29 de septiembre de 2012

Siete años


Un día como hoy, hace siete años, mi madre llamó. El Hospital nos comunicaba que mi padre estaba "muy malito". Era una expresión tierna. Lloviznaba. Cuando llegué, la doctora dijo, piadosamente, que acababa de fallecer. No debió ser así pero da igual. No cabe reprochar ciertas mentiras.

Hoy llueve con fuerza pero el cielo ofrece un similar aspecto plateado. Algunos detalles de aquel día tienen un relieve claro, están bien perfilados en el recuerdo. Otros son brumosos. Muchos se han perdido ya. Pero con esfuerzo puede uno retroceder a la más antigua memoria: la de la propia infancia y hacer valer los versos de Gsús Bonilla (mi Padre, el rey)

"mi Padre, el rey, el más elegante de todos,
presumía de monarca; tenía un universo por corbata"

27 de septiembre de 2012

De cargas policiales, independencias y evasiones

 

Uno cree tener más o menos claro que la deslegitimación de las instituciones representativas es un ejercicio arriesgado que abre la puerta a revoluciones más negras que rojas o rojas que se trucan en negras. Acostumbra a ser, también, un recurso totalitario. Por ello que, para preservar determinadas instituciones, 1300 policías se enfrenten a 6000 manifestantes, puede parecer más o menos legítimo aunque uno no está seguro de si proporcionado. Lo que no tiene justificación alguna es que algunos de estos policías se taparan su identificación ni que realizaran violentas cargas en Atocha, a varios centenares de metros del Congreso, ni que los agentes de paisano operaran como potenciales (o reales) agitadores.

Al menos de esto se ha podido uno enterar chapoteando como puede entre la retórica nacionalista en los medios. A este respecto, en El País de hoy, dos sensatos artículos de Josep Ramoneda y Félix Ovejero, con los cuales uno mantiene sus distancias, demuestran que, entre tanto grito nacionalista de uno y otro lado del Ebro, todavía algunos mantienen el entendimiento frío.

Escribe Ramoneda:
"Creo que con cierta ligereza se da por asegurada una mayoría absoluta de CiU. Sin duda, habrá un fenómeno de arrastre a favor suyo, pero la crisis existe y hay gente que lo pasa muy mal. Artur Mas se ha puesto al frente de un movimiento social que buscaba transformación política. A los partidos que no quieren este camino les corresponde convencer con propuestas alternativas. Refugiarse en el discurso de la manipulación es de perdedores. Mas no es ningún líder radical. Es un dirigente conservador en lo económico y en lo moral, que ha entendido que hay una mayoría para la ruptura. No es una revolución, ni siquiera una revuelta. Es una ruptura nacional, protagonizada por gente de orden." El artículo completo, aquí.

Y Félix Ovejero:
"Pero hay otras razones para que todos hablen. En esas elecciones votaremos los catalanes, pero antes de hacerlo nos importa saber qué estamos decidiendo, qué nos jugamos. Algo que no depende de nosotros. Y Mas no puede contestar a las preguntas importantes, que no son que si ejército o Barça, sino qué pasará con las empresas españolas, los mercados, las pensiones, los funcionarios del Estado, nuestros ahorros, la financiación de nuestras empresas y mil cosas más. Mas nos dirá que la vida sigue igual. Pero nos mentirá. Lo que pueda venir después de una separación no depende de sus fantasías. No se ve por qué quienes tanto nos malquieren, tras un desgarro de tal magnitud, van a estar deseando amistar en una confederación. El cuento de que todo seguirá como si tal cosa es una patraña más de los nacionalistas. Por ejemplo, cuando les preguntan por la Unión Europea. En esto, al menos, Pujol ha sido sincero. Estaremos fuera.". El artículo completo, aquí.

Estos días estaba tomando notas acerca de las barbaridades que los nacionalistas de todo cuño están profiriendo mas lo cierto es que el hartazgo comienza a hacer mella y se me están quitando las ganas de seguir con la recopilación de estupideces. Leo a mi amigo Esteban "Baco" dudar, en estado bipolar, entre el AK47 y la evasión. A uno, harto de los uniformes verde oliva y los AK47, los M4A1. etc. la evasión hacia el arte, la filosofía y los seres queridos le resulta más agradable. Si la ola de violencia física e intelectual que padecemos se incrementa y la gente se deja seducir por lo más simple acabaremos mal. En ese caso uno no tiene claro si debe formar parte del desaguisado al que algunos nos quieren llevar...

26 de septiembre de 2012

La educación banalizada


Así se titula el interesante artículo que Mariano Fernández Enguita publicó en El País ayer. Una severa crítica de "La Educación Prohibida" en la línea de lo que uno escribió por aquí.

24 de septiembre de 2012

Gsús Bonilla y José Naveiras


El correo postal y el electrónico traen noticias de amigos. Por el último me entero que José Navieras publicará en breve su primera novela, Memorias del cementerio, una novela negra que incluye una banda sonora recomendada para escuchar mientras la lees. A ver. La BSO tiene buena pinta.

