30 de junio de 2012

Memoria de Saint Andrews (X): Lade Braes Walk


20 de julio de 2011. Primera parte.

Tras dos días de lluvia Saint Andrews despierta con un sol que parece prestado, ajeno, impropio, que baña la ciudad y la sumerge en un calor meridional. Paseamos en manga corta por el Lade Braes Walk, camino de Cockshaugh Park, con el olor a mojado resistiendo en las umbrías del pasaje, flanqueados, tras los muros que delinean el paseo, por hiedras y sauces, hortensias y rosales mientras el sol reseca los charcos en aquellos lugares en que salta por encima de la oscuridad.

Alguna historia de Saint Andrews debe explicar el origen y cometido de este camino pequeño, y enrevesado, que corre paralelo a las tres grandes arterias de la ciudad, más próximo a la zona plebeya que a la patricia. He de husmear en las librerías de segunda mano.

Cuando deja atrás Cockshaugh Park y se interna, rodeado de árboles centenarios, llevando a su lado el Kiness Burn, riachuelo que cruza la ciudad, el Walk se vuelve amplio y generoso y la luz festoneada por las sombras del follaje se vuelve acogedora. El paseo nos lleva a dos de los lugares que uno más aprecia no sólo de Saint Andrews sino del mundo que conoce: el Memorial Park y, al final del Walk, la Old Mill House.

El Memorial Park es un pequeño lugar poblado de árboles dedicados a esa memoria de los ausentes que el Lade Braes cultiva con los numerosos bancos "In loving memory..." que flanquean su recorrido. Allí, desde la primera vez que lo vio hace años, y sin falta, uno se detiene unos instantes ante el abedul dedicado a la memoria del pequeño Alan, que murió a la edad de dos años. ¡Y cómo ha crecido desde la primera vez que lo vi! Tanto como lo habría hecho ese Alan al que nunca conocimos al que, de algún extraño modo, lo figura y lo hace tenuemente presente en nuestras vidas. Ese abedul cumple con fuerza el empeño de preservar el nombre y una fugaz existencia de la depredación del tiempo. Perderá finalmente la guerra pero gana la batalla por su memoria en la nuestra: no sólo siempre que volvemos a Saint Andrews lo visitamos y le recuerdo, sin casi saber nada de él, sino que de vez en cuando, en Barcelona, o en otros lugares emerge de improviso la vacía imagen del pequeño Alan recubierta por ese abedul.

Unas decenas de metros después del dulce y vivo monumento a Alan, el Lade Braes desemboca en la casa de los sueños de uno: la Old Mill House, un cottage rodeado de sauces, abetos, pinos, hayas, robles y otros árboles que no identifico que contornean un jardín de fresco césped y parterres de flores diversas. Uno no piensa en los mosquitos, ni en la humedad o en el frío que deben aplastar este rincón en invierno: sólo en la idílica belleza de una naturaleza domesticada cortejando una casa modesta pero armoniosa que recuerda las que pueblan la Comarca de The Lord of the rings.

28 de junio de 2012

¿Capitalismo con rostro humano?


Parece que la sociedad postindustrial sigue siendo capitalista aunque sea un capitalismo tardío como argumentaba Habermas a finales de los sesenta. Uno va rindiéndose lentamente a la evidencia de que el modelo marxista debidamente complementado es, en lo básico, el más potente para describir los estados de cosas existentes. Y conforme lo va haciendo va recuperando de su memoria cadenas de enunciados que se enguantan con facilidad. Lo peor es que veo que esto le está pasando a más de uno.

Xavier, en su Blog, está realizando una excelente narración acerca de la ilusión del "capitalismo con rostro humano" que ha supuesto el Estado del Bienestar y las razones de su liquidación,  estrechamente vinculadas a la desaparición del riesgo de bolchevización de los asalariados.

Escribe Xavier, por ejemplo:

"Esta es la primera crisis en la cual se produce un retroceso significativo, tanto cualitativo como cuantitativo, de los derechos ciudadanos y de los trabajadores, que se están concretando en la liquidación pura y dura de lo que se vino a llamar el estado del bienestar. Un sistema social garantista y avanzado que fue el resultado del pacto tácito entre las democracias cristianas y las socialdemocracias, para evitar la bolchevización de las clases populares en Europa occidental después de la segunda guerra mundial. Un estado del bienestar que produjo unas cotas de distribución de la riqueza y de universalización y gratuidad de servicios sociales nunca vistos antes y que, casi con toda seguridad, nunca volveremos a ver. El estado del bienestar quedará allí, en los anaqueles de la historia, como ha quedado la Atenas de Pericles: como uno de los momentos cumbre de la historia de la humanidad, como un periodo fugaz de esplendor que pasó y nos dejó un recuerdo por el que nos sentiremos fascinados y cuyo influjo seguirá actuando como un referente sin punto de retorno.


