6 de abril de 2015
Uno recomendaría (23/03/2015-05/04/2015)
Uno recomendaría, entre sus lecturas de estas dos últimas semanas:
"La ciudad democrática de la biblioteca pública y la bicicleta" de Jorge Riechmann.
"Uno comprende bien el anhelo de cierta normalidad en Grecia, en España y en muchos otros lugares. Y sin embargo no la tendremos, no tendremos esa normalidad tan deseada… No estamos en el tiempo de la prosperidad creciente, de las relaciones laborales ordenadas, del capitalismo domesticado, de las carreras profesionales previsibles, de la geopolítica racional, de la energía abundante y barata, de la población pequeña en relación con los recursos naturales, del clima estable… (Capítulo aparte merecería la normalidad de clase media: la segunda residencia, el cambio de automóvil cada lustro, la buena asistencia en el hospital público aunque uno tenga también el seguro privado, ese tan cómodo poder delegar los asuntos públicos en políticos profesionales que no roben demasiado ni demasiado a la vista… Ah, la normalidad de la clase media –por ejemplo en un país como España.)"...
5 de diciembre de 2014
Ilustraciones?
Recomendaba uno el lunes una reflexión de Jorge Riechmann acerca de la necesidad de una segunda Ilustración que ensanchara el espacio de la primera. Nada que objetar a la ampliación de los fines, principios y prácticas de una racionalidad que aspire a la emancipación como ideal máximo. El problema es que, como decía el viejo Habermas - y nosotros nos reíamos de él en nuestros años de insolencia universitaria de la mano de "nuestro" Marx pasado por Derrida -, la primera Ilustración, la enunciada en el s. XVIII y sistematizada por Kant, no es sólo un proyecto inacabado por necesidad teórica sino también por falta de realización histórica. Es decir, no es sólo que la Ilustración deba seguir vigente como proyecto porque su formulación temporal deja suficiente espacio para ser ampliada y enriquecida (o empobrecida según se mire, recordemos los efectos nefastos del racionalismo positivista a ultranza) sino porque la Humanidad, en su absoluta inmensa mayoría, no ha llegado ni a acercarse a los rudimentos del empeño ilustrado: vive muy lejos del sapere aude, anclada en una "culpable minoría de edad" y sin especial interés en hacerse dueña de sí misma. ¿Cuántas personas hay en ella que deseen - y lo logren más o menos habitualmente - servirse de su entendimiento sin la guía de otros?
La actualidad de la Ilustración, de la primera, es el resultado de su incumplimiento: es una promesa que debe regir nuestra acción porque permanece en el horizonte, irrealizada, como esperanza y condición de ulteriores logros.
1 de diciembre de 2014
Uno recomendaría (24/11/2014-30/11/2014)
Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:
"Sobre la necesidad de una segunda ilustración o una tercera según echemos las cuentas" de Jorge Riechmann.
"Si el objetivo de la primera Ilustración europea de los siglos XVII-XVIII -movimiento cultural y social que sentó el principio de que los seres humanos nacen esencialmente libres e iguales- era conseguir la paz entre los seres humanos, el de la segunda sería lograr la paz entre"...
6 de marzo de 2014
Desasosiego y poesía
Días presididos por un desasosiego con múltiples orígenes y que ayer se condensó, desplazándose de aquellas raíces más vinculadas al paso del tiempo, la afectividad, el auge de totalitarismos y el retroceso general de la Ilustración, los conflictos identitarios o la muerte de los seres queridos, en uno que los podía resumir todos como cualquiera de ellos podría haberse trocado en tropo de los demás: la probabilidad del próximo colapso de la economía mundial a causa de haber alcanzado y superado el peak oil (el cénit en la producción de petróleo).
El otro día, en su cuaderno, Jorge Riechmann citaba una contribución de Antonio Turiel quien advertía al respecto que "es difícil exagerar la gravedad de lo que está pasando. Si no se produce un golpe de mano por parte de los Gobiernos, esta desinversión que acaba de comenzar provocará que en un plazo de menos de dos años la producción de petróleo pueda caer abruptamente de entre un 10 y un 20% respecto a los valores actuales, y para 2020 no quiero ni pensar dónde podemos acabar (me temo que la AIE se centra en un escenario optimista dado el movimiento actual). Eso va a hacer que la actual crisis económica entre en una fase completamente nueva, comparada con la cual lo de ahora nos parezca simplemente caricias".
