que un gran poeta logre todos sus poemas; y

- no hace falta que un gran poeta se someta siempre a las exigencias de la lengua en la que escribe;

Algún día, con tiempo, intentaré dejar huella de porqué volví a escribir literatura gracias a Jorge Riechmann...

"PARA ESCRIBIR POESÍA


7

No cambiéis los nombres.
Preservad los nombres antiguos.
Renovad cada día el pacto de los nombres.
Y no dejéis de dudar
de todo cuanto digo."

(Futuralgia, p280)

24 de febrero de 2012

De nuevo en El Prado (y IV)


Una vez acabada la muestra del Hermitage, empleamos más de cuatro horas en recorrer, una vez más, El Prado. La fortuna hizo que hubiera poca gente y que, por ejemplo, pudiéramos admirar desde lejos, desde cerca, desde los flancos e incluso desde el exterior de la sala, la magnificencia de Las meninas de Velázquez, un cuadro que no se agota. Esta vez no fue el reduplicamiento de la representación o la autorreferencialidad el eje de la observación de uno sino la construcción del espacio, la profundidad, la luz desde la distancia: cuanto más lejos estás del cuadro más se revela la maestría de la composición y su capacidad para atreaer la atención del espectador casi al más puro estilo impresionista avant la lettre.

Pero aparte de los clásicos (Rubens, Bosch, Velázquez y Goya) los mayores descubrimientos tuvieron lugar en zonas a las que en anteriores visitas habría prestado poca atención. Joyas como los bodegones de Luis Meléndez, la Ascensión de un globo Montgolfier de un pintor secundario como Carnicero, los magníficos retratos de Raimundo Madrazo, o los inolvidables paisajes de Carlos de Haes, especialmente su celebrado La canal de Mancorbo en los Picos de Europa, refrendan la convicción que tiene uno de que pinturas y pintores a los cuales admirar y con los cuales complacerse, hay tantos (como músicos o poetas, sin ir más lejos) que perder el tiempo en la búsqueda crítica del elemento o elementos que justifiquen la valoración negativa y la exclusión del canon, siquiera de sus arrabales, debe obedecer a algún motivo más oscuro y menos loable que el simple enjuiciamiento estético: uno tiene la impresión que detrás de este empeño en incluir y excluir, en despreciar y minusvalorar están en juego intereses políticos y económicos relacionados con la dinámica del campo artístico.

Algo que sería perfectamente prolongable al caso de la poesía...

22 de febrero de 2012

De nuevo en El Prado (III)


Pero donde definitivamente el modelo del arte como instrumento cognitivo se frustra es, por ejemplo, con la maravillosa Composición VI de Kandinsky también recogida en la muestra del Hermitage. Su interpretación, sustraída de la lógica de la mímesis, que estiliza los elementos del mundo a representar y los muestra, más que los representa, valiéndose del color y no del dibujo como elemento dominante y de la modelización y no de la reproducción fiel de los objetos, ya no nos sirve, al menos inmediatamente, como fuente de conocimiento: su principal valor es estético. Sólo en un segundo momento puede funcionar epistemológicamente y no tanto como signo de los acontecimientos fácticos como signo del propio arte, de su evolución.

Ahora bien, la extraordinaria pintura de Kandisnky también ilustra un principio parcialmente abandonado: la utilidad de la interpretación de la obra de arte para su comprensión. Sin la guía auditiva que ofrecía por un módico precio (!) el museo, el tema principal del cuadro, "el diluvio", no es inmediatamente accesible a la percepción del espectador medio (por ejemplo del que escribe). El comentario, la exégesis, debe formar parte de la valoración de la obra de arte si no se quiere reducir ésta a la simple consideración del gusto. Un gusto contra el que no hay nada que decir salvo cuando quiere abrogarse el papel de árbitro único de la evaluación de la obra de arte y aplana sus posibles dimensiones reduciéndolas a una sensación que responde a un estímulo.