Porque el estado del bienestar no era la manifestación natural del sistema capitalista, ni siquiera una tendencia accidental desviada de la ortodoxia del libre mercado. No, fue un disfraz, una  adaptación provisional que el propio sistema se autoimpuso para asegurar su supervivencia en la confrontación con el otro gran modelo en unos momentos que dicha supervivencia no estaba asegurada.

Y como en las leyendas de las lágrimas de cocodrilo que simulan el lloriqueo de un niño pidiendo auxilio, o del canto de las sirenas que engañan a las desprevenidas víctimas, los pueblos europeos creyeron que aquel bienestar coyuntural iba a ser estructural. Que pertenecía a la naturaleza del sistema. Que el capitalismo podía tener un rostro humano si se gestionaba de forma que el estado ejerciera unos mecanismos de control en la redistribución de la riqueza y en la prestación de servicios".

Y mientras, uno sigue dándole vueltas a Solzhenytsin...

27 de junio de 2012

Y llegó Wallace Stevens


Y ayer, entre noticias de agencias sobre la consecución de la jornada continuada en Secundaria, una vieja aspiración del sindicato, crónicas histéricas sobre Eurovegas, Egipto, el FMI y la próxima ola de recortes sociales, y lecturas fragmentarias de filosofía, historia y política sobre marxismo y totalitarismo, uno cogió para leer en el metro La roca de Wallace Stevens y el aliento de una vida que vale la pena ser vivida irrumpió con violencia en esta tierra que se va quedando más yerma cada día que pasa. Bendita poesía que con la sola fuerza de la disposición de las palabras es capaz de separarnos del flujo de la alienación y enfrentarnos a nuestra impropiedad,a nuestra carencia, a nuestra finalización desde la belleza y la verdad.


"Se hace difícil elegir adjetivo
para este simple frío, esta tristeza sin motivo."

(It is difficult even to choose the adjective 
For this blank cold, this sadness without cause.)

The plain sense of things (trad. de Daniel Aguirre).

24 de junio de 2012

¿Pan y circo?


Estos días, a cuenta de la concurrencia de la saturación mediática sobre la crisis de la deuda soberana española y la Eurocopa, uno ha escuchado a muchos describir la situación en términos de "pan y circo".

No cabe negar que algo de ello hay. Sin embargo:

a) ese mismo, o similar, "pan y circo" gobernaba nuestras vidas hace tres años y no era ni un objeto de crítica punzante ni un descriptor de la realidad tan omnipresente como lo es ahora. ¿Es que los certeros análisis de Débord provienen de la semana pasada?;

b) si se entiende el "pan y circo" como una estrategia institucional de los administradores del sistema productivo, habría que anotar que no se ciñe exclusivamente al fútbol sino que abarca otros ámbitos. Por ejemplo, abunda en la "alta cultura" (publicaciones, crítica, suplementos culturales, premios, debates, cursos, conferencias, congresos, etc.): quien haya presenciado - con la suficiente distancia (la del que no es un ciudadano de pleno derecho de la República de las Letras) - un acto de reconocimiento dedicado a un insigne artista local (o no tan local) no negará que el espectáculo de consumo no tiene un cierto "aire de familia" con el "deporte rey";

c) en cierto sentido, podría demostrarse que el "pan y circo" no es una reciente excrecencia indebida y maligna sino que ha estado funcionando, desde siempre, en el mismo meollo de la construcción imaginaria de la realidad social, al menos en las culturas "históricas" occidentales y, para muestra, leamos a Platón o retrocedamos hasta Homero...