El correo clásico, por su parte, me trae la para uno muy esperada nueva obra de Gsús Bonilla, mi Padre, el rey, editada por ese empeño soberbio que lleva el poeta Jorge Espina, Ediciones La Baragaña. Leí la primera versión de este texto sorprendente y que para muchos supondrá una sorpresa y para otros una decepción por su aparente abandono de un cierto "tono". Si así sucede será porque se valora más la adscripción a un determinado "club" que el propio texto, lo cual dirá más bien poco de quien lo haga. Se trata de un trabajo excelente.

23 de septiembre de 2012

Una (espero que) última apostilla al comentario sobre la Diada


Lo cierto es que algunos de los que siguen este cuaderno, la mayor parte con ánimo dialogante y crítico, me han hecho llegar por correo o verbalmente sus observaciones ante los comentarios sobre el 11 de septiembre y uno no ha podido por menos de comprobar que la comprensión del nacionalismo como un fenómeno religioso, aparte de molestar4 a algunos, encuentra más corroboraciones de las esperadas.

Un lector me reprocha que mi posición podría entenderse como "españolista" y "conservadora". Supongo que uno no se ha expresado bien en la apostilla que escribió el viernes: decir que el secesionismo es una producción política y mediática lo es tanto como afirmar que la idea de España también es una construcción cultural. Si a uno no le gustan, más bien desprecia y rechaza, los proyectos políticos que se constituyen alrededor de un discurso nacionalista eso incluye a los proyectos políticos integracionistas o españolistas y a los separatistas. Asimismo, debe uno reconocer que no es capaz de distinguir nacionalismos buenos e integradores y nacionalismos malos y excluyentes como tampoco es capaz de reconocer religiones buenas e integradoras y malas y excluyentes. Lo siento pero mi entendimiento no logra percibir suficientes diferencias.

De ahí que si a uno se le considera "conservador" por no creer que el nacionalismo independentista catalán sea per se una fuerza revolucionaria o progresista pues qué le vamos a hacer... Para aquellos que piensan que la causa de la justicia social se consigue más fácilmente a través de un estado naciente que de uno ya constituido (y semejante afirmación hace años que la viene uno escuchando entre profesionales de la revolución con sentimientos fuertemente nacionalistas) me remito a las pruebas: ¿se ha progresado más en el freno de la expoliación, en las libertades ciudadanas, en el respeto real al medio ambiente, en la igualdad o en la justicia social en estados nuevos como Eslovaquia, Croacia, Serbia, Estonia, Letonia, Montenegro o la Antigua República Yugoslava de Macedonia que en estados centenarios? Para los del otro lado, los que argumentan que sólo en el marco de una España unida y fuerte se producirá el "progreso social" suficiente (sea eso lo que sea), ¿es que acaso países como Grecia, Bulgaria, Rumanía, Rusia, China, Japón o USA, son más justos, compasivos o democráticos que diminutos países como Costa Rica?

Seamos serios...

Uno no piensa caer en las tomas de partido maniqueas o, al menos, va a intentarlo. No es el momento ni el lugar para una declaración de principios pero sí para manifestar que los nacionalistas, como los fundamentalistas religiosos, sean del bando que sean, pueden vencer pero a uno no le van a convencer.

Nota: por cierto, mi querido Jordi Alsina me envía un enlace a un sensato, razonable y acertado artículo de Vicenç Navarro. Comparte uno gran parte de sus afirmaciones aunque parece olvidar el residuo carlista indispensable para explicar la falta de encaje centenaria de Catalunya y España y le sobra algo de retórica de izquierda realmente existente. No obstante, su planteamiento es de los más lúcidos que se pueden leer en estos tiempos de llamaradas y estupideces. El artículo, "¿Qué ocurre en Catalunya, y en España?", aquí.

También en el Blog de Xavier Massó y en el de Gregorio Luri se encuentran reflexiones interesantes sobre la demencial situación a la que se está llegando.

21 de septiembre de 2012

Apostilla al comentario sobre la Diada



David, un amable lector de estas notas, le escribe a uno en busca de elementos para formarse una opinión sensata acerca de lo que está sucediendo por estos lares. Su pregunta tiene que ver con la producción mediática del "entusiasmo": "...a raíz de tu último post no he podido evitar hacerme una pregunta, o varias. Calificas de entusiasmo el día de la Diada, ¿puede que, al menos de cara a ciertos medios públicos, también se esté convirtiendo en una obsesión?"

Si interpeto bien la pregunta, la respuesta no puede ser por menos que afirmativa. Como lo sería si se aplicara a la producción de realidad que elaboran los medios de comunicación españoles.