Como en su día las predicciones de Niño Becerrra, algunas de las más lacerantes de las cuales se cumplieron, estas anticipaciones parecen suficientemente fundamentadas y no dejan de provocarme dolores de cabeza metafóricos y reales. Cierto es que a uno le sigue desagradando la retórica apocalíptica y más mientras se está leyendo en estos momentos a Bloch: "Incluso
la derrota de lo bueno deseado sigue encerrando en sí su posible triunfo futuro, en tanto que en la historia y en el mundo no están agotadas todas las posibilidades del cambio y del hacerse mejor; en tanto que lo realmente posible, con su proceso dialéctico-utópico, no se ha fijado en su final" (El principio esperanza, trad. de Felipe González Vicen, vol. I, p229). Con todo, el seguimiento desde hace bastantes meses de los trabajos de Antonio Turiel y de los debates entre "optimistas" y "pesimistas" al respecto, ha hecho que dilucidar siquiera provisionalmente la situación no pueda ser eludido.
Uno está lejos de llegar a ninguna conclusión provisional pero sí preocupado porque el mensaje catastrofista parece más fundamentado que el optimista. Hasta ahora uno acudía a recordar la letanía de la próxima consumición de las reservas petrolíferas que, periódicamente, surcaban los medios de comunicación allá por los setenta y los ochenta que se mostró como menos fundada de lo que parecía. También al hecho, que hay que reconcoer que todavía no he podido contrastar suficientemente, de que el primer teórico del peak oil, Hubbert, situaba el citado pico en los Estados Unidos entre 1965 y 1970 y parece su previsión no se cumplió del todo. Asimismo, la esperanza en las energías renovables y la mínima picardía, propia del sentido común, de que las grandes corporaciones petroleras no van a dejarse arrastrar a una espiral de pérdidas y autodestrucción, contribuían a mitigar la fuerza de los apocalípticos.
Sin embargo, sin necesidad de compartir el milenarismo de estos, leer el informe Hirsch, encargado por el mismo Departamento de Energía de los Estados Unidos no invita precisamente al optimismo aunque no avale, forzosamente, un colapso absoluto y catastrófico del capitalismo.
No es que la cuestión esté abierta, que lo está. Es que se está escorando hacia las previsiones menos tranquilizadoras...
Y mientras, la poesía en los anaqueles y la mesa del escritorio, esperando un poco de calma que sigue sin llegar...
9 de enero de 2014
Navegando entre apocalípticos vaticinios
Noche de insomnio vagando por la Blogosfera que acabó peor que comenzó. Como el hilo de Ariadna, todo comenzó con la lectura de unas réplicas de Jorge Riechmann a unos comentarios de un lector sobre Fracasar mejor, su, creo, último libro. De ahí uno pasó al cuaderno del lector y, a partir de ahí, a muchos otros, casi todos orientados al ámbito económico y, especialmente, al colapso del capitalismo por el Crash Oil.
Como uno ya ha dicho más de una vez, los discursos apocalípticos me provocan un cierto hartazgo, una sensación de déjà vu peligrosa y un pálpito de milenarismo romántico desagradable. La mayoría de los textos que leí insistían en la insostenibilidad a corto término del capitalismo por el rápido agotamiento de los combustibles fósiles (se calcula que en15 años quedará el equivalente al 15% de "energía neta" disponible, el llamado "Horizonte 15/15"), una insostenibilidad que no se puede subsanar con el uso de "energías renovables"; en la imposibilidad de mantener la lógica del crecimiento y la necesidad de apostar por el decrecimiento para amortiguar los efectos catastróficos previstos; y en la inevitabilidad del colapso sistémico. Casi todos los textos iban acompañados de argumentos, datos, afirmaciones e hipótesis nada descabelladas sino más bien razonables y plausibles.
Sin embargo, y pese a convenir en la insostenibilidad del modelo y la necesidad de acabar con la lógica del crecimiento y apostar por el decrecimiento, uno sigue sin acabar de ver claro que vaya a producirse un colapso general y absoluto del modo de producción imperante en un escenario apocalíptico que muchos juzgarían hermoso y hasta deseable.