Dicho esto, el "pan y circo", tomado en su aristotélica medida, puede resultar sanamente catártico. Y, tomado en su justa medida, implicaría verlo como "puro" espectáculo si es que eso fuera posible y plausible. Es lo que intenta uno. Por ello, sintiéndolo mucho, la retórica mediática que, con ocasión del Grecia-Alemania, proclamaba la metaforicidad política y moral de una posible victoria helénica, hasta el punto que algunos nos sentimos mal por esperar una victoria teutona, se difuminó al ver a Klose como titular de la Mannschaft. Ganó Alemania, como debía ser: lamentablemente para los justicieros, juegan mejor al fútbol que Grecia desde hace varias décadas. Y, en el horizonte, España, aunque les pese a las distintas "cavernas": su fútbol sigue siendo extraordinario y está un paso por encima de todos los demás.

En el otro lado de la balanza, los Heat de Miami eliminaron a mis queridos Celtics. Y mis más amados Lakers ni siquiera llegaron a las finales de Conferencia. El triunfo de James, Bosh y Wade no ha sido, precisamente, catártico...

22 de junio de 2012

Afinidad social e insuficiencias del marxismo


La "afinidad social" entre ladrones, violadores, asesinos o sociópatas y el proletariado que la doctrina marxista desplegó abundantemente durante el siglo XX, encontrando apoyo - hay que decirlo - en el propio Marx, se resiste a desaparecer como principio de los breviarios de los profesionales de la revolución pero también de la difusa mezcolanza de estructuración de la realidad social que practica la izquierda realmente existente. El lema: "los presos a la calle", así, en absoluto, sin matices, todavía es asumido por muchos.

Si el marxismo muestra su eficacia en la vertiente de describir con más coherencia que otros entramados teóricos la mayor cantidad de acontecimientos de los que actualmente dominan la escena europea, ello no debe hacer olvidar, cara a la deducción de consecuencias éticas y políticas de esa pertinencia, algunos presupuestos que, con el tiempo, se han mostrado - cuanto menos - insatisfactorios.

No cabe extenderse mucho ni argumentar demasiado. Un ejemplo puede servir como metáfora de esta insuficiencia: tiene uno sus dudas, y todos deberíamos tenerlas incluidos los de "presos a la calle" y los de "la prisión debe regenerar y no debe ser un castigo" de que José Bretón (linchado públicamente por la desaparición de sus dos hijos pero, no obstante, imputado por este cargo) sea socialmente más afín a uno que Emilio Botín.

Eso para no hablar de los centenares de maridos que han asesinado a sus esposas en los últimos años... ¿Son los practicantes de la violencia de género más socialmente afines a uno que mis detestados Sabina o Zapatero? Pues uno no lo tiene claro...

20 de junio de 2012

¿Qué queda de este juicio?




"La revolución rusa de 1917 quedó muy por debajo de los objetivos que se había fijado y de las esperanzas que despertó. Su trayectoria fue imperfecta y ambigua. Pero ha producido repercusiones más profundas y duraderas en todo el mundo que cualquier otro acontecimiento histórico de los tiempos modernos" (E. H. Carr. La revolución rusa. De Lenin a Stalin. 1917-1929, trad. de Ludolfo Paramio, p243).

Escrito en 1979...

18 de junio de 2012

Memoria de Saint Andrews (IX): los modelos literarios


19 de julio de 2011.

Segunda jornada de densa niebla y lluvia, esta vez más intensa que la anterior. Desde media mañana parece que haya atardecido. Salimos lo justo para comprar pan, bebida y algunos dulces para languidecer durante la larga tarde.

Música y lectura interrumpidas por fugaces miradas al exterior. Las mojadas copas de los árboles no se distinguen más allá de una quincena de metros. La luz de las farolas de la calle tapada por la gasa de la niebla apenas iluminan. Doy un descanso a Derrida, avanzo docenas de páginas de la insustancial novela de Bolaño y jugamos con los noticiarios de la BBC, sin voz, de fondo. Anochecer de lámparas de pie que se expande durante horas.

¿Era así la vida de la burguesía ilustrada inglesa del XIX? ¿Sentados en sillones más o menos confortables entregados a la lectura y la contemplación de una naturaleza no hostil pero tampoco acogedora? Claro que hay que dejar de lado la cantidad de dulces, pastas y alcoholes necesarios para soportar de buen humor la reclusión pero esa reconstrucción que muchos de nosotros llevamos ¿se corresponde a la realidad o es un modelo literario?