En esta construcción de realidad confluyen factores objetivos de distinta índole más allá de los intencionales y subjetivos que podamos presuponer en los productores de opinión. Es evidente que el pathos dominante en los tertulianos y comentaristas de la COPE o de Intereconomía no es muy distinto, estructuralmente, al que impera ahora en TV3 o Catalunya Radio. Sin embargo, este factor subjetivo (presentadores y analistas simplificadores, maniqueístas, fanatizados y profundamente ignorantes) no iría a ningún lugar sino se amparara en condiciones "objetivas". Citaré tan sólo tres:

- el interés sistémico neoliberal en desarbolar el Estado del bienestar se beneficia de la emergencia de fenómenos nacionalistas que, indiscutiblemente, dividen al grueso de la población asalariada creando conflictos adicionales que enmascaran por falseamiento o, simplemente, superposición, la raíz principal (aunque no única) de problemas como la repartición de la riqueza, la justicia social o el ejercicio de las libertades de los ciudadanos en cuanto tales, en cuanto individuos;

- los participantes en el sistema de la producción mediática y la sociedad del espectáculo catalanes, o que actúan en el horizonte de la lengua catalana (como en el caso de la castellana), tienen mucho a ganar con la apertura de un proceso de secesión tanto por lo que significa de generación de stress (su tarea social principal, Sloterdijk dixit) y, por tanto, de obtención de rentabilidad inmediata, como por la perspectiva que se abre de un estado que aliente subvenciones, premios, publicaciones, etc. de los cuales se beneficiarían simbólica y económicamente: menos participantes, más a repartir;

- a la clase política catalana y su clientela, como en su momento a la española y su clientela, les ineteresa el marco de actuación "nuevo" que supondría la emergencia de un estado para tejer sus redes de influencias y contactos con las cuales obtener, de nuevo, rentas simbólicas y económicas;

Hay más pero sería largo y pesado enumerar los estados de cosas concurrentes "objetivamente" que van más allá del cretinismo de los creadores de opinión y actores de la sociedad del espectáculo y que contribuyen a "crear" una determinada expresión política del nacionalismo.

Ahora bien, de esta construcción artificial de una obsesión, pues de eso se trata al fin y al cabo en cierto sentido, como de cualquier obsesión religiosa, no se sigue que ésta no sea percibida como real y natural por los sujetos participantes en la Weltanschauung nacionalista. Es decir: no es un mero "invento" mediático sin base real. O, en todo caso, lo es tanto como lo fue en su momento España (e incluso ahora). Nadie dudará que "España" es, en buena parte, una construcción "literaria", además de militar o económica, y sin embargo su carácter empirico parece claro.

Desde los medios (y otros lugares, incluida la política dominante en la España de la transición) se ha "construido" fantasmáticamente una expresión concreta y específica del nacionalismo catalán pero eso no lo convierte en un mero constructo que se disipa con el soplido del viento hispánico: el nacionalismo, como la religiosidad pública (no el sentimiento religioso privado), se sustrae a las normas del debate racional, a la lógica del sentido común, a los principios de universalidad, intersubjetividad y crítica y cuando su construcción alcanza determinada magnitud el debate sereno se convierte en imposible y la ley del más fuerte se desencadena en toda su crudeza.

Por mucho que sea una creación artifical...


19 de septiembre de 2012

Sobre el 11 de septiembre


Ya han pasado suficientes días como para emitir un juicio mesurado sobre lo que aconteció en Barcelona el 11 de septiembre. En la modesta opinión de uno:

- Fue una manifestación claramente soberanista mediante la cual la opción independentista se visualizó a sí misma como capaz de arrastrar a una mayoría de catalanes;

- en ella se mezclaron soberanismos esencialistas, racistas y románticos con otros racionales, inteligentes y pragmáticos;

- como escribió en su Blog Jordi Ramírez, fue una evidente demostración de "entusiasmo" social;

- el nacionalismo volvió a mostrar su raíz religiosa y su capacidad de substituirla con eficacia: la lucha de clases, las desigualdades sociales, las distintas formas de explotación y opresión social desaparecen del horizonte ante la llamada de la patria;

- la cobertura mediática de TV3 emuló sin problemas a Intereconomía culminando esa trayectoria descendente que comenzó con el tripartito y que hace añorar aquellos tiempos de informativos equilibrados y cosmopolitas  ya perdidos. La televisión pública catalana se mostró como una televisión à la Berlusconi más, algo que uno creía propio, como mucho, de TVE.

A partir de aquí, unas breves reflexiones:

- Junto al "entusiasmo" miles, puede que algún millón, de catalanes sintieron "miedo", tanto como el "entusiasmo" desbordado de los manifestantes;

- el discurso independentista dominante se ha instalado en una absurda lógica de la inmediatez autocontradictoria que conducirá, inevitablemente, a la violencia, sea de baja intensidad (desobediencia civil, violencia callejera) sea en forma de lucha armada. No se puede pretender una secesión amistosa de España en unas semanas o meses: se necesitaría un proceso de negociación, compensaciones mutuas, acuerdos bilaterales, etc. que llevaría -como poco- quizás diez o quince años para arreglar los flecos enormes que una relación prolongada provoca (inversiones, balanzas fiscales, amortizaciones, pensiones de los funcionarios que han vivido y trabajado en Catalunya con titularidad estatal, pactos comerciales, etc.). Si se quiere la independencia en unos meses, la ruptura no será amistosa y quizás no haya ni ruptura posible;

- sólo en un pequeño bloque de unos segundos, TV3 se hizo eco de las declaraciones de la Comisión Europea poniendo en solfa algo que aquí se da por hecho en esta amalgama de entusiasmo y religiosidad: un nuevo estado quedaría fuera de la Unión Europea y debería solicitar su entrada como miembro, para lo cual se precisaría la unanimidad de todos los miembros. Si la ruptura no es amistosa y negociada, ¿alguien en su sano juicio cree que España votaría que sí? ¿Y qué decir de Francia? Pues en el planteamiento más radical de los independentistas, Catalunya es sólo un paso hacia "els Països Catalans" que incluyen Valencia, Baleares y el Rosellón francés...

