30 de noviembre de 2010

30 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XIX). La neue Nationale Gallerie


31 de julio de 2010. Segunda parte.

"La comida rodeados de ardillas temerosas, aunque menos que en el jardín botánico, grupos de ciclistas y nudistas muchos de ellos en equívocas posturas nos ha reconciliado lo suficiente con el ruidoso y frenético Berlin Occidental como para cumplir el propósito de ver la Neue Nationale Gallerie y proponernos para el día siguiente el Bauhaus Archiv: si podemos aislarnos en el Tiergarten esta parte de la ciudad es más soportable.

De la Neue, dedicada a la pintura y escultura de la primera mitad del siglo XX, menos a destacar de lo esperado. Bastante expresionismo, una apreciable representación de Kokoschka, Munch y Kirchner y unas pocas piezas menores de Picasso, Kandinsky y Gris. Entre lo más atractivo del inesperadamente escaso fondo del museo, descubrir a un pintor, Franz Radziwill y su cuadro Der Hafen II (The Harbour II), interesante por su parentesco técnico con mi admirado Canaletto.

Con todo, lo mejor de la visita a la Neue estaba en los cuatro murales de Rudolf Stingel, un artista de origen italiano y residente en Nueva York, que formaban la exposición vigente desde febrero y que terminaba pocos días después. Las pinturas, de gran tamaño, reproducen fotografías de paisajes alpinos con tal minuciosidad y verosimilitud que sólo en la proximidad se aprecian las pinceladas: a unos cuatro o cinco metros uno no tenía ninguna duda que se hallaba ante una foto cuya calidad artística no parecía especialmente relevante. Tan sólo la mirada cercana revelaba la impostura, ese trazo hiperrealista capaz de incluir en uno de los cuadros la huella del pintor Ernst Ludwig Kirchner que se hallaba en el negativo revelado por el propio Kirchner de la foto sobre la cual Stingel realiza la reproducción. Una sorprendente muestra de realismo extremo."

El cuadro de Franz Radziwill puede verse aquí. Sobre Rudolf Stingel hay escasa información en la Wikipedia. Algo más sobre Ernst Ludwig Kirchner.

28 de noviembre de 2010

28 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XVIII). Picnic en el Tiergarten


31 de julio de 2010. Primera parte.

"Estirado en la cama descorro las cortinas. Una mañana soleada de nuevo y un cielo limpio. Tan sólo una nube algodonosa remonta la azotea del edificio marrón anaranjado con frisos neoclásicos separando cada planta que ocupa la mayor parte de la vista desde la ventana de nuestra habitación. Me fijo en él: prácticamente no hay cortinas que obstaculicen la penetración visual en el interior de los apartamentos pero curiosamente todos los ventanales, rodeados de marcos cuyos laterales imitan columnas de orden griego con su inevitable frontispicio, están cerrados. Es un bloque monumental cuyo espacio, estructura y distribución, tan lejanas, me hace recordar de nuevo esa agradable sensación de ser un extraño en un lugar extraño.

Claro que ser extraño tiene su gracia cuando el lugar extraño es, a la vez familiar, próximo, semejante. Aquí no hay jungla, ni guerras civiles, ni sabanas, ni desiertos. Hay agua caliente, TV por satélite, pizza, cerveza y metro. Así que los extraños toman algo tan familiar como el S-Bahn y vuelven hacia el Berlin Occidental con la cómoda satisfacción de poder vivir la extrañeza sin más agobios que los derivados de la condición turística y sus usos y costumbres.

El paseo por los alrededores de la zona oeste del Tiergarten nos ha reafirmado, tras las dudas del día anterior, en la diferencia entre los dos Berlin. No sólo existen diferencias arquitectónicas sino otras más sutiles que derivan de la historia reciente: hay una diferencia de esprit, de ambiente. En una zona intermedia entre Charlottenburg y Moabit hemos percibido claramente ese distinto aire. Y lo hemos notado en el tráfico, en la velocidad de los coches y sus tipos, en su dominio de las calles y la situación subsidiaria de los viandantes y ciclistas y, en general, por el ritmo más rápido de paso de los ciudadanos. Aquí hay más prisa, más lujo y más ruido que en los distritos orientales.

Hemos entrado en el Tiergarten por la zona del famoso zoológico y buscado un lugar tranquilo y solitario. No ha costado mucho. Con unos sandwiches y una botella de Spätburgunden, que ha vuelto a ratificar mi creencia de que con un poco de buena voluntad pueden hallarse muchos más vinos agradables de los que los expertos enólogos prescriben, nos hemos sentado bajo robles de apariencia centenaria a decidir qué museo visitaríamos a primera hora de la tarde en horario alemán. Tras resolver las siguientes horas, estirados sobre la hierba y comentando los distintos tipos de árboles, he recordado que la apariencia centenaria de los robles debía ser, probablemente, eso, sólo "apariencia" puesto que la práctica totalidad del bosque del Tiergarten fue talado a partir de 1944 para utilizar su leña."

26 de noviembre de 2010

26 de noviembre de 2010: el "tonto útil" también es un "tonto inútil"


Nómada sin papeles en regla en la República de las Letras, pasa uno estos días exiliado, ajeno a su mundo culto, pacífico y refinado. Vive en la República del Dinero (aunque sabe uno que ambas repúblicas guardan estrechos vínculos hoy día) y va de sorpresa en sorpresa.

Si hace un par de días fue la aparición del propio fantasma con veinticinco años menos y la sensación de ser un "tonto útil" a la causa revolucionaria de los marxistas-leninistas a los que en algún tiempo se perteneció, ahora toca el turno, con no demasiadas horas de diferencia, de saberse además, tonto "inútil".

Un conocido, reputado exrevolucionario que mantiene intactas en su imaginario las grandes causas por las que hay que luchar, sólo que moderado por el "realismo", firme ecologista, antiimperialista, antisionista (o antisemita eso nunca se sabe), feminista, defensor de los derechos de los inmigrantes y de la libertad de elección y del derecho a decidir y no sé cuántas cosas más, todas ellas respetables y muchas de ellas compartidas por uno, ha conseguido combinar esta parafernalia izquierdista empaquetada con su presentación al curso de directores profesionales que la Administración catalana ha propuesto para acabar con la enseñanza pública en este país.

A este curso pensado para convertir a los directores de los centros en casta aparte, ya no neutros representantes de la Administración sino capataces que gobiernen los centros al modo de los cotos privados de caza, introduciendo criterios empresariales en la dirección de la enseñanza y asegurando la progresiva indefensión laboral y las pérdidas de derechos de los asalariados (profesores, maestros y administrativos), opta este conocido que seguirá votando, como desde que lo conozco, Iniciativa per Catalunya - Els Verds sin ningún pudor. Ha decidido colaborar activamente con las políticas neoliberales de la Administración catalana y mantendrá, me temo, su adscripción política tan de izquierdas.

Si dentro de poco, como representante sindical, me topo con él, temo que su mirada coincidirá en un aspecto con la del joven aparatchiki de CCOO. Para él seré, presumiblemente (no, seguro, dejémonos de falsas modestias acerca de la impredecible conducta humana, hay casos en que a uno le parece que es posible anticiparlas con exactitud matemática, aunque no sea cierto), para él seré, decía, también un "tonto". Sólo que en este caso, el tonto no será útil sino absolutamente inútil: un obstáculo de buenas a primeras; un impedimento a la modernización y el progreso del país con sus traasnochadas ideas sindicales de defensa de los asalariados, defensa corporativa que olvida los intereses máximamente generales. Casi prefiero al joven marxista-leninista...

Eso sí, el futuro capataz seguriá siendo más progresista que nadie, adscrito a todas las causas políticamente correctas y fiel a su imaginario. Fiel a ese imaginario que le permite creerse moralmente íntegro y de izquierdas mientras sirve como un lacayo a las políticas de ese Capital del que abomina.

Dios le pille a uno confesado...

25 de noviembre de 2010

25 de noviembre de 2010: un joven marxista-leninista


Ayer reunión con representantes de otros sindicatos que concurren a las próximas elecciones sindicales en el ámbito de la enseñanza. Los tres grandes y los sectoriales grandes y medianos (el nuestro). Ambiente de moderada hostilidad atemperado porque entre profesores y maestros las normas de la corrección política han sido especialmente incorporadas al acervo cotidiano pues forman parte del conjunto doctrinario que hemos de transmitir a los estudiantes.