20 de febrero de 2012

De nuevo en El Prado (II)


Y, perseverando en esta vía de comprensión del arte como herramienta epistemológica, la exposición presenta una extraordinaria obra de Bellotto, también conocido como "Canaletto el joven" que, por su exhaustividad en la representación, se asemeja tanto al gran maestro veneciano que no es extraño que mereciera el apelativo. The Kreuzkirche in Dresden permite imaginar la vida cotidiana en la ciudad alemana con un detalle que sólo los testimonios literarios o las actas judiciales de la época podrían emular.

Por fortuna para aquellos que detestan el modelo cognoscitivo-veritativo de la obra de arte, la muestra del Hermitage abunda en ejemplos que evitan que ese modelo pueda ser hipostatizado y convertido en naturaleza propia del arte como en otros momentos hisóricos sucedió. Así, en Estanque en el parque de Montgeron, de Monet, la construcción objetiva y los perfiles exactos dejan paso a la construcción subjetiva a partir de contornos diluídos: prácticamente nada puede averiguarse acerca del contexto fáctico "real" que actúa de referente de la pintura hasta el punto de que puede, perfectamente, prescindirse de él: poco se aporta al conocimiento empírico concreto y validable en la tela de Monet y, sin embargo, cualquiera puede generar una imagen propia del objeto, el estanque del parque, a partir de los vacíos que deja el pintor francés. Auténtica construcción de la lectura, à la Iser, gracias a la indeterminación de los recursos lingüísticos (colores, dibujo, etc.) utilizados por el autor.

18 de febrero de 2012

De nuevo en El Prado (I)


Un viaje relámpago a Madrid para ver la muestra del Hermitage y visitar, de nuevo, El Prado. Ya que empieza a abrirse camino la posibilidad de que el soñado viaje a la antigua Leningrado para ver el Hermitage tarde más tiempo del que uno esperaba en materializarse, si Mahoma no puede ir a la montaña habrá que conformarse con que algo de la montaña se acerque hasta Mahoma.

De la breve exposición del Hermitage (supo a poco y, además, realmente no eran tantos cuadros como creía) destacaron, nada más empezar el recorrido, los cuadros de la ciudad de San Petersburgo de Benjamin Patersson, Alexei Tiranov y Piotr Tutukin. En ellos, la minuciosidad del retrato y el tratamiento del mundo como objeto de representación no pueden por menos de retrotraernos a las pretensiones de validez de la consideración de la pintura -y del arte en general- como reproducción fidedigna de lo real y fuente de conocimiento: la vida social de San Petersburgo que se apunta, por ejemplo, en las obras de Patersson permitirían su reconstruccion no sólo al historiador especializado sino también a cualquier espectador formado en nuestra cultura y certificarían la viabilidad, dentro de unos límites, de esa concepción del arte como instrumento de conocimiento.

17 de febrero de 2012

Del uso del término "paleoprogresista"


Un conocido censura el uso del término "paleoprogresista": "es un término acuñado por la COPE y su entorno" me dice, para añadir a renglón seguido, "y recuerda que las palabras tienen amo" acudiendo a Lewis Carroll.

Evidentemente no existe un uso inocente de ese término. Uno cree ser consciente de su origen y lo aplica independientemente de él porque cree que describe una figura de cruce actual: pretendidos progresistas anclados en el modelo del '68 que no son capaces de moverse un ápice de los límites marcados por ese marco y, mucho menos, proceder a una crítica razonada de estos que monopolizan el discurso del cambio social y perjudican la causa de la justicia social y la emancipación.