Muchos años de marxismo le hacen a uno recordar las numerosas crisis cíclicas de las que ha salido victorioso el capitalismo mostrando una capacidad proteica que nunca se debe desdeñar. Asimismo, le viene a la mente la idea de la necesidad de la concurrencia entre condiciones objetivas y subjetivas para que pueda producirse un colapso sistémico o una revolución. Podría suceder que asistamos, por contra, a un escenario de lento declive sistémico y paulatina - o rápida - transformación que acabe dejando intactos los cimientos del modo de producción y salve, como siempre, de la catástrofe a una minoría mientras aboca a la muerte, al hambre o la pobreza a la mayoría de la humanidad: mas eso no es nada nuevo ni tiene nada de apocalíptico sino es al precio de olvidar que ha pasado en tantas ocasiones que, como de costumbre, el apocalipsis ya ha sido dejado atrás y ha llenado millones de fosas comunes, caminos, carreteras y campos.
Rescato un par de reflexiones que encontré:
"Por resumir el párrafo anterior, los autores citan que sus estudios sistemáticos contradicen la conclusión de Vallois (1961) de que entre los humanos "primitivos" "pocos individuos pasan de los cuarenta años y son muy excepcionales los que superan los cincuenta", y por supuesto la visión tradicional Hobbesiana de una vida "brutal, corta y horrible" del hombre "primitivo". Los datos muestran que las edades modales de la vida adulta están en el rango de 68-78 años entre los "salvajes", y esto sugiere que las inferencias sacadas por las reconstrucciones paleo-demográficas no son fiables, de hecho, como citan estos autores, la alta longevidad parece una característica nueva y generalizada en el "Homo Sapiens"
Continúan los autores afirmando que estudios recientes han encontrado problemas en la forma usual de estimar la presencia de adultos con edades avanzadas por los métodos de desgaste dental y ratios de adultos-jóvenes que hasta ahora han usado los paleontólogos"
El propósito central de todos nuestros documentos de la serie Falsa solución, incluido este, es dejar sentado que este completo conjunto de supuestos por los que nuestras instituciones han apostado colectivamente, es trágicamente inapropiado, y solo sirve para retrasar, en un momento crucial, unos cálculos muy importantes que deben ser afrontados inmediatamente. Enfáticamente no estamos contra las innovaciones y eficiencias donde puedan ser útiles. Pero estamos contra la gran falsa ilusión de que estas pueden solucionar todos los problemas, y estamos contra la tendencia a ignorar los límites sistémicos inherentes que afectan al suministro de energía, el suministro de recursos, y la Tierra misma. Por ejemplo, las mayores predicciones tecno-utópicas de hoy, como el «carbón limpio», vía secuestro del carbono, y la «energía nuclear limpia», vía una nueva «4 ª generación segura de diseño de reactores», ya se han demostrado como poco más que fantasías salvajes de las industrias del sector energético, haciendo proselitismo de estas opiniones con los políticos a los que, en otros momentos, también proporcionan fondos para sus campañas. No hay una evidencia convincente de que el carbón limpio, todavía en el reino de la ciencia ficción, se consiga nunca. Muy probablemente ocupará el mismo panteón de fantasía tecnológica que la fusión nuclear, por no hablar del teletransporte humano. En cualquier caso, todos los argumentos en favor de un carbón limpio, aunque sea absurdo, siguen ignorando lo que sucede en los lugares de los que procede. Si visitaran los Apalaches alguna vez, verían la actual desertificación por la eliminación de las cimas de las montañas, y sus ríos envenenados para obtener un carbón presuntamente pronto «limpio». La limpia energía nuclear presenta similares anomalías –actualmente no se contempla en ningún sitio una solución que esté cerca de ser práctica para el depósito de los residuos- incluso si los suministros de uranio no se estuviesen agotando tan rápidamente como los de petróleo. Hablar de la energía nuclear como «limpia» o «segura» es una clara señal de pánico mientras que, como a un vampiro, permitimos que se levante de nuevo de su tumba.
24 de noviembre de 2013
El prólogo que Carlos Piera escribió para "Del Tercer Reich"
Hace unas semanas, con ocasión de la salida a la venta de Las vidas de las imágenes, uno dejó por estos pagos el brillante prólogo que Antonio Orihuela escribió para la ocasión. Y al hacerlo pensó en todas aquellas personas (afortunadamente no demasiadas) que han dedicado algún tiempo de su vida, por escaso que sea, a escribir sobre los textos que uno ha puesto en circulación. Y lo cierto es que a muchos de ellos no se lo he agradecido suficientemente. Por ello, ahora, en este espacio abierto en la Comunidad desde hace unos años, tal vez sea un buen momento para dejarles constancia de mi agradecimiento y reproducir sus palabras no a mayor gloria del que escribe sino más bien a la de ellos.