- finalmente, nadie parece advertir que un hipotético referéndum precisaría, como estableció como marco de referencia el tribunal supremo de Canadá que aceptó la posibilidad de la secesión del Quebec, una "clara mayoría" que, francamente, no puede cifrarse, como muchos están haciendo, en un 50,1%. Como señaló Joan Herrera, de ICV: "'Necesitamos mayorías del 70% o del 80 %, no queremos un país partido por la mitad», advirtió. El dirigente ecosocialista aseveró de que sería perjudicial intentar ejercer el derecho a la autodeterminación sin una mayoría amplia de la población y, visto que ese horizonte no está a la vuelta de la esquina, planteó que se continúe apostando por el pacto fiscal'". De esta "clara mayoría" los independentistas y el Govern no hablan...

"Tot plegat" como se dice en catalán, huele a engaño y utilización, a desviación, aventurerismo y falta de racionalidad de la clase política de estos pagos. Tanto ellos como los creadores de opinión, protagonistas de los medios y los actores de la sociedad del espectáculo se frotan las manos con unos pingües beneficios que han dejado de obtener del Estado español en quiebra y que, creen y esperan, objetivamente, que un Estado catalán les proporcionará y para ello rehuyen hablar claro y sensatamente.

Esto presagia violencia...

Mientras tanto, para la inmensa mayoría de los que siguen como borregos esta sospechosa empresa (y de aquellos otros borregos los que se envuelven en la bandera española para oponérseles) cabe decir lo que escribe Arno Schmidt:

"'El pueblo' es de una ignorancia crasa. Por eso se deja embaucar tan fácilmente. Cuando escucho un discurso del Führer no puedo dejar de pensar automáticamente en Agamenón, Pericles, Alejandro, Cicerón, César, sin olvidar a Cromwell, Napoleón y los héores de las guerras de la independencia; sí, no puedo dejar de compararlos. Todos son iguales, todos dijeron: '¡No reconozco ningún aprtido!, ¡estoy por encima de los partidos!'. ¡Todos iguales! Y en sí misma, toda esa retumbante charlatanería podría ser divertida. Pero 'el pueblo' cree a pies juntillas que nunca hubo un fenómeno semejante bajo el sol, sin ver las consecuencias que sin embargo son previsibles. ¡En lugar de pensar en los millones de infelices que pagaron el pato en el curso de los siglos y de alejar a esos charlatanes de feria a puntapiés en el trasero! Pero en definitiva, cada cual es responsable de su propia ignorancia" (Momentos de la vida de un fauno, trad. de Luis Alberto Bixio, p50)

17 de septiembre de 2012

Entre Wallace Stevens y Eugenio Montale (II): un poema de Eugenio Montale


Y este extraordinario poema de Montale:

"Sestear pálido y absorto
junto a la ardiente tapia de un huerto.
Escuchar entre endrinos y zarzas
chasquidos de mirlos, rumores de ofidio.

En las grietas del suelo o la algarroba
acechar las hileras de rojas hormigas
que se entrecruzan o quiebran
en la cima de minúsculas gavillas.

Observar entre las frondas del lejano
palpitar de briznas marinas
mientras se elevan trémulos chasquidos
de cigarras desde pelados picos.

Y caminando entre el sol que deslumbra
sentir con triste maravilla
que la vida toda y su fatiga está
en este recorrer un muro
coronado por pinchos filosos de botella"

(Traducción de Carlo Frabetti).

No hubo espacio para otros poetas: todo lo absorbieron Stevens y Montale.

Justo es.

15 de septiembre de 2012

Entre Wallace Stevens y Eugenio Montale (I): un poema de Stevens



Volviendo ligeramente la vista atrás al verano recién concluido que parece que aconteció hace mucho y a sus lecturas, sin saber exactamente porqué, en honor a la verdad hay que decir que no sólo se centró en Marco Aurelio, Gracián y Goethe. También Wallace Stevens y Eugenio Montale merodearon en encuentros lentos y espaciados. La roca y Huesos de sepia aparecieron y desaparecieron, repitiéndose, combinándose, olvidándose y recuperándose sin más continuidad que su persistencia subterránea y sin que, en rigor, pueda decirse que el "habla de la pobreza" del americano y la "memoria del sol" del italiano supusieran "lecturas" sino más bien "aperturas" o algo así si no sonara tan rebuscado y pedante.

Stevens fue especialmente importante en los albores del viaje a Italia y en la vivencia de Florencia. Montale en los días de sol, playa, calor y molicie.

Dejo este poema del primero:

"Soliloquio final del amante interior

Luz, primera luz de la noche, como en un cuarto
En el que descansamos y, casi por nada, pensamos
Que el mundo imaginado es bien esencial.