Según Itamar Even-Zohar, una de las funciones primordiales de la literatura es proveer de modelos de comportamiento al individuo:

"Es decir que los textos proporcionan no sólo explicaciones, justificaciones y motivos, sino también -o a veces en primer lugar— esquemas (o scripts) de acción. La gente que lee o escucha (o mira) estos textos no sólo recibe de ellos concepciones e imágenes coherentes de la realidad, sino que puede extraer de ellos instrucciones prácticas para su comportamiento cotidiano. Así, los textos proponen no sólo cómo comportarse en casos particulares (por ejemplo, cómo co- mer o hablar, besar o reaccionar a un acontecimiento cualquiera), sino cómo orga- nizarse la vida: si ejercitar o no, y de qué manera, diversas opciones. Por ejemplo, enamorarse, casarse, tener hijos, trabajar o evitar todo trabajo, sentirse feliz de morir por la patria... En resumen, se trata de un repertorio bastante restringido de modelos para su ejecución" ("La literatura como bienes y como herramientas", 1997, accesible en http://www.tau.ac.il/~itamarez/works/papers/trabajos/polisistemas_de_cultura2007.pdf).

Pero no sólo se trata de modelos de conducta sino también de modelos perceptivos y esquemas de inteligibilidad. La sensación de estar viviendo como los ingleses de clase ilustrada no proviene de ningún ejercicio intelectual o ninguna lectura histórica sino del acervo de textos literarios (desde Chesterton a Orwell, pasando por los actuales McEwan o Amis y, especialmente, Enid Blyton, la lectura fundamental de la etapa de formación infantil) que le ha provisto a uno de modelos y representaciones intelectivas y afectivas.

¿No está tras esta representación estética de la que uno extrae el goce de la reiteración, la identificación y la sueración de la temporalidad, así como las pautas del proceder vivencial de la situación concreta, un texto como este de Orwell al final de su Hommage to Catalonia:

"Y luego Inglaterra, el sur de Inglaterra, probablemente el paisaje más acicalado del mundo. Cuando se pasa por allí, en especial mientras uno va recuperándose del mareo anterior, cómodamente sentado sobre los blandos almohadones del tren de enlace con el barco, resulta difícil creer que realmente ocurre algo en alguna parte. ¿Terremotos en Japón, hambrunas en China, revoluciones en México? No hay por qué preocuparse, la leche estará en el umbral de la puerta mañana temprano y el New Statesman saldrá el viernes. Las ciudades industriales, una mancha de humo y miseria oculta por la curva de la superficie terrestre, quedaban lejos. Allí, en el sur, Inglaterra seguía siendo la que había conocido en mi infancia: las zanjas de las vías del ferrocarril cubiertas de flores silvestres, las onduladas praderas donde grandes y relucientes caballos pastan y meditan, los lentos arroyuelos
bordeados de sauces, los pechos verdes de los olmos, las espuelas de caballero en los jardines de las casas de campo; luego la serena e inmensa paz de los alrededores londinenses, las barcazas en el río fangoso, las calles familiares, los carteles anunciando partidos de criquet y bodas reales, los hombres con bombín, las palomas en la Plaza de Trafalgar, los autobuses rojos, los policías azules.."

16 de junio de 2012

Escribe Ernest Mandel sobre la crisis y la austeridad


"La función histórica de la crisis y de la austeridad

Así como la crisis resulta, en último análisis, del descenso de la tasa media de ganancia, al mismo tiempo constituye el mecanismo por medio del cual el modo de producción capitalista prepara el reemprendimiento de la dionámica de la acumulación, es decir la reelevación de la tasa de ganancia media. La crisis tiene como función objetiva desvalorizar, disminuir el valor global del capital (se eliminan las empresas más débiles) y por consiguiente aumentar la tasa de explotación de la clase obrera" (Crítica del eurocomunismo, trad. de Emilio Olcina, p188). 

Sustituyamos "clase obrera" por "asalariados" y añadamos los matices precisos acerca del papel de "lo político", "la política", la "sociedad del espectáculo", etc. para que el cuadro no sea simplista y, de tan esquemático, nos lleve a cometer tremendos errores de apreciación, y la descripción cuadraría en gran medida con los síntomas observables en la situación de crisis actual.


14 de junio de 2012

Situacionismo


Ayer, primera tarde - autoimpuesta - de descanso y distancia respecto al trabajo. El martes fue un día crucial. Por primera vez nuestro sindicato se apartó de la unidad sindical. Más bien fue apartado por una maniobra indecente del sindicato nacionalista mayoritario de primaria con la connivencia pasiva de los sindicatos de clase. En el fondo, nos vino bien porque estábamos hartos de "luchar" contra las medidas de austeridad a base de payasadas: camisetas amarillas, bicicletadas, chocolatadas, asambleas, etc. Cualquier estupidez antes que plantear una huelga con cara y ojos, sin buscar la complicidad de familias y alumnos. Pues ése es el problema de los sindicatos amaestrados de clase y del nacionalista-"progre": las huelgas se han de hacer sin perjudicar a padres y alumnos.