Y empiezo por el principio, como no podía ser de otra manera. En 2002, la editorial Germania publicó mi primer texto poético, Del Tercer Reich. Había llegado hasta las manos de uno de los dos directores de la colección de poesía "Hoja por Ojo", Jorge Riechmann. El otro era José María Parreño. Le envié la primera versión de mi manuscrito a sugerencia de Carlos Piera, poeta y lingüista de extraordinaria calidez humana, con el que había contactado tres años antes para que participara en el tribunal que debía juzgar mi tesis doctoral. Cuando Riechmann me escribió para ofrecerme la publicación del libro convinimos en que nadie más indicado que el propio Carlos para escribir el prólogo. Se lo pedi, accedió sin poner obstáculo alguno y allí estuvo y ahora aquí está. Gracias Carlos.
21 de marzo de 2013
Apostilla a "una de maestrillos"
En el Blog de Jorge Riechmann encuentro un enlace al artículo de Agustín Moreno, "La guerra sucia de Figar", a propósito de la noticia de la cual se hizo uno eco el otro día sobre los dislates, y el masivo suspenso, de la prueba de conocimientos de las oposiciones a maestro de Primaria de 2011, en la Comunidad de Madrid.
En honor a la verdad, creo que no le falta razón al señor Moreno cuando afirma que "Los objetivos de la consejería son evidentes: influir en plena campaña de matriculación y romper el mercado de trabajo en la educación pública y, como el curso pasado, busca desprenderse de miles de profesores /as interinos.
Todos los años por estas fechas aparecen movimientos de este tipo con el ánimo de influir en la decisión de las familias que se están planteando la matriculación de sus hijos e hijas en los centros públicos o privados-concertados. Como parece clara la gran cualificación del profesorado de la educación pública, crean alarma social para intervenir sobre las familias en unos momentos en los que la crisis está reforzando el flujo de matriculación hacia la pública por las dificultades económicas de muchos hogares.
Por otro lado quieren acabar con el sistema de acceso a la función pública y dejarlo en algo residual. Por dos vías: la modificación del acuerdo sobre interinos que supone despreciar casi totalmente la experiencia (14% de peso) y la formación docente, y que sea la nota de la oposición (80%) la que determine la posibilidad de trabajar como interino. Esta ruptura unilateral por la consejería del acuerdo existente conducirá a aumentar la precariedad y la rotación del colectivo, y a la pérdida de excelentes profesionales que en cuanto fallasen en una oposición se quedarían fuera del sistema al no tenerse en cuenta prácticamente la experiencia".
También seguramente no anda desencaminado cuando afirma que hay una "burda manipulación" detrás de la publicación de la noticia.
Ahora bien, ello ni quita ni pone a un hecho incontrovertible: "Más del 80% de los opositores suspendieron la prueba de conocimientos". Ese es un dato incontestable, se mire como se mire. Y peor todavía es cuando el señor Moreno afirma que "hay una burda manipulación cuando se intenta dar a entender que el 86% de los que suspendieron son los mismos que pusieron algún disparate o falta que han buscado afanosamente. Se traslada la imagen de unos opositores ignorantes y se crea alarma social sobre el profesorado de la educación pública. Pero esto no es así: Habrá algunos aspirantes (que no interinos) que den respuestas anecdóticas o erradas. Pero no supone que todos los que no obtienen la plaza digan barbaridades". Podría ser así. Sin embargo, hay un dato sobre el que pasa de puntillas y que no puede obviar como lo hace si no quiere caer en una demagogia similar, aunque sea de sentido opuesto, a la de la señora Figar:
"¿Por qué provincias pasan los ríos Duero, Ebro y Guadalquivir? Apenas el 2% de aspirantes a una plaza de maestro en las últimas oposiciones celebradas en Madrid respondió correctamente. ¿Cuál es el equivalente en gramos a dos kilogramos y 30 gramos? El 93% no supo trasladar esta unidad de medidas y otras similares (metros cuadrados y minutos)."