Conforme la reunión avanzaba el ambiente se ha distendido un poco. A propósito de un problema, irresoluble jurídicamente y que solamente puede solventarse mediante el acuerdo de "buena voluntad" de los participantes, planteado por el representante de CCOO, un joven serio y ataviado con el riguroso "pañuelo palestino" sólo que modernizado por el color azul cobalto, le ofrezco una solución de compromiso que le ayuda en el tema planteado. Sonríe levemente al acabar el ofrecimiento y asiente con la cabeza cuando propongo que adoptemos una actitud laxa y tolerante respecto a los posibles desencuentros que surjan.

Al acabar, una de los representantes de la administración bromea diciendo que dado que la próxima reunión tendrá lugar en Navidad traigamos turrones y zambombas, y uno sugiere, ingenuamente, que sea CCOO quien corra con los gastos. La broma no es bien recibida por el joven que, inmediatamente, critica a todos los presentes, desafiante: "El nuestro es el único sindicato que audita sus cuentas en la Sindicatura de Comptes". Los demás habían sonreído. Al salir, tras comprobar que había vuelto a instalarse la tensión y la desconfianza me acerco al muchacho le pido excusas y hablamos unos minutos. En el curso de la conversación, de improviso, para justificarse pronuncia una vieja y familiar frase: "Yo soy marxista-leninista".

Y, ahí, de golpe, uno se vio con veinticinco años menos. También a su edad lanzaba ese mantra para organizarse y organizar el mundo, para estructurar lo que era y lo que no era. De golpe todo se ha tornado muy familiar y se han cambiado las tornas lo suficiente para verse uno mismo ahora, en la mirada de aquel joven, que era la de uno también, como el viejo liberal aburguesado del que hay que aprovecharse: el pequeño burgués aliado circunstancial de la clase obrera del que hay que deshacerse en cuanto se convierta en un obstáculo.

Así veía uno a quienes le ofrecían tolerancia, pluralidad y respeto hace algunos años. Eran nuestros "tontos útiles" en la empresa revolucionaria. Ahora soy uno de esos tontos...

24 de noviembre de 2010

24 de noviembre de 2010: hablando de mujeres poetas, Sonia Fides


Y si estos días uno los ha dedicado -entre otras labores- a pensar sobre una poeta que es además mujer, Ana Pérez Cañamares, que ha conseguido que dejara a un lado las peripecias de los cosacos del apacible Don, de sus stanitsas y jútors, del regimiento Atamanski de la Guardia, del ajenjo y los guardias blancos y rojos, ayer me llegó un correo de otra excelente poeta, mujer también, Sonia Fides que, además, administra un Blog (MADEMOISELLE JOUE AVEC SON REVOLVER) que destaca por su frescura y buen gusto.

Uno ha de confesar que tiene una cierta desconfianza a hablar de mujeres poetas como si estuviéramos hablando de una clase específica de escritores en función de su sexo. No se trata de negar la opresión sexista, ni siquiera de relativizar la diferencia de género sino de evitar el levantamiento de una nueva substancia creadora que, ahora sí, garantizaría la verdad última del texto en función de la intención de un sujeto autor que se definiria, inequívocamente, por sus características biológico-culturales diferenciales antes que por las comunes. Con todo, para evitar la tentación de suprimir la diferencia y para no herir a quienes crean en la pertinencia de esta distinción aunque sea fanáticamente, pues aquí estamos, hablando de mujeres poetas aunque no se esté muy seguro de la validez del concepto.

Pero bueno, a lo que uno iba. Me cuenta Sonia que ha leído la novela de mi hermano, El alquiler del mundo, y que aunque su opinón no deba ser tenida muy en cuenta (y en ello está muy equivocada) le ha parecido una novela valiente que le ha encantado. Y mientras le respondía he vuelto a pensar en Sonia, en su obra, en sus poemas y en la dificultad de su posición. Se ralentiza la publicación de su siguiente libro y me sabe realmente mal porque tengo ganas verlo negro sobre blanco. No obstante, me temo, tiene uno la impresión que esta tardanza es inherente a su genuina posición de independencia en el circuito de la comunicación literaria. Una independencia temática, estilística, conceptual pero, también, personal.

Ajena a las etiquetas y a las capillas, a las simplificaciones, escribiendo -como uno dijo en una ocasión- en los pliegues, en un lugar dónde nadie esperaría verla escribir, en un lugar incómodo y dislocado, Sonia sigue íntegra y firme, desmarcándose de cualquier etiqueta y rechazando los muchos intentos de domesticarla e incluirla en cualquiera de los grupúsculos que, en los arrabales del campo literario en el que nos movemos los outsiders, tratan de construirse a fin de ejercer la presión necesaria para adquirir el suficiente capital simbólico -y económico- que les convertiría en productores culturales influyentes y aceptablemente retribuidos. Y esa independencia tiene un precio: no es fácil encontrar espacio si no perteneces a un clan...

Uno espera, con todo, que los avatares caóticos del campo literario produzcan alguna disrupción lo suficientemente amplia como para que Sonia vuelva a colarse en ese hostil y parcelado territorio. Mientras tanto, y no es un consuelo, es bueno ver que alguien sigue fiel a sí mismo en este mundillo...

23 de noviembre de 2010

23 de noviembre de 2010: nueva novela del poeta Moshe Benarroch


Esta noche, a las 20:30, en la librería madrileña Tres Rosas Amarillas (C/ San Vicente Ferrer 34, Tribunal) se presentará la última novela de Moshe (o Mois) Benarroch, Amor y exilio, publicada por Ediciones Escalera.

La nota de prensa de la editorial dice:

"'Lo que ya tenía claro era que por fin había escrito un libro que no se podía resumir en ninguna solapa'. Así define el escritor Mois Benarroch su nuevo libro, al que se niega a llamar novela, porque es más, o es menos. O no es sólo una novela. Y como el demiurgo coherente que es, a nadie puede caberle duda alguna de que lo ha conseguido. De la ciencia ficción al realismo, de la narración a la poesía, de la novela al cuento, Amor y exilios es un libro que se opone a la definición, que se opone a la simplificación y al mercantilismo. Dividido en siete libros que crean un único corpus narrativo, en cada uno de ellos se nos muestra una historia de desamor en el exilio. ¿Qué es el exilio sino el alejamiento del amor infantil deseado? En cada libro, los amantes van y vienen en busca de un salto imposible en el tiempo. En ciertos cruces, en ciertas esquinas y en ciertos atascos, sin saberlo, los amantes se encuentran para perderse de nuevo para siempre. Quedará una mirada, un sentimiento vago de haber visto por un segundo la otra realidad paralela que se desarrolla y se vive en otra dimensión, otra realidad tan desesperada como esta en saber qué pasa por el otro lado."

De Moshe Benarroch leí un extraordinario volumen de poesía, Esquina en Tetuan (2000) hace varios años y una admirable novela, Lucena (2005). Si Amor y exilio está a la altura de las mencionadas obras estaremos ante un texto magnífico. Subo aquí un poema suyo que he encontrado en la Red y que desconocía para que ayudar a conocer a este gran escritor:

"Sueño judío

Soñé que una bomba atómica caía sobre Tel Aviv
y que hubo por supuesto un gran lío y muchos muertos
y entonces la gente descubrió que los judíos
son insensibles a la radioactividad
debido a la circuncisión
y porque se hace en el octavo día
y no después de meses o años
y entonces todo el mundo comprendió que Abraham fue un genio
y un gran experto en física nuclear."

22 de noviembre de 2010

22 de noviembre de 2010: Ana Pérez Cañamares y el grado cero de la poesía (y III)


La empresa de desensamblar ese artefacto que es la obra de arte y refinarlo hasta dejarlo en un puro esqueleto (la versificación más escuálida, la presencia de aquellas figuras sintácticas y semánticas realmente imprescindibles o la mínima arquitectura interna), de aproximarse al "grado cero" poético que muestra su objeto con la mayor transparencia, con el menor artificio, casi como si se tratara de un documental que esconde su montaje y realización extremadamente complejo, es uno de los aspectos más destacables de Alfabeto de cicatrices.