Entendámonos: hacer como si nada hubiera pasado, como si el tardocapitalismo agonizara indefectiblemente, como si no hubieran caído los regímenes socialistas, como si la revolución sexual no escondiera una nueva forma de opresión (recordemos Foucault), como si el utopismo no estuviera -en la mayoría de los casos, no en todos- estrechamente ligado con la ingeniería social genocida, como si existiera el determinismo contextual y la libertad, la posibilidad de la negación, la decisión soberana del sujeto de pronunicar el "non serviam!" fuera epifenoménica, como si debajo de los adoquines no hubieran otros adoquines es pura y simplemente conservadurismo, resistencia a aceptar la falibilidad de las cartografías construidas para orientarse entre los acontecimientos, dogmatismo, religiosidad aunque se la llame "fidelidad a los principios".

Y en cuanto a que "las palabras tiene amo" hay que recordar que contra Lewis Carroll está, por ejemplo, Jacques Derrida: "Pertenece al signo el ser lisible con derecho incluso si el momento de su producción se ha perdido irremediablemente e incluso si no sé lo que su pretendido autor‐escritor ha querido decir en conciencia y en intención en el momento en que ha escrito, es decir, abandonado a su deriva, esencial. Tratándose ahora del contexto semiótico e interno, la fuerza de ruptura no es menor: a causa de su iterabilidad esencial, siempre podemos tomar un sintagma escrito fuera del encadenamiento en el que está tomado o dado, sin hacerle perder toda posibilidad de funcionamiento, si no toda posibilidad de «comunicación», precisamente. Podemos, llegado el caso, reconocerle otras inscribiéndolo o injertándolo en otras cadenas. Ningún contexto puede cerrarse sobre él. Ni ningún código, siendo aquí el código a la vez la posibilidad y la imposibilidad de la escritura, de su iterabilidad esencial (repetición/alteridad)" ("Firma, acontecimiento, contexto", Márgenes de la Filosofía, p358)

16 de febrero de 2012

La doble moral de los paleoprogresistas


En el programa de TV3 "Mestres", una especie de reality-documental sobre el oficio docente en Catalunya, aparece un profesor conocido por estos lares autor de relatos para niños y fiel exponente del post sesentayochismo que todavía ejerce una gran influencia en los ámbitos pedagógicos (que no docentes, gracias a Dios). En su intervención, se atiene a los "lugares comunes" sobre la perversidad de las notas y el mantra de la evaluación personalizada, continua y no traumática. Concluye algo así como que "las notas no tienen importancia". Lo de siempre.

El problema estriba en que el señalado individuo lleva a sus hijos a un centro en el que uno conoce a algunos compañeros que han comentado, con una mezcla de rabia y perplejidad, la doble moral de este sujeto (extensible en general a los residuos paleoprogresistas del 68): resulta que ha perseguido a más de un tutor reclamando un incremento de las calificaciones (o notas, para entendernos) de sus hijos a fin de conseguir una media aceptable habida cuenta de los objetivos universitarios de sus hijos (o de él, nunca se sabe). Pero ¿no habíamos quedado que las notas son lo de menos y que no hay que fijarse en ellas?...

Bendita hipocresía de quienes aplican este doble rasero moral que ya no es patrimonio de los católicos sino que también se extiende al mundo laico: las notas son "fascistas" (así me lo aseguró hace un par de años un colega de la CGT) pero que mi hijo/a obtenga las mejores. Son las de los otros las que no deben importarle a nadie...

14 de febrero de 2012

En diálogo con Víktor Gómez (IV)


A renglón de "Fosa común", Viktor, prosiguiendo nuestro singular diálogo, ha escrito este poema:


"Rigurosamente: nadie muere de una vez por todas cuando muere"
J. Jorge Sánchez,
del poema Fosa común,
.
.
.
.


agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza
agachó la cabeza

todo ojos azules les miraba

: ─disparen!!!

ni cinco segundos
tardó en caer abrasado a balazos
el niño Manuel
se oyó derramarse
una inocente sombra de huesos
y carne tibia se oyó
durante horas caer en menos
de cinco segundos
un cuerpecito sin miedo –se oyó–

al infierno
.
.
Víktor Gómez
(De Conversación y disenso).

Ahora la pelota está en mi tejado...