Como quiera el señor Agustín Moreno. Pero ese dato (que, claro está, podría ser falso pero uno no tiene tan claro que sea así por experiencia propia) está más allá de la manipulación. No dirían dislates todos los aspirantes pero el 98% no supo responder a la pregunta sobre los ríos Duero, Ebro y Guadalquivir. Y eso es un hecho que pone rotundamente en tela de juicio la formación de los maestros. Lo demás, palabrería y sofismas.
15 de diciembre de 2012
La paciencia de José Naveiras y Bajo la lluvia
Y, finalmente, gracias a la paciencia de José Navieras que soportó estoicamente mis últimas dudas, correcciones y rectificaciones de la contraportada, Bajo la lluvia llegó esta semana a la imprenta. Espero que en breve esté en la calle. Después de Navidad me temo que habrá que hacer alguna presentación. Será una buena oportunidad de saludar a amigos y conocidos.
Por último: aparte de a las personas que amo, el libro está dedicado a Jorge Riechmann. Un día de estos explicaré por qué.
12 de noviembre de 2012
Escribe Jorge Riechmann...
Recientemente, anotaba Jorge Riechmann en su Blog:
"Las fuerzas del 'turbocapitalismo' basado en las finanzas y la tecnociencia no son ni conservadoras ni reaccionarias: ¡ya nos daríamos con un canto en los dientes si de verdad conservaran lo humano, si de verdad reaccionasen frente a la destrucción del mundo humano y la biosfera! El banquero de Wall Street o el científico-empresario volcado en la biología sintética no son conservadores: por el contrario, se consagran a una futurista huida hacia delante que trata de dejar a tras la rémora de la naturaleza humana, los pesados vínculos que solían atar el dinero a la producción de bienes y servicios tangibles, y la biosfera que nos traba con molestas ecodependencias.
Frente a esta alucinante deriva antropófuga, los comunistas o los ecologistas sí que somos conservadores…"
Y uno no puede estar más de acuerdo con todas las implicaciones que tiene esta relectura: la mayoría positivas pero también algunas, en educación por ejemplo, no tanto...
10 de octubre de 2012
Y arrepintiéndome de volver a comprar "El País" al poco
La culpa de que mi retorno al regazo de El País haya durado tan poco (no lo he comprado hoy ya) la tiene Jorge Riechmann, que recoge en su cuaderno una carta del comité de empresa del periódico suficientemente justificativa. Es lo que tiene leer a gente como Jorge, que se hace eco de muchos de los que nada sabemos: que a la menor nos fastidia esas ingenuidades de andar por casa tan necesarias a veces...
20 de marzo de 2012
El correo trae a Thomas Mann, Heinrich von Kleist y Antonio Orihuela


Por correo ordinario llegan dos nuevos clásicos publicados por la editorial Papers amb Accent. Se trata de dos cuidadas ediciones que, teniendo en cuenta la calidad de las traducciones y estudios previos de anteriores volúmenes (en especial los de Grillparzer y Zola), permiten anticipar un resultado excelente. Se trata de Das Gesetz (La Ley) de Thomas Mann, traducido al catalán por Josep Murgades, y de una recopilación de textos de Heinrich von Kleist que lleva por título Sobre el teatre de titelles i altres escrits. En cuanto uno acabe las lecturas pendientes, que merecen un capítulo aparte, me pondré con este texto de Mann que desconocía por completo.
Por correo electrónico mi querido Antonio Orihuela me hace llegar la propuesta de participar con un poema en la revista "Estudios, revista de pensamiento libertario" cuyo próximo monográfico lleva el título de "Poesía y huelga general". Lástima que sobre este tema no pueda ir, me temo, mucho más allá de lo que ya fue en su momento Jorge Riechmann en textos como "La belleza de la huelga general" o "Momento de parar". Y es que a veces, muchas veces, hay alguien que ha escrito antes y mejor que uno, lo que quisiera decir.
26 de febrero de 2012
Un poema de Jorge Riechmann

Del placer que le deparó a uno la lectura de Futuralgia, la poesía reunida de Jorge Riechmann desde 1979 hasta el 2000, creí que había escrito algunas líneas. Ahora he comprobado que no fue así. Va uno justo por el trabajo, la incertidumbre sobre el diagnóstico final de la dolencia de mi hermano, algún problema de salud y la corrección de la novela, así que debo dejarlo para más adelante pero el mes dedicado por entero a su poesía me han reafirmado, como mínimo, en un par de modestas conclusiones:
- No hace falta que un gran poeta logre todos sus poemas; y
- no hace falta que un gran poeta se someta siempre a las exigencias de la lengua en la que escribe;
Algún día, con tiempo, intentaré dejar huella de porqué volví a escribir literatura gracias a Jorge Riechmann...