Huelga decir que, obviamente, el gusto de uno está vinculado a ese principio elemental que dice que cuando al leer un poema piensa que ojalá se le hubiera ocurrido a él, que ojalá lo hubiera escrito él, está ante un poema que le gusta. En ese sentido, muchos poemas de Ana (por ejemplo "En el avión", "Tarde de verano", Llos aludidos", "Todo eso" o "Mi padre se llamaba Daniel") entran en esa categoría y sólo ello valdría para que lo juzgara como uno de los libros más bellos y luminosos que he leído este año.

Es evidente que también la circunstancia de que el primer apartado, parte, capítulo o libro de Alfabeto... pueda leerlo como los poemas que hubiera escrito una de las voces protagonistas de mi Filosofía de la minucia (pueden enlazarse "Día de limpieza" con "Verdad y método", "Londres" con "Leviathan", "Tarde de domingo" con "Así hablo Zarathustra", "La agenda" con "Teoría estética" o "Bueyes" con "Crítica de la razón práctica") ayudan a este juicio.

Mas estos dos elementos subjetivos y egocéntricos se enriquecen con ese más objetivable que tiene que ver con esa capacidad de aproximarse al "grado cero". Tan sólo, desde otro lugar, había leído en estos últimos años una poesía tan capaz de suspenderse a sí misma en el empeño de mostrar la verdad de lo que acontece, del modo en que acaece: la de Gsús Bonilla (excepción hecha, por supuesto, del "maestro" Antonio Orihuela).

Ana consigue que su narratividad -o la ausencia de ella en algunos momentos- no quede presa ni en el flujo de la historia ni tampoco en las redes de las trópicas. Poesía casi instrumental como diría Barthes, limpia, cristalina por la fuerza de su desnudez, casi transparente gracias ese trabajo sobre sí misma que, insobornable, acepta llegar hasta el desvanecimiento para otorgar el espacio al mundo que abre, humilde porque no se pretende inaugural ni originaria, bella por su sobriedad, auténtica porque lo que dice está enunciado desde la conciencia que todo decir es respuesta a una interpelación.

Tan sólo le cabe a uno esperar que el reconocimiento que ya tiene perdure y que sus próximos trabajos persistan en ese camino antes de abrir nuevas rutas. Diría que, verdaderamente, tiene -como su Blog reza- el alma disponible. Que nadie se la estropee.

21 de noviembre de 2010

21 de noviembre de 2010: Ana Pérez Cañamares y el grado cero de la poesía (II)



Mal que nos pueda llegar a pesar, la literatura y, por supuesto, la poesía es un artificio, una construcción, una ficción en su sentido más amplio: no es el mundo, no son las cosas. Forma parte de él sí, pero es como un mapa y el mapa no es el territorio que describe, pese a que en él pueda haber mapas abandonados o apilados en la sección cartográfica de una librería de una ciudad señalada en él. Si fuera exactamente como él, si no fuera un artefacto, una convención, una selección, una modelización de la que se destacan algunos elementos en detrimento de otros, tendría -como ya señaló Borges- su misma extensión y no nos serviría para nada*.

No obstante, esta selección, esta simulación que es el arte, el lenguaje mismo, los diferentes códigos verbales y no verbales, puede ser trabajada y pulida en direcciones opuestas para describir la realidad.

Puede sofisticarse en un enroscamiento de figuras y tropos, de artificios legados por la tradición o también de innovados, buscando decir cada vez más elevando exponencialmente los recursos denotativos y connotativos. Se está entonces ante una poesía rica en metáforas y recursos estilísticos, que puede ser o no críptica en función del elevado número de desambiguaciones que sean precisas en la operación comprensiva.

Y también hay otra dirección, esa que tiende al "grado cero" del que hablaba Barthes. Una poesía que restringe al máximo el impulso retórico, que depura su construcción hasta conseguir lo máximo con lo mínimo buscando reducir -en la medida de lo posible- el discurso a su más pura condición instrumental (un horizonte, con todo, imposible).

En esa dirección encuentro Alfabeto de cicatrices soberbio y de gran mérito porque lograr que el constructo del yo poético prácticamente desaparezca para alumbrar una realidad descrita con gran finura y minuciosidad no es algo fácil. Requiere de unas destrezas poéticas y humanas que no están al alcance de todos.


* "...En aquel Imperio, el Arte, la Cartografía, logró tal perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba toda una ciudad; y el Mapa del Imperio, toda una provincia. Con el tiempo estos mapas desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él".

20 de noviembre de 2010

20 de noviembre de 2010: Ana Pérez Cañamares y el grado cero de la poesía (I)



La ocurrencia de Roland Barthes "el grado cero de la escritura" es lo primero que me vino a la cabeza mientras leía Alfabeto de cicatrices de Ana Pérez Cañamares. Digo ocurrencia porque, en rigor, no se trata de un concepto aunque muchos culturalistas de los departamentos de literatura norteamericanos quiera considerarlo como tal. Uno es de la opinión que Barthes era un excelente escritor, original, inventivo pero poco riguroso como científico. Así, si se busca una definición clara y simple de la expresión "el grado cero de la escritura" la decepción será inevitable. Está mal definida, es ambigua e imprecisa. Sin embargo, es sugerente y ahí está su éxito.

De esta capacidad para sugerir tomo una de sus vertientes que me parece la más próxima a la que tenía en mente conforme iba avanzando por el texto de Ana (la cursiva es propia):

"Guardando las distancias, la escritura en su grado cero es en el fondo una escritura indicativa o si se quiere amodal; sería justo decir que se trata de una escritura de periodista si, precisamente, el periodismo no desarrollara por lo general formas optativas o imperativas (es decir patéticas). La nueva escritura neutra se coloca en medio de esos gritos y de esos juicios sin participar de ellos... realiza un estilo de la ausencia que es casi una ausencia ideal de estilo; la escritura se reduce pues a un modo negativo en el cual los caracteres sociales o míticos de un lenguaje se aniquilan en favor de un estado neutro e inerte de la forma; el pensamiento conserva así toda su responsabilidad, sin cubrirse con un compromiso accesorio de la forma en una Historia que no le pertenece. Si la escritura de Flaubert contiene una Ley, si la de Mallarmé postula un silencio, si otras, la de Proust, Céline, Queneau, Prévert, cada cual a su modo, se fundan en la existencia de una naturaleza social, si todas estas escrituras implican una opacidad de la forma... la escritura neutra recupera realmente la condición primera del arte clásico: la instrumentalidad"

Del batiburrillo, una idea: hay escrituras extremadamente depuradas que se acercan mucho a la mera indicación, al acto de mostrar, a una especie de ostensividad que podría, permítaseme la licencia literaria, semejar el señalamiento de una pura referencia. Pues bien, el libro de Ana es uno de los más logrados, como ejercicio de un grado cero de la escritura en la poesía narrativa, que he leído en los últimos tiempos.

18 de noviembre de 2010

18 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XVII). El concierto y la ventosidad


30 de julio de 2010. Tercera parte.

"Los vidrios que, desde el interior, ofrecen un aspecto más cuadrado que rectangular producen, en fecto, una policromía sobrecogedora en la cual, en efecto, azules y algunos rojos dominan un espacio que se enriquece con naranjas y tonalidades diversas de los dos colores dominantes. El cristo de Karl Hemmeter, de tombac, redondea el espléndido conjunto que tenía su guinda en la maestría con la que la pianista Mahani Teave, como rezaba un folleto, interpetaba Chopin en un piano dispuesto ante el altar mientras contemplábamos la nave en lo que, a simple vista y con la actitud naïf del turista, me pareció una performance.

Y es que la mezcla entre ingenuidad y literaturización de la experiencia puede conducir a consecuencias lamentables como las que, en realidad, sucedieron. Siempre he amado más la verdad que la literatura y, por tanto, no debo dejar la narración en este punto y en este estado en el cual respetaría las convenciones habituales de la literatura de viajes para turistas sin contar lo que realmente pasó y lo que realmente pensé.