13 de febrero de 2012

Nueva antología de Groenlandia: "Poesía en los bares"


El correo electrónico trae noticias de la siempre entusiasta Ana Patricia Moya, alma de Groenlandia. Ya está disponible la antología de estupendo título, Poesía en los bares, coordinada por Andrés Ramón Pérez Blanco (el Kebran), con prólogos de este último y la propia Ana Patricia y epílogos de Gsús Bonilla y David González.

La nómina, amplia y espléndida incluye además de a los citados a Antonio Díez, Abel Aparicio, Viktor Gómez, Ángel González, Antonio Torrejón, José Ángel Barrueco, Luis Alberto Marcet, Rafael Amor, Antonio Martínez, Adriana Bañares, Lucía Boscá, Esteban Gutiérrez, Jacob, Javier Pascual, Ada Menéndez, Ana Pérez Cañamares, Ángel Muñoz, Lluis Pons Mora, Eva Márquez, Teresa López, Javier Das, Leticia Vera, Armando Gallego, Isabel García Mellado, Safrika, Laura Rosal, Coché López Moreno, Arturo Méndez, Sor Kampana, Dioni Blasco, Carla Badillo, Javier Belinchón, Déborah Vukusic, Ramón de Almagro, Kutxi Romero, Luis Miguel Rabanal, Vicente Muñoz Álvarez, Antonio Gamoneda y Ana Vega.

11 de febrero de 2012

La reforma laboral


Que a uno la suerte de Garzón le sea relativamente indiferente tiene al menos un par de motivos: durante la represión del independentismo catalán antes de las Olimpiadas del 92 (y no creo que nadie sospeche que abrigo ninguna simpatía por ningún tipo de nacionalismos) el insigne juez jugó un papel cuanto menos discutible que, como se han encargado de recordar muchos por estos lares, no fue precisamente "garantista" con las personas que ordenó detener y procesar; en segundo lugar, su investigación sobre los GAL tuvo un sesgo oportunista y vengativo al menos en apariencia. Quizás le moviera un deseo de justicia legítimo pero "la mujer del César no sólo ha de ser honrada, ha de parecerlo" y que se acelerara la instrucción cuando salió del ministerio hace que quepa una duda razonable al respecto.

Digo esto porque uno no cree que la sentencia de Garzón sea una muestra de revanchismo neofranquista o una señal que se envía desde "arriba" en este momento histórico en el que parece claro que se está produciendo una agudización de la lucha de clases en esta esquina de Europa (y en todo el continente).

Por contra, la reforma laboral sí es una muestra indudable de la coerción de los clases dominantes y de la involución democrática que están llevando a cabo. El caldo de cultivo para una revolución, que insiste uno, seguramente no será la que anhelan muchos de los que la aman con pasión, se sigue cociendo: el fuego se ha subido un poquito más.

10 de febrero de 2012

Garzón

La sentencia del Tribunal Supremo que inhabilita a Garzón suscita enconadas valoraciones que, a menudo, pecan de simplistas. La de una persona tan equilibrada como Gregorio Luri, generalmente mesurado y sobrio, que acaba proclamando un "Me siento más libre" como consecuencia de la condena, se coloca a la misma altura que la del catedrático de Derecho del Trabajo, Joaquín Aparicio -que recoge José Luis López Bulla en su Blog y que le ha llegado a uno por correo electrónico- que afirma que hoy "los corruptos brindan, los fascistas ríen y los demócratas sufren".