Este es, por tanto, el más intenso rendez-vous.
Es en esta idea en la que nos recogemos,
Fuera de todas las indiferencias, en una sola cosa:

Dentro de una sola cosa, un solo chal
Que nos abriga bien, pues somos pobres, un calor,
Una luz, un poder, la milagrosa influencia.

Ahora, aquí, nos olvidamos el uno al otro y de nosotros.
Sentimos la oscuridad de un orden, una totalidad,
Un conocer, lo que arregló la cita,

Dentro de su vital circunscripción, en la mente.
Decimos: Dios y la imaginación son uno.
La candela más alta, que alta ilumina lo oscuro…

Y fuera de esta luz, de esta mente central,
Hacemos nuestra casa en el aire nocturno,
Donde estar los dos juntos es lo suficiente."

Versión de Andrés Sánchez Robayna




13 de septiembre de 2012

Coda sobre "La educación prohibida"



Un amigo lector le reprocha a uno que le haya dado un nivel teórico que no tiene al documental "La educación prohibida" y que haya obviado en la descripción del paradigma que lo anima los elementos oscurantistas en los que participan algunos de los responsables del bodrio (desde la antroposofía y la teosofía a las terapias alternativas, la espiritualidad new age o incluso los movimientos cuasi-sectarios). Es evidente que, en muchos sentidos, los modelos más próximos de los implicados en la producción no llegan ni de lejos a la sofisticación filosófica de una mala lectura de Foucault. Una buena relación de esta afiliación oscurantista de la mayoría de los artífices del producto la podemos aquí.

Conviene, de todas formas, aclarar que uno no ha pretendido en absoluto magnificar y conceder relevancia conceptual a lo que no son más que una manida sarta de tópicos románticos y antiilustrados sino mostrar la íntima solidaridad entre "La educación prohibida" y el paradigma pedagogista hegemónico en nuestras sociedades occidentales durante los últimos veinte años o más y especialmente en el estado español. Que los responsables del documental no sepan que es un sistema autopoiético o desconozcan la obra de Von Foerster o de Luhmann y estén más más cerca de las iluminaciones irracionalistas y oscurantistas de un Rudolf Steiner o un Fredy Wompner no implica que no haya entre ambos una proximidad "de facto".

Hay que tomarse más en serio de lo que parece esta retórica demagógica porque la izquierda realmente existente está casi absolutamente presa de ella (y si no, observemos el discurso que subyace a lo que Javier Díaz Gutiérrez afirma sobre las reformas educativas que pretende la derecha española).

Para concluir. Uno no es el único en dar una calidad teórica deficiente pero real al documental. Aparte del ya mencionado David Rabadà, Alexis Capobianco realiza una demoledora crítica desde la izquierda radical:


 “Hay que partir de sus intereses”, “que aprendan lo que ellos quieren aprender”, “todos somos diferentes, únicos e irrepetibles”, presuponiendo dogmáticamente una gnoseología relativista/escéptica. No hay criterios para distinguir determinados conocimientos valiosos de los no valiosos, todo vale en un mundo donde la verdad se ha diluido. No hay más criterio que el impulso o el deseo, la enseñanza, la educación se transforma, desde esta perspectiva, en un acto autoritario, ¿por qué la sociedad, los sistemas educativos y los docentes van a imponer determinados conocimientos que ellos creen valiosos? Lo son para ellos, pero en un mundo donde todo ha devenido relativo nada es valioso más que relativamente. Siguiendo esta línea podríamos preguntar, ¿para qué alfabetizar a quien no quiere ser alfabetizado? ¿Para que tratar de construir, reconstruir y criticar, generación tras generación, la memoria histórica? ¿Para que enseñar esa aburrida teoría heliocéntrica, la más pesada teoría de la gravedad o la “hipótesis” de la evolución? O si seguimos en el terreno de las ciencias sociales, ¿para que enseñarles categorías como capitalismo, imperialismo, clases, etc.? Desde una perspectiva relativista, llevada al extremo, nada de esto tiene sentido. ¿Qué es la cultura general? ¿Por qué pensar que hay determinados contenidos que son valiosos? ¿Por qué pensar que es importante que conozcan a Shakespeare, Sófocles o García Lorca? ¿Por qué enseñar determinados procedimientos y metodologías? ¡Qué aprendan solos!!! Respetemos el imperio de los deseos, el reinado tiránico de los impulsos. El acto prometeico, por el cual una generación entrega a las nuevas generaciones el conocimiento acumulado y las herramientas intelectuales para interpretar y analizar la realidad, es decir para pensar, es concebido como un acto de imposición y no como una necesidad social y algo más, de lo cual viven hablando en toda la película; un acto de amor, como es también el señalamiento de determinados límites para niños que están empezando a aprender el difícil arte de vivir, del cual siempre somos aprendices. Vida que no es un juego, que implica, en todas sus versiones posibles, sacrificio, responsabilidad y exigencias".

El artículo completo, aquí.

11 de septiembre de 2012

Y aun más sobre "La educación prohibida" (y III)


Finalmente, la tercera gran objeción contra el pastel pedagógico constructivista sería la notoria contrafacticidad de sus tesis de más bajo nivel, más "observacionales". Es decir, la contradicción entre ellas, el sentido común y los hechos intersubjetivamente asumibles como evidentes por una comunidad.