Habría que decir, primero, que la rememoración de la estampa de Bonhoeffer en el púlpito denostando a Hitler, difícilmente resistiría el análisis histórico: ¿el buen pastor advertía ya en 1932 en la Zionskirche sobre la maldad intrínseca de la ideología nacionalsocialista? Aunque lo imaginé así, no está claro que comenzara sus diatribas contra el régimen nazi antes de su llegada al poder. No obstante, este detalle no estorba tanto el relato de la experiencia. Lo que la hubiera empañado -y lo hará ahora- es que, mientras me esforzaba en imaginar el ambiente de una tarde de 1932 en la iglesia y el barrio, atardecer frío, nubes, llovizna, sombreros, abrigos y un creciente sensación de opresión y ansiedad, mi hijo dejó ir una ventosidad de tal calibre en el interior del recinto que tuvimos que abandonarlo por pudor y vergüenza, sofocados, pero también entre risas y carcajadas, a medias incómodas, a medias auténticas y gozosas, debido al contraste tan "antiliterario" entre el elogio que había hecho apenas unos minutos antes sobre la personalidad del pastor y la respuesta fisiológica del crío.

Asimismo, debe dejarse constancia, ahora, en el apartamento, mientras me tomo un vaso, no una copa, de un fenomenal Dornfelder, de que a los diez minutos de la performance de Mahani Teave, Esther debió advertir algún rasgo de esos que delata la autosatisfacción del turista que ve conformada la realidad a sus expectativas porque me advirtió que no estábamos presenciando ningún concierto ni improvisado ni espontáneo sino un simple ensayo. La pianista tocaba, sí, Chopin al principio pero sólo fragmentos y los siguientes, que no había reconocido y sobre los que no había hecho ningún comentario en la creencia que eran piezas de Chopin que desconocía, pertenecían a Fujimitsi y Beethoven como bien señalaba el folleto que apenas había mirado y que puesto que estábamos ante interpretaciones de fragmentos y en el folleto dejaba claro, si uno miraba atentamente, que el Berlin International Music Festival patrocinado por el Hilton Berlin comenzaba a las 18:30 -y eran las 17:55- y que el precio de la entrada del concierto de Mahani Teave era de 15 euros, ya me podía ir deshaciendo de la idea de que el maravilloso ayuntamiento de Berlin ofrecía a los visitantes de la iglesia, habitualmente o tan sólo ese día, un presente en forma de concierto a fin de vivir una experiencia sinestésica en la nueva Kaiser-Wilhelm-Gedächtnis-Kirche..."

Hoy, en la Wikipedia, me enterado que el misterioso "Tombak", que ya he transcrito como "Tombac", y que dudé si consignar en el diario del viaje, "es una aleación de cobre y zinc, similar al Latón. Esta aleación es utilizada por Rusia para acuñar medallas 'de bronce'. Durante la Segunda Guerra Mundial, la misma aleación se utilizó, en 1942 para la acuñación de monedas canadienses de cinco centavos".

17 de noviembre de 2010

17 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XVI). La Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche


30 de julio de 2010. Segunda parte.

"A mediodía tomamos el S-Bahn y pasamos esa frontera intangible del antiguo muro que suponíamos más allá de la Hauptbahnhof, en pleno Moabit, aunque en realidad ya lo habíamos cruzado varias veces: discurría en eje perpendicular a la Potsdamer Platz de lo cual nos cercioramos aquella misma mañana examinando un plano nuevo de la ciudad hallado al fondo de un cajón de la cómoda del comedor del piso.

Cuando se va predispuesto uno ve lo que quiere ver, al menos en un primer momento. Tenemos cierta tendencia a confirmar lo que presuponemos aunque con el tiempo y el conocimiento, ese empeño por ratificar lo que sabemos va diluyéndose. No es extraño que, poco después de la estación Central, uno percibiera muy claramente la diferencia arquitectónica y ambiental entre el Berlin capitalista y el socialista. Esa diferencia está. No hay más que comparar la Kurfürstendamm con la Prenzlauer Allee. Pero, en honor a la verdad, entre Moabit y la Friedrichstrasse la diferencia no es tan clara como quise ver desde el principio.

La Kaiser-Wilhelm-Gedächtnis-Kirche es uno de los monumentos más simbólicos del Berlin Occidental. Situada en la Breitscheidplatz, en el tramo final de la Kurfürstendammen dirección hacia la puerta de Brandenburg, se construyó en el siglo XIX en honor del Kaiser Wilhelm I, valedor de Bismarck y alma mater del I Reich. Parcialmente destruida durante la guerra, el exterior de la iglesia fue inicialmente reconstruido junto a la torre principal que, aunque dañada, se mantuvo en pie, pero en la década de los cincuenta se abrió un concurso para conferirle un carácter simbólico.

El proyecto ganador, de Egon Eiermann, consistía en un híbrido: no rehabilitarla sino conservar la torre en ruinas y rodearla por una construcción moderna de modo que ni la cúpula, ni las vidrieras, ni la parte superior de la torre izquierda fueron finalmente reconstruidas aunque sí la entrada que alberga un pequeño museo-exposición sobre la historia del edificio.

El esfuerzo se decantó hacia el levantamiento de cuatro construcciones. Una de ellas, la nueva iglesia y la única en la que entramos, de forma octogonal, aunque a uno le pareció cúbica, resulta francamente espectacular por el efecto combinado de los 22,750 vidrios rectangulares trabajados por Gabriel Loire de Chartres que forman las enormes vidrieras que cubren las paredes frontales. Según rezaba en la información turística a disposición de los visitantes, la intención de Loire era recrear el azul y el rojo que predominaban en las vidrieras medievales. Uno es incapaz de concluir nada respecto a este propósito pero el efecto es demoledor e inusitadamente hermoso y original."

16 de noviembre de 2010

16 de noviembre de 2010: José Navieras y Esteban Gutiérrez "Baco"


En mi buzón electrónico encuentro, a parte de las consabidas "estrategias de inversión" del banco que detenta mi hipoteca y los "productos" de la caja cooperativa donde tengo desde hace décadas una cuenta, un correo de José Naveiras y otro de Esteban Gutíerrez "Baco".

Cuenta José que la presentación de su Todavía muertos (Amargord, 2010) prevista para el pasado 3 de noviembre se realizó sin él. No pudo acudir porque estaba enfermo y, a modo de desagravio, en la presentación en solitario que hará de su obra el próximo día 30 de noviembre de 2010 en la librería, de interesante nombre, "Tipos Infames" (C/San Joaquín, 3, Malasaña, Madrid, metro Tribunal) a partir de las 20:30, regalará "a los asistentes al evento una par de postales diseñadas por mi, con fotos hechas por mi y con sendos poemas extraidos del libro. Además invitaré a un vinito rico-rico que se servirá después del evento para deleite de los paladares". Le acompañarán Nuria Ruiz de Viñaspre, Gsús Bonilla y Ángel Muñoz.

Como uno no se cree gafe le deseo mucha suerte y que pasen un buen rato.


Como también espero que le vaya muy bien a Esteban Gutiérrez, "Baco" y su último proyecto, Simpatía por el relato. Antología de cuentos escritos por rockeros, que comienza gira, así como lo dicen, "gira", el próximo 17 de noviembre en la FNAC de Madrid. En el texto de su correo hay más información:

"Desde Julián Hernández de Siniestro Total a El Drogas de Barricada, pasando por Kutxi Romero de Marea o Rubén y Leiva de Pereza. 32 músicos participan en este libro, publicado por Drakul (www.drakul.es) y coordinado por los escritores Esteban Gutiérrez “Bacø” y Patxi Irurzun. Los músicos se atreven con relatos de todo tipo: rocanroleros, biográficos, eróticos, incluso infantiles…

Algunos de los participantes escriben por primera vez un cuento para esta antología, los hay que ya son autores ampliamente editados, otros escribían y guardaban sus relatos en un cajón, que abren en exclusiva… Todos se sienten atraídos por la literatura (y a menudo las letras de sus canciones los delatan). Este libro, de hecho, pretende ser un punto de encuentro entre literatura y rocanrol, así como su blog http://simpatiaporelrelato.blogspot.com y las diferentes actividades que generará: presentaciones, conciertos, charlas, etc.