Uno, que se considera demócrata -más que nada en el sentido de preferir que la soberanía recaiga en todos y cada uno de los ciudadanos de una comunidad dada-, no sufre hoy especialmente , como tampoco se siente más libre y recuerda que hace cinco o seis años un prestigioso abogado de estos pagos, con abundantes contactos en Madrid, comentaba que mucha gente de la carrera le tenía ganas a Garzón. No sólo adversarios ideológicos (jueces de simpatías ultraderechistas) o excompañeros de viaje (jueces "progresistas" que no digirieron sus vaivenes con el gobierno de Felipe González desde el Ministerio hasta la investigación de los GAL) sino jueces, fiscales y abogados normales y corrientes perjudicados por sus deficientes y aceleradas instrucciones. Si estas frágiles instrucciones lo eran por la búsqueda de la mayor eficacia a través de la velocidad o por vanidad o por incompetencia, no cambia el hecho de que mucha gente en el mundo judicial le tenía unas ganas diríamos "técnicas", laborales que daban el cemento sobre las cuales las otras podían aguantarse.

De ahí que no es de extrañar lo sucedido sin prejuzgar la legalidad o no de la sentencia que, la verdad, poco le importa a uno: hay sentencias más dañinas para la gente de las cuales poco o nada llegamos a saber.

Lo que sí parece claro es que la hybris pasa, tarde o temprano -ya lo sabían los griegos-, factura.

8 de febrero de 2012

Ryanair y la responsabilidad


La prepotente y provocadora actitud del propietario o presidente de Ryanair (uno no está seguro de cuál es la denominación que hace justicia a su posición) con su desprecio a los sindicatos, a las instituciones estatales y a los trabajadores de Spanair puede servir, a titulo de metonimia, para ilustrar el estado actual de dominio "imperial" de las corporaciones empresariales y la indefensión de los asalariados ante los excesos físicos y simbólicos que este dominio provoca.

Uno jamás ha volado con Ryanair ni pensaba hacerlo pero no está de más sugerir que, como consumidores -una de las múltiples construcciones subjetivas entre las cuales funcionamos hoy día- está en nuestra mano (y la carta del funcionario publicada por La Vanguardia pretendía ilustrar esta posibilidad), penalizar no sólo la soberbia moral y estética, las actitudes despóticas o la lógica dominante del "capitalismo desregulado y salvaje" sino incidir realmente en el funcionamiento de este "sistema": boicoteemos a Ryanair y veremos qué sucede...

Está en nuestra mano.

P.S: Afortunadamente, ayer la Comunidad me proporcionó una copia en HD de la Super Bowl en la cual el bello y apolíneo Tom fue batido, nuevamente, por los carnales Giants que tanto quiero. Ver el partido le ha permitido a uno escribir algo más sosegadamente sobre el señor O'Leary sin pasar los insultos de la mente al "papel". Algo es algo.

7 de febrero de 2012

"Fosa común": en diálogo con Víktor Gómez (III)


Del diálogo con Víktor surgió la forma final de "Fosa común", el poema sobre los brigadistas del que hablaba el otro día. Aquí dejo el poema:

"FOSA COMÚN

"La luz es la canción de los muertos"
Víktor Gómez



En su ausencia indomable los muertos son de todos y de nadie
(de aquello que no es
nadie -y cualquiera- puede ser dueño).


"Muertos míos de Rusia..." cantaba el poeta
reclamando su propiedad.
"Muertos míos de Rusia..." sollozaba
como si con sus lágrimas pudiera resucitarlos y devolverlos al ser.
"Muertos míos de Rusia..." escribía
para conquistar la legitimidad de su muerte y de su rememoración.
"Muertos míos de Rusia..." se lamentaba
queriendo secuestrar su desaparición
para hacerlos presentes de nuevo, substantes.
Pero en su pérdida absoluta los muertos no son de nadie,
"Sus" muertos de Rusia le son tan ajenos
como los "nuestros" de otros lugares.


En su cementerio, sea Yuste o Fuencarral,
en su fosa común, en su osario,
en su zanja perdida,
en sus restos irreconocibles,
imposibles de identificar,
desvanecidos,
ya polvo,
el panteón de los muertos no rinde cuentas más que a sí mismo
como, en cierto sentido,
los libros, una vez pasado su tiempo,
no dialogan más que entre ellos
en el auditorio de la biblioteca universal.