Un ejemplo sencillo servirá más allá de estadísticas, informes internacionales, etc. La ínclita Irene Balaguer, conspicua representante del paradigma logsista que se acoge al la salsa contructivista y presidenta de la asociación Rosa Sensat, a la salida de un debate con un representante del sindicato del que formo parte, en el que exhibió una irritante actitud cavernícola ejemplificando hasta el extremo el cliché de "progre" reaccionaria que con tanto acierto ha difundido la extrema derecha mediática, le espetó algo así como: "No hace falta enseñar tantos contenidos. ¡El principio de Arquímedes lo descubren los niños por sí solos!". La respuesta de nuestro compañero fue simple y obvia: "Pues Arquímedes tardó unos añitos en descubrirlo...". No añadió nada más a la majadería que había tenido que soportar. ¡La de miles de años que la marina mercante ha perdido porque la humanidad no se ha apercibido de ello!

Bien, la contrafacticidad del ejemplo es clara y los pueblos primitivos que lo desconocen y que no han desarrollado comunicación marítima de cierto nivel lo atestiguan. Mi hijo también. Si, por contra, estamos hablando de culturas que lo conocen está claro que si un niño llegara a su formulación por sí solo (!!) es porque existe algún mecanismo de enseñanza-aprendizaje o transmisión de conocimientos no una simple autoemulación de procesos observados en el entorno.

Y es que, aunque sería muy largo y merecería una argumentación más cauta y desarrollada que al que uno puede ofrecer ahora, lo que está detrás de la memez dicha por la señora Balaguer es la mala digestión del principio constructivista elaborado por los biólogos Maturana y Varela que el teórico de la literatura S.J. Schmidt simplifica de esta guisa: los sistemas vivos complejos, como los humanos "son capaces de interactuar recursivamente con sus propias situaciones internas, es decir, de observarse a sí mismos y de ese modo desarrollar su auto-conocimiento. Por otra parte, los sistemas nerviosos cerrados constituyen la base para que los sistemas vivos puedan relacionarse sólo con sus propias situaciones. El sistema nervioso coordina actividades de captación y de reacción y representa el mundo de nuestras experiencias, ciertamente, dentro del sistema cognitivo" de forma que "los sistemas vivos con sistemas nerviosos cerrados no copian el mundo exterior; construyen modelos de mundo exterior (‘modelos de realidad’) en el transcurso de eficaces intercambios con su medio y con otros sistemas vivos" (Teoría Empírica de la Literatura, p19).

Es decir, una aplicación torpe de este discutible tesis constructivista puede lleva a decir que cualquier humano (un niño que apenas sabe leer ni escribir) puede reproducir cognitivamente los modelos que otros sistemas vivos utilizan en su interacción con el exterior (el principio que Arquímedes propuso)  sin salir, de facto, de sí mismo, sin ayuda de otros. 

Sin embargo, uno cree que no es eso, en absoluto, lo que Maturana, Varela o Luhmann afirmarían respecto a la enseñanza... De hecho, Luhmann, por ejemplo, realizó notables aportaciones a la teoría educativa lo cual sugiere que la autopoiesis no significa autosuficiencia ni desarrollo interno de esquemas innatos.

9 de septiembre de 2012

Y aun más sobre "La educación prohibida" (II)


Como uno cree que debe intentar ser justo incluso con aquellos que se detesta (no es el caso de aquellos a los que se odia, afortunadamente) hay que decir que muchos de los más feroces partidarios de "la educación prohibida" son buenas personas que creen, honestamente, en lo que dicen.

No se les puede reprochar un primer defecto de base que empieza a viciar su andamiaje teórico: el nivel epistemológico de la Pedagogía, es decir la Pedagogía como ciencia, es inferior al de la Gastronomía y apenas ligeramente superior al del Fantasy Football. Es decir, es más fácil realizar predicciones con éxito contrastable en la cocina que en la Pedagogía ( y en opinión de uno en el Fantasy Football también pero admito que se basa en una observación individual y prejuiciosa...). Y tampoco se les puede acusar de haber bebido ese cocktail en el que se ha mezclado la psicología evolutiva de Piaget, las versiones mal entendidas y peor digeridas del constructivismo en Biología y Teoría de Sistemas, la moralina de la corrección política, la lógica de los falansterios, la liberación sexual, el anarquismo de cerveza y guitarra, la ñoñería, el buenismo, el hippismo, el redencionismo misionero de la izquierda laica pero cristiana en realidad, las estrategias metodológicas convertidas en "mantras" como el "aprender a aprender", el relativismo dogmático y abusivo, pinceladas soberbiamente incomprendidas de Foucault, Lacan o de falsarios como Althusser, etc. Tan sólo cabe criticarles que lo hayan bebido sin medida, sin precaución y que hayan caído mondos al suelo presas de una cogorza conceptual que desconcierta al más pintado.