“Simpatía por el relato” sale a la venta en noviembre de 2010, aunque ya está en preventa en la web de la editorial con un 5% de descuento y envío gratis al domicilio.

Es además, un libro solidario, pues sus autores han cedido los derechos que la obra genere al comedor social Paris365 de Pamplona, y a la Asociación para la Cooperación con el Pueblo Saharaui “Río de Oro” de Fuenlabrada, para el proyecto “Vacaciones en Paz”, de acogida de niños saharauis durante el verano.

PRESENTACIONES

Será presentado en diferentes ciudades con fiestas y conciertos.

El estreno será el próximo 17 de noviembre en la FNAC de Callao (Madrid), a las 19:30. Posteriormente se celebrará una fiesta-concierto de presentación en la Sala Gruta 77 (C/Cuclillo, 6) con lecturas y música en directo y la presencia de muchos de los autores. La entrada es gratuita.

El día siguiente, 18 de noviembre, se efectuará la presentación en Fuenlabrada, con el mismo formato de fiesta-concierto, en la Sala El Grito (Pz. Huerto del Cura, s/n) a partir de las 19:30 horas. Actuaran Kike Babas & La Desbandada, Yeska , Insolenzia y Luter. La entrada es gratuita.

El día 19 de noviembre, estaremos en Oviedo, en la Librería Cervantes, a las 19:00 horas. La fiesta será en La Antigua Estación, a las 21:30 horas con lecturas por parte de algunote los participantes y música (Los Majaderos y Black Horde). La entrada es gratuita.

Lista de participantes:

Julián Hernández (SINIESTRO TOTAL)
Kutxi Romero (MAREA)
Kike Suárez “Babas” (KIKE SUÁREZ & LA DESBANDADA)
Ajo (MIL DOLORES PEQUEÑOS/AJO)
Pablo Tamargo (BLACK HORDE)
Monty PEIRÓ (SWEET LITTLE SISTER/THE SHEENAS)
Carlos Pina (PANZER)
Juan Abarca (MAMÁ LADILLA)
Félix FX (EXTREMODURO/HASH/BOSCO EL TOSCO)
Indio Zammit (TARZÁN Y SU PUTA MADRE OCUPANDO PISO EN ALCOBENDAS)
Antonio Yeska (YESKA)
Eduardo Izquierdo (LOS HIJOS BASTARDOS DE HENRY CHINASKI)
Josu Arteaga (LA BANDA DEL ABUELO)
Antonio Suárez “Lulu” (FORRAJE)
Ángel Petisme (ANGEL PETISME)
Roberto Moso (ZARAMA)
Francisco Nixón (Fran Fernández) (AUSTRALIAN BLONDE)
Rubén Pozo (PEREZA)
Agnes (LILITH)
Enrique Villarreal Armendáriz “El Drogas” (BARRICADA/TXARRENA)
David Mardaras (HORSES OF DISASTER/DAVID MURDERS & THE REPRESENTATIVES OF EVIL)
Miguel Conejo “Leiva” (PEREZA)
David Suárez “Suarón” (LOS MAJADEROS)
Enrique Cabezón (ENBLANCO)
Daniel Sancet Cueto (INSOLENZIA)
Felipe Zapico Alonso (DEICIDAS)
Eduardo García Martín “Luter” (LUTER)
Octavio Gómez Milián (EXPERIMENTOS IN DA NOTTE)
Kike Turrón (TURRONES)
José Luis Moreno-Ruiz (LA ENFERMERÍA ELÉCTRICA)
Iñaki Estévez (THE BLACK DOGS/MEN OF ROCK Musika Elkartea..)
Javier Gallego “Crudo” (DEAD CAPO)"

Pues a pasarlo bien (que no sé porqué me da en la nariz que ése justamente no va a ser uno de los problemas de la "gira").


15 de noviembre de 2010

15 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XV). La Kastanienallee y la Iglesia de Bonhoeffer


30 de julio de 2010. Primera parte.

"La Kastanienallee parece la arteria principal del barrio en lo que respecta al tiempo de ocio cercano. Pequeños comercios de todo tipo -incluyendo varias dedicadas a esas "antigüedades contemporáneas" a las que tan aficionados parecen los berlineses (viejos ordenadores, discos de vinilo, ropa deportiva de la antigua DDR, libros de segunda mano...)- se alternan con una multitud de bares y restaurantes que no tienen nada que envidiar a cualquier ciudad española en cuanto a densidad por medtro cuadrado. Se alternan en unos pocos cientos de metros restaurantes mexicanos, árabes, thailandeses, italianos, vietnamitas junto a bares pasados de moda y otros que presagian la pronta irrupción de las nuevas tendencias en dieño, música y alcohol. La calle es bulliciosa sin ser opresiva y espumea conversaciones, salidas, flirteos, confesiones, gastos inútiles en agradable oleaje.

En una de las calles que la cruzan, la ZionkirscheStrasse hallamos por casualidad la Iglesia de Sión donde Dietrich Bonhoeffer predicó durante 1932. Bonhoeffer fue uno de los escasos opositores de primera hora al nazismo en el seno de las Iglesias alemanas (tanto la católica como la luterana) . No esperó a la certificación de las persecuciones, ni de la represión, ni a la política belicista como la mayoría de sus compañeros de oposición (sin ir más lejos Goerdeler y la mayoría de los participantes en el putsch del 20 de julio que protagonizó Von Stauffenberg) sino que antes de la ascensión de Hitler al poder ya se comprometió firmemente contra la ideología nacionalsocialista. No es extraño que a los dos días de su nombramiento como canciller ya pronunciara una alocución radiofónica atacando el culto al Führer y que fuera uno de los últimos ejecutados en el campo de Flossenburg, el 9 de abril de 1945, poco más de tres semanas antes de la caída de Berlin en una muestra del extremo odio que suscitaba en las filas nacionalsocialistas más ortodoxas. Fue además, un firme partidario del ecumenismo en aquella época temprana cuando los enconos nacionalistas dificultaban la empresa.

Entramos en la iglesia, hermosa en su exterior pero cuyo interior ofrecía un aspecto lamentable aunque parecía haber algún signo de restauración en ciernes: paredes desconchadas, suelos cuarteados y desnivelados, vidrios sucios y frágiles. Tan sólo el púlpito donde Bonhoeffer debió pronunciar sus sermones se conservaba en buen estado. El contraste con la Iglesia del antiguo Berlin Occidental que habíamos visitado por la mañana no podía ser más feroz".

14 de noviembre de 2010

14 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XIV). Las gafas de Rosa Luxemburg


29 de julio de 2010. Segunda parte.

"Con esa desazón que acompaña la pérdida de la dimensión épica de un acontecimiento cuando sabemos que la tuvo y que nosotros mismos fuimos capaces de experimentarla, volvimos paseando por Unter den Linden para seguir vía Alexanderplatz y Rosa-Luxemburg-Strasse hacia casa. Teníamos ganas de caminar y, sobre todo, un motivo de peso: nos habíamos equivocado al coger los billetes de transporte público para el día y la perspectiva de tener que volver a comprar otra tanda de cuatro y dejarnos de nuevo más de quince euros cuando el presupuesto comenzaba a menguar rápidamente aconsejaba saborear la fresca tarde berlinesa.

Cuando embocamos la Rosa-Luxemburg-Strasse hicimos una breve parada ante el Babylon Kino, uno de esos antiguos cines de arte y ensayo que menudean por el Berlin comunista y que recordaba por su estilo las viejas salas de Barcelona ya todas cerradas, reconvertidas o acondicionadas a los nuevos tiempos, como los cines Verdi o el Casablanca. También pasamos ante el Volksbühne, el "Teatro del pueblo" que dirigió Max Reinhardt y que ahora conduce Frank Castor pero no entramos porque las fuerzas menguaban.