En su tupida ausencia
en su silenciosa lejanía,
pues,
sólo cabe dejar a los muertos en paz.
Su luz es inaudible.
Viven en la absoluta libertad de la nada.


Mas no todos los muertos están irrevocablemente muertos.
Rigurosamente: nadie muere de una vez por todas cuando muere.


En su perturbadora y sutil presencia
en su sigilosa cercanía
interpelan, convocan,
a unos, a otros, a todos
y se ofrecen a quienes responden a su apelación
mas siempre remotamente, con reservas,
sin entregarse completamente.


Si se han acercado
y hemos escuchado su luz
podemos reclamarlos como propios
y rendirles tributo.
Honrarlos a ellos y nada más que a ellos.
Si es necesario, escupir sobre las tumbas de sus enemigos:
no diré que no debemos hacerlo.


Sin embargo, deberíamos ser justos
y no abrazarlos mezquinamente.
Deberíamos recordar que, aunque se le parezca,
su vida no es la nuestra
y su muerte es la suya propia
no la de cada uno de nosotros.


Repito.
Si los queréis reclamar no diré yo cómo debéis hacerlo.
Únicamente, insisto, deberíamos ser justos.


Yo los reclamo como míos porque oí a mi abuelo.
Y lo hago
porque con ellos victoriosos
los moros del viejo asesino
no hubieran sembrado de cadáveres las cunetas de Málaga
seguramente en Babi Yar las zanjas hubieran sido poco profundas,
como de huerto,
y la línea férrea de Oswiecijm no se habría desviado en un ramal
para acabar en una rampa.


Por eso son míos
aunque no quepa engañarse:
no me pertenecen aunque les honre. "

6 de febrero de 2012

Escribe Emmanuel Todd


Hace unos días, en uno de los Blogs de Jordi Ramírez se recogía este texto de Emmanuel Todd perteneciente a La ilusión económica muy útil para recordar a los entusiastas digitales que, por sí sola, cualquier revolución tecnológica no lleva aparejada, necesariamente, ninguna mejora real de la existencia humana ni mucho menos abre mayores posibilidades emancipatorias.

"El ejemplo de Inglaterra prueba que ciertas tecnologías pueden tener como efecto la valoración del trabajo con independencia del nivel de formación de la población. Durante la primera revolución industrial, las cualificaciones de los proletarios ingleses eran inferiores a las de los artesanos alemanes de la misma época, resultado de una sociedad más alfabetizada. La informática es una revolución de este tipo. Para ser aplicada necesita, ciertamente, una población que sepa leer y contar. Pero puede prescindir de una generalización de las formaciones secundarias y superiores. Una vez que alcanza su plenitud, apela escasamente, en sus utilizaciones e incluso quizás en las concepciones de sus programas, a las funciones cerebrales más complejas, más sintéticas. De hecho optimizan el uso de una instrucción primaria masiva. La informatización de la sociedad y el estancamiento cultural no son pues a priori contradictorios, incluso si Estados Unidos no se encuentra en la privilegiada situación de la Inglterra de finales del siglo XVIII, que no tenia competidor en un nuevo campo que ella misma iba definiendo." (p134)

4 de febrero de 2012

Nieztsche en Indianapolis (y II)


Frente al espectacular Vick, siempre en movimiento, capaz de correr más yardas que sus propios corredores titulares, saltarín y elástico, Tom Brady nunca me había gustado por su inmovilidad: quieto en el shotgun tras retroceder los pasos necesarios, impasible, erguido, hierático a la búsqueda de su receptor parecía inalterable, ajeno al juego, impertérrito, rígido, frígido, arrogante, soberbio.

Ahora, este año, uno ha podido verlo y pensarlo de otra forma. Quizás a sus 34 años persista en su quietud no sólo por arrogancia sino también por ética y estética: no es sólo que se crea la joya del equipo y que obligue a sus protectores a resguardarlo hasta la extenuación sin ayudarles moviéndose y alejándose del peligro por un acto de egocentrismo sino porque su ética y su estética se lo imponen.