Porque, dejando de lado las abundantísimas simplificaciones, equivocaciones, deficiencias argumentativas y principios morales y religiosos convertidos en enunciados pretendidamente pseudocientíficos que infestan ese complejo y polimorfo universo del que se nutre la educación prohibida, el principal problema de las versiones más osadas de este mejunje es su totalitarismo imprudente. Quizás a los niños pequeños pueda enseñárseles desde el juego, sin utilizar lo más mínimo el aprendizaje memorístico (aunque los números y las letras y su grafía... ¡en fin!), sin coartar su impulsividad y creatividad (para lo bueno y para lo malo, ¿no?), insistiendo más en los instrumentos que en los contenidos (como si fuera tan fácil separarlos), volcando grandes dosis de afectividad en ellos, tratándolos como iguales, fomentando la horizontalidad y la diversidad, etc. Pero ese modelo, so pena de cancelar la propia evolución psicológica del Padre Piaget, sólo es válido, y dentro de unos límites para determinadas edades. A adolescentes de diecisiete años, por ejemplo, no se les puede ni se les debe aplicar este esquema que uno ha simplificado por mor de la plasticidad. Y menos aún a los universitarios.
Pero es que tampoco a los niños/as de doce años, que deben habérselas con un mundo en el que no sólo hay límites políticos fascistas y represivos sino también límites naturales (o biofísicos) y sociales, así como un altísimo nivel de complejidad de los eventos que acaecen desde el plano microatómico al macrocósmico, que presumiblemente sólo pueden evitar caer en la superstición, la ignorancia, el dogmatismo religioso o la frustración anómica si aprenden contenidos, utlizan la memoria, reprimen sus instintos primarios (como el de tocar el culo al vecino/a o al profesor/a durante la clase o fuera), introyectan que hay una diferencia entre saber y no saber y que algunos saben y otros no, etc.

Aplicar a todas las etapas educativas ese batiburrillo es "de juzgado de guardia": distingamos, maticemos, atendamos la diversidad y la pluralidad...

Ufff! Si es que parece tan de sentido común...

8 de septiembre de 2012

Y aun más sobre "La educación prohibida" (I)


La lista de supercherías de "La educación prohibida" no deja de rondarle a uno. Y, por supuesto, la claudicación incondicional del pensamiento antes llamado "crítico" atribuído a la izquierda ante las distintas variedades del pedagogismo constructivista que la anima.

Aparte de la experiencia como espectador de la degradación de la enseñanza media a raíz de la implantación de la LOGSE y el modelo constructivista y sus derivaciones más o menos extremistas, simplistas y ortodoxas o heterodoxas en tanto que docente desde principios de los noventa y, posteriormente, de representante sindical, hay al menos tres elementos que le conducen a uno a rechazar virulentamente la dogmática pedagogista hegemónica plasmada ejemplarmente en "La educación prohibida" y manifiestos como el difícilmente digerible "No es verdad":

a) la proximidad objetiva entre su retórica y la neoliberal y ya sabemos que la retórica no es una cuestión menor y que, aunque las palabras no tengan amo, las cercanías discursivas acostumbran a acompañar las solidaridades prácticas (políticas);

b) el totalitarismo metodológico y epistemológico y su rechazo del pluralismo bien ocultos bajo un pretendido modelo relativista que lucha contra la totalización y fomenta -aparentemente- la pluralidad;

c) la palmaria contrafacticidad de sus tesis de más bajo nivel, más "observacionales": la contradicción entre ellas, el sentido común y los hechos intersubjetivamente asumibles como evidentes por una comunidad.

Respecto a la primera y, para no extenderse demasiado, basta con reproducir algunas líneas del artículo de José Ramón Rallo "Revolucionemos la educación: privaticémosla" publicado en Libertad Digital hace unos días. No es, obviamente la simplicidad de la apropiación de la terminología "revolucionaria", sino la topología de lo "tradicional", "obsoleto", "centralizador" y "vertical" frente a la "experimentación", la "innovación" y la "diversidad", vinculada a una organización del discurso que acaba haciendo del alumno individual único e irrepetible, singular, y no del conocimiento que debe suministrarse a la inmensa mayoría de alumnos sin distinción de sexo, clase o religión, el eje de la enseñanza, la que acaba uniendo objetivamente el neoliberalismo más extremista con el progresismo más reaccionario. Y el suelo común de ambos: el discurso pedagógico hegemónico y cruelmente incompetente.

7 de septiembre de 2012

Más sobre la educación prohibida


Abundando en el tema de la incomprensible seducción de la izquierda realmente existente por la pedagogía constructivista, Xavier en su Blog, formula una hipótesis relacionada con la distinción entre izquierda racionalista (que se apoyaría en ilustrados como Voltaire y Kant y retrocedería genealógicamente hasta el logos griego) e izquierda sentimental (que se ampararía en antiilustrados como Rousseau y se retrotraería al milenarismo crsitiano).

Si su escenario es plausible, la situación no tiene remedio: la izquierda seguirá enquistada en un pedagogismo asistencialista profundamente reaccionario y de perniciosos efectos para los grupos sociales más desfavorecidos.

5 de septiembre de 2012

Guerra al doble espacio


La fertilidad creativa de aquellos cuyos cuadernos sigo habitualmente me provoca una sana envidia. Han escrito bastante, algunos mucho y, como casi siempre, bien y atinadamente en estos dos meses. ¡Quién fuera capaz!