Fue hacia el final de la calle cuando, comentando que no se venden fragmentos del monumento del Ejército Rojo aunque pronto para poder fotografiarse junto a los carros de combate habrá, como en la la Puerta de Brandenburg, comediantes ataviados con el uniforme soviético que por una módica suma posarán junto a uno, me fijé en un detalle insignificante que ilustra la convicción que Berlin le estaba provocando a uno: que la épica se había transformado, mercantilización mediante, en tragicomedia. Metáfora del mundo actual, del mundo de la subsunción de lo real al capital, de la conversión del ser en mercancía.

El tropo era lo que me pareció, antes de llegar, una tienda de moda cerca de la esquina con la LinienStrasse. Un cartel plegable en la acera señalaba, por su parte anterior, al establecimiento. Cuando pasamos vimos que se trataba de una tienda de gafas y al volver la vista al cartel plegable nos topamos ante un fotomontaje de Rosa Luxemburg provista de unas gafas redondas de pasta con la leyenda: 'Diseño Revolucionario'. La mirada inmediata al escaparate festoneado de gafas ligeras y de estética 'audaz' terminaba de forzar el contraste. Figura de la onversiónde lo épico en tragicómico. Un poco de eso es, en cierta manera, Berlin. ¿Para eso has quedado Rosa?..."

Por cierto, en el Youtube encontré, hace pocos días, un vídeo que recoge el monumento al Ejército Rojo en 1946 y en la actualidad. Ayuda a entender la posible pérdida del sentido épico por una variable que la formación de uno nunca contempla: la arquitectónica.

13 de noviembre de 2010

13 de noviembre de 2010: la tempestad y Chile


Antes de ayer por la noche tormenta, casi tempestad por su intensidad, frente a la costa barcelonesa. En una noche transparente por el viento, en la que se dibujaban exactas, casi perfectas, las nubes plateadas sobre un cielo morado intenso, los relámpagos iluminaban la ciudad desde el mar. Intensos fogonazos que retrataban la hiedra y el jazmín como si estuvieran iluminadas las luces de la terraza. Belleza de la transparencia y de la naturaleza desatada lejos, a distancia -donde podía ser contemplada sin peligro: una perfecta ocasión para divagar a retazos entre rayos. Esta vez le tocó el turno a la película Missing, de Costa-Gavras que había vuelto a ver un par de días antes. Las matanzas del golpe de estado de Pinochet, tan lejanas ahora, las masacres perpetradas por aquel viejito en silla de ruedas en sus últimos años, la evidencia de la complicidad del gobierno de los Estados Unidos y las limitaciones de la justicia penal internacional... Sí, Pinochet pasó un mal rato gracias al juez español Baltasar Garzón. Sí, la mayor parte de los miembros de la Junta Militar fueron juzgados. No obstante, poco, demasiado poco y, lo peor, la impunidad de los dirigentes norteamericanos a los que nadie sentó en un tribunal ni los sentará jamás.

Hace años que abandoné el antiamericanismo primitivo. Hace años que decidí que las guerras que se pierden en el campo de batalla no se ganan en la memoria. Hace tiempo que todo dejó de ser claro y limpio. Pero hay evidencias y humildes verdades: hubo un golpe de estado cruel y criminal en Chile, amparado por Estados Unidos y promovido por la extrema derecha chilena y las multinacionales norteamericanas, que se cobró centenares o miles de víctimas inocentes, que vulneró los principios democráticos y para el que tal vez no haya habido reparación suficiente. Todo lo demás, es secundario. Ahí hay una dura, sangrante y terrible "modesta verdad de hecho". No todo es relativo por muchas burbujas lingüísticas en las que vivan poetas y filósofos profesionales.

11 de noviembre de 2010

11 de noviembre de 2010: Felipe González y la razón de estado


A pesar de que uno pueda acabar reconociendo su contribución a la modernización de España y hasta, si se le apura, su talla de "estadista" -más que nada por la estrechez de miras de sus sucesores-, lo que probablemente no podrá hacer nunca es eliminar su profunda antipatía y desprecio personal hacia este individuo. Definitivamente, detesto a Felipe González. Así irracionalmente.

Aunque para ser justo con uno mismo, también hay algún motivo de fondo: sin ir más lejos el sufrimiento de mi padre, desempleado por las buenas y privado de una buena parte de su seguro de desempleo, del que nos alimentábamos mi madre y sus dos hijos y con el que debíamos hacer frente a mis estudios universitarios por ejemplo, gracias a las reformas "socialdemócratas" promovidas por su gobierno.

El caso es que el desprecio que uno siente se agudiza con el paso del tiempo pese a la escisión intelectual de la que hablaba al comienzo. El más reciente eslabón en este proceso lo ha supuesto la entrevista que Felipe González concedió a Juan José Millás y que publicó hace pocos días El País. Y, de entre todas sus afirmaciones aquella en la que, tratando de separar los aspectos morales de los puramente técnicos y administrativos, duda de si hizo bien no ordenando el asesinato de la cúpula de ETA por la cantidad de muertos posteriores que hubiera ahorrado.

Uno está tentado de responder que no se debe separar en lo político lo administrativo y técnico de lo moral mas hay una fuerte tradición filosófica y teórica que sostiene esta posibilidad amparándose desde los sofistas a Maquiavelo o Weber y ahora no es momento de extenderse en una discusión para la que uno no está a estas alturas suficientemente capacitado. Tan sólo un par de observaciones:

- Con su afirmación Felipe González respalda el concepto de "agresión preventiva" o "guerra preventiva" de tan infausto recuerdo para muchos pues supone un quebranto irreparable del derecho internacional occidental; un quebranto de la presunción de inocencia de los seres humanos como principio de seguridad jurídica que, en este Occidente tan denostado, nos permite, en ocasiones, defendernos como ciudadanos del trato arbitrario y despótico. No debería olvidar tan fácilmente el señor Felipe González que la democracia representativa es el mejor de los sistemas posibles si se respeta la legalidad que ella misma establece. Y tampoco debería olvidar la fuente contemporánea de la doctrina político-militar de la agresión preventiva que, lamentablemente, domina hoy día la actuación de Israel y, hasta Obama, de Estados Unidos: la doctrina millitar de la Wehrmacht pertrechada por la política nacionalsocialista. Claro que hoy día decir esto ya es como no decir nada...

- Con su justificación, Felipe González contradice uno de los pocos logros que el acervo del conocimiento humano sobre el mundo social ha conseguido. Independientemente del debate filosófico sobre libertad y/o determinismo, tanto las ciencias sociales, como la experiencia, como el más elemental sentido común nos dicta, claramente, que no es posible anticipar con exactitud los acontecimientos futuros. Que el riesgo, la inestabilidad, la incertidumbre, "el errar es de humanos", la imposibilidad de predecir la conducta humana ni individual ni grupal, es una modesta "verdad de hecho" que debería atemperar cualquier tipo de decisiones cuyo daño irreversible no pueda ser jamás compensado de alguna manera en caso de equivocación.

La lástima es que supongo que para un individuo tan pagado de sí mismo estas observaciones no resultarían pertinentes en absoluto. Así pues, aquí se queda uno con su desprecio y las ofensas que le dedicará en los próximos segundos y que no se verterán aquí.

10 de noviembre de 2010

10 de noviembre de 2010: mi hermano en "El Ojo crítico"


El pasado 28 de octubre mi hermano Pablo fue entrevistado en "El ojo crítico" (RNE) a propósito de El alquiler del mundo. La entrevista parece un buen primer acercamiento a su formidable novela. Puede escucharse aquí.

9 de noviembre de 2010

9 de noviembre de 2010: poesía y espacio. Extremadura


Uno no ha sido nunca muy aficionado a las "literaturas nacionales". Tal vez por la formación filosófica inicial, cuando volví a estudiar literatura los cursos sobre literaturas de tal o cual país (o en su versión más morigerada, en tal o cual lengua) me resultaban indigestos. Tampoco me han sido nunca especialmente agradables las antologías acerca de la poesía congoleña o peruana o rutena o laosiana. No es ajeno a ello el uso perverso de la literatura por los nacionalismos y, peor, su contribución, a veces criminal, al desarrollo de sus versiones más totalitarias y sangrientas.

Con todo, que alguna relación entre la poesía y el espacio podría haber, mal que a uno le pese, me lo sugirió ayer apercibirme que Gsús Bonilla había nacido en Don Benito, Badajoz, Extremadura y que resulta que cuatro de mis poetas favoritos descubiertos en estos últimos años, Antonio Orihuela, José María Cumbreño, Alvaro Valverde y Gsús Bonilla son extremeños.