Quieto, inmóvil mientras a su alrededor una jauría de defensores se lanzan a por él, muestra su confianza en su guardia. La confianza de un hombre, que ya no es joven y que si es cazado puede ser lesionado gravemente, en sus camaradas. Comunidad al lado de la jerarquía; compañerismo al lado de la autoridad. Puro ejemplo de código de conducta militar. Un comandante en campaña que va a correr el mismo destino que sus soldados. Moral que uno no asumiría pero moral al fin y al cabo.

Y asimismo, no sólo un compromiso ético sino uno estético (incluso en cierta forma ontológico): la fidelidad a la forma, al orden, a la estructura y al límite, al deber ser, a lo ideal, a lo apolíneo. Nada de mezclarse entre líneas como Vick, de descoyuntar la formación replegándose o huyendo para zafarse de sus perseguidores, de sacrificar el orden en el altar de la eficacia. Fiel al principio de la organización del magma de la realidad como un vigía en su torre de vigilancia, como un falo enhiesto, permanece erecto y con su mirada, la mirada del sol, de la capital, del macho, de Dios, busca al destinatario de su Gracia sobrevolando la confusión, la fluidez, la humedad, la diseminación, el desparramamiento, el gasto del esperma despilfarrado.

Como decía Jonathan Littell a propósito del nazi Léon Degrelle, es como si Brady luchara contra viscosidad, la liquidez, la suciedad, manteniéndose firme, impoluto, limpio, imperial. Es el gran pene aguantando estoicamente la acometida del Otro. Lo apolíneo frente a lo Dionisíaco.

http://www.nfl.com/videos/nfl-game-highlights/09000d5d82601c63/Divisional-round-Tom-Brady-highlights

¿Y habrá condensación más apropiada de la alteridad del falocentrismo que los Giants? ¿Mayor ofensa al instinto apolíneo que lo dionisíaco tomado como quebrantamiento de la forma, alud del vigor, sobreabundancia de la corporalidad sobre la fragilidad de la espiritualidad modelizadora del mundo?

Frente al ataque modelado por el arquitecto de los Patriots, la insistencia en la defensa gobernada por el puro músculo. Frente a la construcción, la destrucción. Frente al trazado de líneas su emborronamiento. Frente al mantenimiento de la posición el asalto, la irrupción. Frente a la limpieza, la suciedad. Frente a la sequedad, la humedad. Sólo hay que ver cómo salieron de su enfrentamiento contra los Broncos los chicos de Brady y, sobre todo, el propio Brady: sin casi una mancha. ¿Cómo salieron de su enfrentamiento contra los 49ers los de New York? Sucios, magullados, desharrapados.

http://www.nfl.com/videos/nfl-game-highlights/09000d5d8263bd32/GameDay-Giants-vs-49ers-highlights

Yendo un poco más llá con Littell pero sobre todo Freud, Lacan y el feminismo "radical" de los Cultural Studies: frente al falo seco, uniformado y limpio, la vagina húmeda, desharrapada y sucia a la que tanto miedo tenían los fascistas. Frente a Tom Brady, los Giants. Frente al crepuscular falocentrismo su alteridad: ¿la castración, el gineceo o simplemente un órgano que también se humedece y que no puede permanecer tieso más que si una Viagra asesina le obliga? Cualquiera de estas posibilidades y otras, claro está.

Pobre Tom. En el fondo es un "héroe de la retirada" (Cercas dixit). Un mariscal de campo (así acostumbran a traducir al castellano de latinoamerica la expresión "quarterback") que no sabe que -en realidad- guía una "anábasis"...

Espero que si gana lo haga envuelto en barro, sucio, humedecido, con la camiseta desgarrada, agotado y dolorido como los defensive linemen de los Giants: Umenyora, Tuck, Pierre-Paul...