"PARA ESCRIBIR POESÍA
Preservad los nombres antiguos.
Renovad cada día el pacto de los nombres.
Y no dejéis de dudar
de todo cuanto digo."
(Futuralgia, p280)
30 de enero de 2012
Escribe Jorge Riechmann sobre la insuprimibilidad de las mediaciones

En el Blog de Jorge Riechmann uno leyó hace días una reflexión interesante acerca de los límites del pensamiento de la izquierda tradicional en lo que hace a la utópica (en el sentido peyorativo del término) idea de la supresión de las mediaciones institucionales y legales (desde la moneda hasta los organismos de delegación de la representación). Uno ya escribió hace tiempo, a propósito del movimiento del 15M, que la idea de democracia directa y asamblearia permanente puede ser regulativamente hermosa pero perniciosa si ha de guiar la acción política: no es posible eliminar la delegación o la representación porque siempre habrá personas que no pueden hacer uso de su facultad volitiva (por enfermedad, edad o, simplemente, por preferir a la toma de decisiones, el sexo, el paseo o la música) y delegarán esa representación en otros.
"Retengamos esto: los seres humanos somos simios supersociales que, por discusiones enquistadas en comunidades de vecinos, las cuales a veces dan lugar a rencores macerados en su propia salsa durante años, llegamos a los extremos del arma de fuego usada con intención de asesinar a aquel o aquella que vive en la puerta de al lado.
¿Por qué resulta importante retenerlo? Porque con demasiada frecuencia, desde la izquierda, nos abandonamos a fantasías ultrademocráticas de eliminación de todas las mediaciones legales e institucionales.
No puedo desarrollar más el asunto en este momento, pero tiene implicaciones enormes: acerca de la clase de democracia participativa que sería viable desarrollar, por ejemplo; o acerca de las reformas del inaceptable sistema monetario actual que deberíamos proponer. Sobre esto último, recuerdo la siguiente reflexión de Cornelius Castoriadis:
“Existe en el marxismo la idea absurda de que el mercado como tal, la mercancía como tal, ‘personifican’ la alienación; idea absurda, pues las relaciones entre los seres humanos, en una sociedad extendida, no pueden ser ‘personales’ como en una familia. Están y estarán siempre mediadas socialmente. En el marco de una economía, por poco desarrollada que sea esta mediación, se llama mercado (el intercambio).”[1]
Es un error de cierta izquierda –insistía Castoriadis– creer que todas las mediaciones impersonales deben abolirse. “No puede haber una sociedad compleja sin medios impersonales de intercambio. La moneda cumple esta función. (…) Que se le retire a la moneda una de sus funciones en las economías capitalista y precapitalista: la de instrumento de acumulación individual de riquezas y de adquisición de medios de producción, es una cosa. Pero en tanto unidad de valor y medio de intercambio, la moneda es una gran invención, una gran creación de la humanidad.”[2]
En una sociedad decente habría mucho más tiempo disponible para la participación política, y muchos más deseos de hacer cosas en común, colaborando con los demás. Pero incluso en tales condiciones óptimas, el tiempo para tomar decisiones seguiría siendo un recurso limitado, y la benevolencia hacia el compañero o la compañera de asamblea no sería infinita… A eso nos remite el lamentable incidente entre los vecinos de Puente de Vallecas (que por suerte se saldó solamente con dos heridos leves)."2 de diciembre de 2011
Riechmann en el tren

Belleza en medio de tanta preocupación, negros vaticinios y progreso de las "fuerzas del mal". En el tren, por la costa, al amparo del frío y bello mediterráneo de diciembre, leyendo Futuralgia de Riechmann. Ahora sólo leo esta poesía reunida del hombre de quien aprendí a volver a escribir versos. Tampoco apetece otra cosa. Es un bálsamo. Al acabar un poema una mirada al mar y a seguir luchando.
17 de noviembre de 2011
Sonrojándose por la nueva vida de "Del Tercer Reich"

Un querido y admirado poeta comentó un día en el que uno se lamentaba de la escasa atención que se le había brindado a Del Tercer Reich que era un libro de "largo aliento con más de una vida". Uno no pudo evitar pensar que se trataba del normal comentario de consuelo y seguramente así era. Sin embargo, en estos dos últimos años, y al socaire de Filosofía de la minucia y de la desinteresada publicidad que poetas como Jorge Riechmann, Esteban Gutiérrez o Antonio Orihuela hacen de él, parece que -realmente- esté teniendo una segunda vida.