Por buscar una figura que los reúna y refuerce la idea de la comunidad dispar que los reúne en mi mente, de Alvaro Valverde admiro su esprit de finesse, de José María Cumbreño su esprit de géométrie, de Antonio Orihuela su "deconstrucción" de l'esprit y de Gsús Bonilla su "construcción" de un esprit.

¿Espíritu extremeño? Espero que más bien casualidad, percepción subjetiva, ordenación de lo diverso... La duda está sembrada. Suerte que Gsús vive en Madrid desde hace mucho...

8 de noviembre de 2010

8 de noviembre de 2010: presentación del poemario de Gsús Bonilla


El poemario de Gsús del que ya he hablado se presentará en Madrid el día 10 de noviembre en la librería La buena vida. Como me gustaría estar allí pero seguro que no podré le deseo suerte a Gsús en su puesta de largo. Ese tipo de actos a uno siempre le dejan un sabor agridulce por su condición marginal pero espero que Gsús sepa abstraerse del contexto y disfrutarlo en lo que tiene de celebración.

Tomo prestado un texto de mi querido Esteban Gutiérrez, Baco, que me parece muy ilustrativo acerca de la personalidad de Gsús y, de paso, alguna cosa puede tener que ver con la comprensión de sus textos más allá de las etiquetas:

"A Gsús Bonilla lo conocí una tarde en el Bukowski. Se estaba preparando la jam de poesía, y el fumaba sentado en un taburete a la entrada. Me senté junto a él y charlamos como si nos conociésemos desde hace años.
Hablamos de su primer libro, El Forro, que se ofrecía en uno de los estantes del local, entre una botella de bourbon y otra de ron. Miraba el torso desnudo dibujado en la portada y se me hizo clara la metáfora: El Forro se ofrece como una bebida espirituosa más. No recuerdo si lo compré o me lo regaló, el caso es que El Forro me acompañó de vuelta al Sur y, efectivamente, tenía tragos ardorosos y tragos balsámicos, como el whisky y el licor de miel.

No voy a descubrir a Gsús Bonilla-PERSONA, creo que todos lo conocéis y a él no le gusta el jabón. En todo caso, me voy a permitir compararle con un vaso de agua: transparente.

Las ovejas del libro empezaron a balar hace tiempo en mi cabeza. Algunos de los poemas, certeros como flechas disparadas al centro de la diana, eran conocidos por todos a través de su blog. Gsús Bonilla, el poeta, iba creciendo de modo asombroso a la vez que iba creciendo este poemario. Tenía claro qué iba a hacer con él, cómo enfocaría su estructura; y eso se iba notando en cada nuevo recital poético en el que intervenía: Gsús Bonilla salía y se comía el escenario con poemas en los que la hostia final te dejaba noqueado. Recuerdo especialmente la primera vez que le escuché declamar uno de esos poemas rescatados de los recuerdos, de aquella época, tan lejana y cercana a la vez, de su niñez. Recuerdo el impacto del poema en mi mente y cómo esperé ansioso a juntarnos en Illescas (gracias siempre, Kebran) para volver a escuchar aquella detonación. Y recuerdo que pensé que Gsús Bonilla por fin había conseguido esa voz y ese estilo que había perseguido durante años.

Meses después leí el manuscrito de este poemario y me sorprendió la hilazón de poemas, el acierto de Pinocchio. Ovejas esquiladas, que temblaban de frío no ha dejado de crecer, de moldearse, de perfilarse, de pulirse hasta el mismo momento de entrar en la imprenta que todo lo fija y lo hace inamovible, inmortal. El poemario ha evolucionado a la misma vez que ha evolucionado el autor, y nuevos poemas, diferentes en ritmo y forma, completan el panorama de su mundo narrativo. De esa mixtura nace la sensación de ser un poemario con vida, capaz de avanzar por sí solo por la red eléctrica de nuestro cerebro a la búsqueda de tierra que conquistar.
Esa misma electricidad, recorrió sus ojos hace unos días, cuando por primera vez tuvo el libro impreso en las manos, mientras lo ojeaba y olía la celulosa de sus páginas, en un vagón del metro camino del Sur.

Es lo que tiene cumplir un sueño y ser, eso, transparente."

http://bacovicious.blogspot.com/2010/11/ovejas-esquiladas-que-temblaban-de-frio.html

7 de noviembre de 2010

7 de noviembre de 2010: Ratzinger en Barcelona


Ratzinger todavía está en Barcelona, creo. Benedicto XVI, como le conocen sus seguidores, el "cabecilla de la secta vaticana" en afortunada expresión de Radio Moscú o Radio Tirana -uno no lo recuerda ya-, ha venido a "dedicar" la Sagrada Familia y ha suscitado, según los medios del principado, adhesiones y rechazos a partes casi iguales.

En honor a la verdad uno tiene la impresión de que el volumen de los que le esperaban era sensiblemente superior al de los que "no le esperaban" (como rezaba el lema de los opositores a su visita). Minucia, comparado con el de aquellos que ni le esperábamos ni le dejábamos de esperar. Mas eso no es noticia y menos para los medios.

Ante la profusión de maniqueísmos y mercancías icónicas, a uno sólo le queda, del acontecimiento, una sensación ambivalente. Como firme defensor del ateísmo, aunque uno tienda a profesarse más bien agnóstico, sólo pediría que el trato que cierta izquierda le dispensa fuera extensible a Alí Jamenei o al Dalai Lama si aparecieran por la Ciudad Condal y temo que no sería así. Hipocresía y lamentable miseria de esta izquierda de pandereta, castañuela y barretina que nos domina. No vale la pena extenderse más sobre esta obviedad.

Como estudioso de la Filosofía y diletante de la Historia, la figura de Joseph Ratzinger deja pequeña, mínima, reducida a lo anecdótico a aquel polaco de infausto recuerdo (para uno, por supuesto) y mayor pobreza teológica llamado Wojtyla. Sin embargo, signo de estos tiempos, uno observa cómo el mesurado, prudente y enciclopédico Ratzinger suscita mayores antipatías y menos tolerancia y rigor ante su figura que el imprudente, inculto y temerario Wojtyla.

Esperemos que el tiempo ponga a cada uno en su lugar y que el del polaco palidezca al lado del de Regensburg. Cuestión de gustos.

6 de noviembre de 2010

6 de noviembre de 2010: sutiles formas de totalitarismo


Hoy en Babelia Javier Gomá, en su artículo "Abrochado a la dulzura de vivir", reflexiona sobre como "el aparente paternalismo que cuida de nosotros como menores de edad es en realidad una modalidad de totalitarismo".

Es este uno de los más perversos efectos de la hegemonía ideológica de la izquierda realmente existente que está dispuesta a abandonar el "Estado del bienestar" y sustituirlo por un epidérmico Estado paternal que ni nos protege económicamente ni atiende nuestras exigencias de justicia social. En su lugar nos ofrece una continua presión cercenadora de derechos y responsabilidades individuales e intransferibles y una corrección política hipócrita para compensar en lo moral la injusticia social. Patético.

5 de noviembre de 2010

5 de noviembre de 2010: Crónica intempestiva de un viaje (XIII). Das Sowietische Ehrenmal (Tiergarten)


29 de julio de 2010. Primera parte.

"Por la mañana nos levantamos dispuestos a ver, ya, el Reichstag. Nuestro segundo intento. El primero, el día que dedicamos al Berlin monumental, se frustró debido a la enorme cola que estimamos en más de una hora de espera según el indicador orientativo dispuesto a tal efecto a la entrada del edificio. Una hora y media después el segundo había resultado, igualmente, infructuoso. Esta vez el obstáculo fueron las tareas de limpieza y mantenimiento de la cúpula diseñada por Norman Foster. Podían visitarse otras dependencias, incluida la sala de plenos, pero no la famosa cúpula. Y como los dos ejes de mi pasión por visitar el lugar eran la obra de Foster y la visita a la azotea para lograr la misma perspectiva que los soldados soviéticos debieron tener cuando clavaron su bandera, Esther, Clàudia y Marc han sido pacientes y han convenido en darle una tercera oportunidad el 1 de agosto, día en que concluirán las tareas, y reorientar el día -consagrado en principio, de hecho, al recuerdo explícito de la Guerra-, visitando el Sowietische Ehrenmal del Tiergarten y, por la tarde, la famosa Potsdamer Platz.