Ya he encontrado algunos poemas excelentes, observaciones brillantes e interesantes y otras que, además de las cualidades antes mencionadas, resultan simpáticas, agradables o humorísticas.

Una de ellas la proporciona José María Matás en su recomendable Blog "Apocalípticos e integrados" y se titula "Guerra al doble espacio".

La nota comienza así:

"Estimados organizadores de certámenes literarios:

¿Por qué? Sí. ¿Por qué? Venga, ya sabéis de lo que estoy hablando. ¿Por qué hay que enviar los originales a doble espacio y por una sola cara? ¿Cuándo se ha visto un libro a doble espacio e impreso por una sola cara? ¿No sería odioso, prácticamente criminal, un libro a doble espacio y por una sola cara? ¿Entonces por qué coño queréis leer a doble espacio y por una sola cara montañas de papel? ¿Es una especie de filtro o algo así? ¿Una forma de aterrorizar a posibles autores con inclinaciones ecologistas? ¿Una manera de eliminar a la literatura que emerge del lumpen-proletariado? Porque, claro, todo el mundo sabe que el gremio de los escritores está compuesto por gente a la que le sobra el dinero y que por menos de cincuenta euros no se permite un viaje a Correos. Porque, ésa es otra. ¿Tienen que ser cinco copias? ¡Cinco! A veces más. Eso hoy en día es ya una primera tirada para una editorial modesta tirando a mediana. Por no hablar de que no existen sobres de esa capacidad. Hay que hacerlos a medida y alquilar, primero a un porteador con carné de manipulador de material pesado, y después a un psicólogo: sí, es lo mínimo después de que el empleado de Correos te haya explicado las modalidades de certificados que existen y las condiciones específicas reservadas para este tipo de concursos."

El resto, incluyendo una composición fotográfica sobre "Joven autora preparando el envío de originales a doble espacio y por una cara para un concurso de microrrelatos", aquí.

4 de septiembre de 2012

La educación prohibida


Comienza uno a ponerse al día examinando lo escrito durante los últimos dos meses por aquellos cuyos Blogs sigue y, de primeras, "(h)ojeando", se topa con el pábulo que algunos a los que quiero y admiro están dando - con toda su buena intención - a "La educación prohibida", enésimo panfleto de esa pedagogía a la que la izquierda débil y la realmente existente inexplicablemente se han adherido y de la que no consiguen salir. Una sensata crítica, sensible a las esperanzas pedagógicas de esa izquierda que no se alinea con la dogmática progresista, se encuentra en el cuaderno de David Rabadà. Escribe al respecto:

"En resumen, y vista La Educación Prohibida, parece claro que los pedagogos constructivistas se hallan detrás de este reportaje en América latina, ¿y por qué americano y no europeo? El fracaso del constructivismo durante décadas por Europa ha propiciado gran agnosticismo entre los dirigentes europeos. Ahora muchos de los pedagogos constructivistas, Alvaro Marchessi por ejemplo, dirigen su punto de mira hacia la todavía ingenua América latina en donde están influyendo sobre gobiernos y jóvenes con estas antiguas teorías que jamás tuvieron éxito alguno por el viejo mundo. Toda teoría educativa bien construida es bella y atractiva pero si lo que se persigue es crear buenas personas, excelentes profesionales y gente feliz, debe hacerse con métodos prácticos, eficaces y plenamente probados. Con teorías que establecen distintos raseros para evaluar a los estudiantes no se pueden forjar médicos, arquitectos y políticos altamente expertos, responsables y sabios. Si dejamos que los niños elijan muchos optarán por jugar y dejar la comprensión lectora para la Universidad".

Quienes se dedican a la docencia en la Secundaria saben de qué hablamos...

Dicho esto a seguir leyendo...

3 de septiembre de 2012

De vuelta


Y aquí "estamos" de nuevo. La escritura como oficio (como si pudiera ser otra cosa) se reanuda. El trabajo ya empezó antes pero este año a uno le está costando volver a escribir. Un verano que debía transcurrir entre lecturas, revisiones y reescrituras al final ha transcurrido más alejado de la República de las Letras de lo esperado.

Ha habido escritura. Es cierto. Aunque no se ha podido llevar a buen puerto la revisión de la versión catalana de Del Tercer Reich, a cambio, una buena parte de agosto se empleó en dar los retoques finales a la edición de Bajo la lluvia que publicará LVR Ediciones en otoño, se retocaron algunos aspectos de la novela que ha empezado su circulación con, de momento, buena acogida y, como cada año, se escribió el cuaderno de viaje que se irá reescribiendo en los próximos meses. Poco pero algo es algo. Peor le ha ido a la lectura: Gracian, Marco Aurelio y la relectura del Viaje a Italia de Goethe. Nada más.

El verano se ha ido entre Italia, el sol, la incertidumbre política, la Play Station 3 y el cine, bastante cine. De la República: pocas noticias.

Mas toca volver a intentar adquirir, de nuevo, la ciudadanía y para ello de nuevo solicitar el acostumbrado permiso de residencia mediante el certificado de trabajo.