Paul Cahill incluirá un capítulo sobre el texto en su ensayo sobre la poesía española contemporánea y el Holocausto, al lado de otros poetas mayores contemporáneos y Viktor Gómez, Vik, le dedicaba el otro día en su Blog un comentario que no pudo por menos de sonrojarme:
"Por mediación de Paul Cahill descubrí y leí muy recientemente un libro (que me regaló el también poeta A. M. R.) que me impactó por su actualidad, por su vigencia en la indagación deliberativa y preguntas esenciales, para comprender dónde estamos y cómo son las reglas de juego del exterior, es decir, de la sociedad contemporánea. J. Jorge Sánchez (Barcelona, 1964) propicia desde sus poemas un confrontar pasado y revisitarlo desde el presente. Ese unir en la lectura dos tiempos y su "entre" histórico, en rigor me sobrecoge, me aturde. Es como despertar súbitamente. Ese efecto tiene la lectura de Del tercer Reich. Hacer concordar piezas de un puzle, cuya imagen es borrosa e ininteligible hasta que está finalmente reenlazadas las piezas. La criminalidad individual y colectiva que estalló con el nazismo, La Shoa, la pasividad y la violencia, lo inenarrable... ¿acabaron en 1945? ¿qué fuerzas subsistieron? ¿cómo se transfiguró de lo absoluto visible a lo absoluto invisible ese fascismo? ¿Hoy, cómo nos afectan esas fuerzas destructivas y tan perversas como inteligentes?
Lo dicho. Gracias Paul. Gracias Jorge, Esteban, Antonio. Gracias Vik. Por fortuna no le ven a uno ruborizarse...
13 de octubre de 2011
Cierre del verano, Riechmann y jacarandas

Ayer Barcelona era una ciudad de la costa mediterránea sureña. Cielo despejado y lejano y calor extraordinario. Para despedir, esperábamos que ahora sí, el verano, empleamos la mañana en cocinar un arroz a la alicantina convenientemente modificado: guisantes en vez de garbanzos y pollo en vez de conejo para aproximarlo a nuestras existencias y a la versión de arroz murciano que Ricardo nos brindó en Dundee este verano y del que hablaré en su día.
Secreto del arroz: ninguno. Sólo imaginemos: mucho azafran y piernas de pollo bien limpias, con sal, unos puñados de guisantes y un poco más de un litro de agua para conseguir el caldo. Un sofrito con cebollas tiernas, un diente de ajo trinchado, pimiento verde (que se fríe con anterioridad), sal, pimienta y pimentón (en este caso extremeño). Cuando está el sofrito, se echa el arroz, se remueve un poco, se añade el caldo, los pimientos, el pollo y los guisantes y se lo deja hervir a fuego medio veinte minutos (eso con los arroces de verdad, con los de ahora doce minutos es suficiente). Se deja reposar, se lo acompaña de un buen Syrah y la tarde que se presentaba dedicada a la lectura de Futurología, la poesía reunida de Jorge Riechmann, de la importancia del cual en la vida "literaria" de uno hablaré más adelante, puede evaporarse tranquilamente al amparo del aroma del jazmín y el calor del atardecer sobre una tumbona. Seguro que el bueno de Jorge no se lo tomará a mal.
Esta mañana, uno ha constatado que el verano está concluido moralmente aunque climatológicamente sigamos cerca de Tiro, Tel Aviv o Alepo. No por el festín de celebración de ayer sino porque han podado (es un decir, casi los han talado) los jacarandas de la calle. Podar es conveniente pero lo que han perpetrado no es una poda es un destrozo. Es magnífico: puedo ver a mis vecinos del otro lado de la calle en paños menores. Ya estamos en otoño.
Siempre sales ganando con los cambios como diría Steve Jobs: ¡que muera lo viejo para dar paso a lo nuevo! ¡Claro que sí! ¡Dónde vas a comparar unos árboles con unos calzoncillos Calvin Klein...!
P.S: Eso sí, nuestros sabios gobernantes dan en el clavo. Hora de cerrar las ventanas y bajar las persianas. De concentrarse en el trabajo...