En el verano de 1989 tuve la oportunidad de visitar los impresionantes memoriales levantados por el Ejército Rojo en Viena y Budapest. Seguramente porque pocos días después el muro cayó y con él una parte de la arquitectura fantasmática de mi infancia y adolescencia, en mi memoria permanecían como colosales construcciones aunque también de dudoso gusto estético. Sin embargo, a estas alturas uno está convencido de que su memoria falsifica impunemente su pasado y que lo que recuerda vívidamente tiene menor exactitud que la poesía como ciencia. Y la prueba fue que, tras haber leído que el monumento era el más grande e importantes de los erigidos por los soviéticos, lo cual se revelaría más tarde como inexacto, iba preparado para arrobarme ante una majestuosidad que dejaría pequeños a los mausoleos de Viena y Budapest y que no pude encontrar.

Cuando se erigió, en un Berlin en ruinas y arrasado, con el recuerdo muy vivo de las atrocidades nacionalsocialistas, probablemente debió suscitar, dejando de lado los modelos estéticos en los que se basaba, esa mezcla de respeto, pesar y melancolía que producen las construcciones que conmemoran de alguna manera esa desdicha humana que es la guerra. Ahora, me temo que, al menos en mi caso, este memorial había perdido su dimensión épica para quedarse en una mera curiosidad histórica. Ni los T-34 dispuestos en los flancos junto a dos cañones, que parecían mucho más pequeños que los que están depositados en mi memoria, ni la estatua del soldado, ni los nombres de algunos soldados soviéticos caídos en Berlin, ni el conjunto, me produjeron ningún sentimiento digno de tal nombre. Tan sólo una especie de chafardería freakie. En cuanto me apercibí de la decepción que me producía, crucé la "17 de junio" e intenté una excursión por el Tiergarten en busca de una supuesta avenida tumular donde debían yacer más de diez mil soviéticos que habían sido enterrados alrededor del monumento según había leído en algún lugar (o creído leer). Evidentemente, no encontramos la susodicha avenida.

Tras casi una hora deambulando por los alrededores volvimos a la zona posterior del documento para documentarnos mínimamente acerca del lugar. Tan sólo allí hallé una fotografía que me conmovió: la ceremonia de despedida que la última guardia del memorial rindió tras su entrega a la Alemania reunificada. Ante la instantánea algo lejano se removió brevemente y recordé que, aparte del orgullo militar o la tristeza por el abandono de una posesión, la genuflexión de la Guardia y aquellos bloques inertes de mármol rendían tributo a miles de cuerpos y mentes vivos que, independientemente del engaño y la manipulación, luchando por muy diversos motivos y no todos ellos tan generosos y nobles como la historiografía debe postular para dotar a su narración de una dimensión moral, dejaron sus vidas, objetivamente, para acabr con un régimen asesino. Sólo por eso el adiós de la Guardia y el propio memorial merecerían alguna forma de respeto aunque ya uno no sea capaz de encontrar ek gesto que lo denotaría."

Por cierto, uno de los últimos días en Berlin compré la guía Past Finder de Berlin en castellano y supe que, efectivamente, había enterrados dos mil soldados soviéticos en una porción de parque que hay entre el Reichstag y el Ehrenmal pero ninguna avenida. El memorial en el que pensaba era el que hay en Pankow, en Schönholzer Heide. No obstante, según la Wikipedia, los caídos yacen en la parte anterior del memorial, en el pequeño museo.

4 de noviembre de 2010

4 de noviembre de 2010: gracias a Ana Pérez, Esteban y Gsús, ciudadano de la República de las Letras


Anteayer, un par de sorpresas anunciadas en el buzón le hicieron a uno sentirse, de nuevo, ciudadano de la República de las Letras. Un ejemplar de Alfabeto de cicatrices de Ana Pérez Cañamares, otro de Ovejas esquiladas que temblaban de frío enviado por Gsús Bonilla y dos ejemplares del número 3 de "Al otro lado del Espejo" enviados por Esteban Gutiérrez Baco llegaron en sus sobres y atiborraron uno de los espacios, el más antiguo y "físico", dedicados a la interacción con nuestros semejantes.

Por suerte, esta sensación de ciudadanía es esporádica y breve. Uno sigue sintiéndose como un inmigrante ilegal en la República de las Letras. No pertenezco a ella, no me alimenta, no me someto a sus leyes y no le debo nada. Ni ganas... Pero gracias a Ana, Gsús y Esteban.

3 de noviembre de 2010

3 de noviembre de 2010: Presentación de 3 libros 3


Me escribe mi querido y siempre activo José Naveiras para comunicarme la presentación de su nuevo poemario, publicado por Amargord, Todavía muertos (excelente título):

"Buenas,
el próximo día tres de noviembre a partir de las 21:30 en Badulake Klub (C/Salitre 30, Lavapiés Madrid), tendrá lugar la presentación de tres libros de poesía, entre los que se encuentra mi última criatura.
El recital hemos quedado en llamarlo "Ulises pisando pasos de cebra muertos" ¿Por qué, pues mirad, estos son los libros que presentamos:
1- Parques, por qués y pasos de cebra. De Violeta Castaño. Edit. 30 Violetas.
2- Como Ulises en una cacharrería. De Ángel Muñoz. Edit. Bohodón Ediciones.
3- Todavía muertos. De José Naveiras García. Edit. Amargord.
Tres presentaciones en una. Habrá sorpresas, regalos y podréis comprar las tres obras teniendo que soportar un sólo recital, ¿que más queréis?
Difundid esta buena nueva y acudid en masa, que se nos acaban los ejemplares y luego seguro que querréis uno.
Adjunto cartel diseñado por la propia Violeta Castaño."

Pues eso. Suerte y a pasarlo bien.

2 de noviembre de 2010

2 de noviembre de 2010: La glicina y mi mundo


La hasta hace pocas semanas frondosa glicina presenta ahora una aspecto ralo, triste y desvencijado. Tan sólo algunas hojas amarillentas sobreviven. Ha sido un proceso rápido. Tan veloz como el desplome del cielo y la atenuación de la luz. Tan sólo el acero, que se enseñorea de la ciudad como nunca, sigue vigoroso: la grúa no necesita ni moverse -ha acabado su tarea- para presidir el horizonte. Aquí se condensa mi mundo hoy.

1 de noviembre de 2010

1 de noviembre de 2010: Gsús Bonilla y la voluntad de verdad


El próximo martes saldrá a la venta el segundo libro de Gsús Bonilla, Ovejas esquiladas que temblaban de frío. Tras El forro, una autoedición, Gsús ha logrado, por fin, que una editorial se arriesgue a publicar su obra. Ya hace más de un año y medio -poco tiempo para los que no somos nadie en el "mundillo poético"- que me envió el manuscrito y que quedé impactado por un poeta poesído por una voluntad de verdad y de autenticidad más allá de las capillas y los tópicos, de los lemas y las proclamas, de las etiquetas y los grupos amparados en negocios editoriales.

La poesía de Gsús, en mi modesta opinión, lucha con la verdad. Y uno cree quey busca acercarse a ella sin amarrarse a escuelas, cánones o manifiestos y sin instalarse, tampoco, en la cómoda superficie de la voz poética como inauguradora del mundo, como apertura al ser, como depósito de la verdad.

Tiene uno la sensación de que la poesía de Gsús es postpoesía en un sentido muy lejano al que funciona por estos lares: es poesía que trabaja con el problema de la verdad sabiendo que el lugar de la enunciación de ésta no es siempre, ni necesariamente, la palabra poética.

Dejo aquí un poema de este estupendo libro:

"TOM HANKS


le vi en el paseo de los melancólicos, madrid.
al piecito del campo del aleti.

un cartón de vino
como un océano


con su isla


y con su naúfrago. "

Lo dicho.