P.S: Como esta larga nota está dedicada a Paul Cahill no puede uno por menos de pensar lo bien que lo pasaría viendo la Super Bowl en su compañía y hablando, sobre todo hablando mucho, de fútbol y algo menos de literatura. Porque el fútbol americano es un deporte para ver en compañía y hablar mucho mientras se espera una y otra vez...

3 de febrero de 2012

Nieztsche en Indianapolis (I)

(Una reflexión dedicada a Paul Cahill)

Una de las virtudes del modelo interpretativo que Nieztsche expuso en El nacimiento de la tragedia, la oposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco como esquema de categorización ontológico, es su versatilidad. Tan flexible, tan simple y tan acorde con los estados de cosas del mundo, se puede prolongar como marco hermenéutico para casi cualquier universo factual y su eficacia lo ha convertido en un "lugar común" del pensamiento en nuestras sociedades. Vale "para un roto y un descosido".

Una muestra de esta ductilidad se le ha aparecido a uno esta mañana pensando en el acontecimiento del próximo domingo y el "corazón partido" que le provoca: la final de la XLVI Super Bowl entre los New England Patriots y los New York Giants. "Fan" de los Giants desde hace muchos años, uno saludó con entusiasmo - tras haber afirmado contra viento y marea que así sucedería - el triunfo de estos sobre los arrogantes Patriots hace cuatro años, el año en que Tom Brady y los suyos consiguieron el anhelado undefeated, la imbatibilidad durante la regular season de 16 partidos que nadie más ha logrado hasta ahora. Los bellos y elegantes Patriots que hacían historia viva batidos por los inexpertos, advenedizos y toscos Giants... Perfecto.

Sin embargo, esta vez la lealtad de uno está dividida. Tras la grave lesión que Brady padeció hace tres años, la errática política de personal de los Giants y el retorno del "malvado" Michael Vick, las afinidades y predilecciones se desplazaron. Los de New York encadenaron tres campañas frustrantes, el equipo de Vick se convirtió en la gran atracción (el Dream Team lo llamaron este año) y el "divino" Brady perdió protagonismo, aunque el pasado curso fuera proclamado unánimemente el mejor jugador de la Liga, porque su equipo no funcionaba. El marido de Giselle Bundchen, el deportista del año de Sports Illustrated, el mejor atleta masculino de Estados Unidos para la Associated Press, parecía condenado a quedarse para siempre en los arrabales del Olimpo donde habita Montana. Al tiempo, los Giants volvían al ostracismo y los tiempos de Vick parecían anunciarse.

Y entonces, cuando el astro perdió brillo, a uno le empezó a caer bien y a leer de otra manera su arrogancia permaneciendo fiel a los neoyorquinos: a leerla como un ejemplo viviente del apolíneo falocentrismo cuyo tiempo está caducando.

1 de febrero de 2012

En diálogo con Víktor Gómez (II)


Del insólito diálogo con Viktor Gómez surgió, por fin, la semana pasada, la manera de acabar el poema para la antología que ha promovido Ana Pérez Cañamares sobre las Brigadas Internacionales. El injerto de una frase de un poema de Viktor, "La luz es la canción de los muertos", tanto en el encabezamiento como en el cuerpo del texto permitió concluir el juego de citas que no se había logrado lanzar hacia un "más allá".

"Fosa común", así ha titulado uno el poema, empezó como un homenaje a la memoria de mi abuelo y a su recuerdo de la Guerra Civil pero se asoció en seguida con la problemática del double bind, de la contaminación y la mezcla de la ausencia y la presencia planteados por Derrida, con unos poemas de Cuaderno de Berlin de Jorge Riechmann, con unas observaciones de Álvaro Valverde y Antonio Orihuela (bien dispares ambas) sobre el cementerio de Yuste y con el famoso poema de Dionisio Ridruejo "Nuestros muertos de Rusia". Ese brebaje es el que la frase de Viktor cerró.

Lo subiré un día de estos por aquí.