Tiene su gracia, sobre todo cuando apoyan las huelgas de conductores de autobús que, en buena lógica, no tienen en consideración alguna a los usuarios del transporte público y las llegan a poner como ejemplo de combatividad. ¡Bendita incoherencia! Mientras estos sindicatos eviten perjudicar a los usuarios del sistema educativo, las huelgas serán inofensivas. Y como son inofensivas, los docentes las siguen minoritariamente. Ante esta situación, el conglomerado oficial sindical no hace más que plantear una tontería tras otra , englobadas, eso sí, bajo el concpeto "acciones". Sería de risa sino fuera tan terrible: los cientos, miles de profesores despedidos se merecen algo más que una "sardinada popular" como acción de protesta.

Bien, finalmente, la esperada "marea amarilla" (así la llaman los sindicatos de clase y el nacionalista-"progre") se quedó en agua de borrajas: ni cuatrocientos manifestantes... Nuestra apuesta por acciones más serias y contundentes que dejen de lado a los usuarios del servicio salió reforzada y, con ello, la sensación de que se abre una nueva vía a explorar aunque sea en solitario (ya vendrán los demás... si quieren).

Después de encontrarme con un irresoluble problema informático, retomé el segundo volumen de la edición castellana del Archipiélago Gulag, que me regalaron mis hijos, y me empapé de una prosa menos excesiva, más fría pero igualmente hiriente y brutal que hace que haya decidido leer la obra completa y no limitarme a la habitual lectura del primer volumen.

Luego a deleitarse con el trinufo de la Mannschaft sobre la aborrecible Holanda en espera de una repetición de la final de hace cuatro años. España jugó bien y bonito frente a Italia que también lo hizo, Los locutores de la cadena que retransmite los partidos abusaron del modelo madridista (empuje, testosterona, un "nueve", balones largos) como crítica al modelo barcelonista que sigue imperando en la selección pero lo cierto es que este equipo sigue jugando magníficamente y un empate no es ninguna tragedia.

¿La poesía? Para julio.

13 de junio de 2012

Alienación y exilio


Pasan los días sin más lecturas que disposiciones, proyectos de resoluciones y órdenes y comunicados y sin más escritura que los resúmenes de las reuniones, notas informativas e instrucciones organizativas. Algunas rayas en este cuaderno, entre textos ya escritos que, programados, van publicándose es toda la actividad literaria. No hay lugar para la poesía ni para la filosofía. Ni tan siquiera para la música. Teléfono, trabajo, paseos breves para contener la ansiedad y, en los pocos ratos de ocio, la PS3 y la Eurocopa.
Como ciudadano perfectamente alienado en la República del Trabajo añoro esa República de las Letras de la que vive uno exiliado.

12 de junio de 2012

"Las derrotas" de José Naveiras y Rodrigo Córdoba


Mañana, a las 21:00 horas en el bar Tapas y Fotos (C/ Dr. Piga 7, Lavapiés, Madrid) mi querido José Naveiras presentará su último trabajo: Las derrotas. Si en Bajo la lluvia uno ponía los poemas y José las fotografías, aquí es José quien pone los poemas y Rodrigo Córdoba las ilustraciones. El libro no defraudará. ¡Guárdame un ejemplar!

10 de junio de 2012

Lecciones de Historia Militar


Aparentemente el bombardeo de saturación mediático ha surtido efecto: gente diversa comenta con alivio que "al fin nos han intervenido". Doctrina del shock en estado puro.

En la II Guerra Mundial los bombardeos de saturación fueron utilizados profusamente en la estrategia aliada. Se creía que quebrantarían la moral de sus oponentes. Por contra, tras cada infierno de fuego la moral de la mayoría de los alemanes se reforzaba.

No es este el caso, seguramente. Ahora bien, cuando el estruendo haya pasado habrá que ver qué pasará...

No es seguro que se pueda ganar una guerra sólo con masivos bombardeos a distancia.

9 de junio de 2012

Mistificaciones de la intelligentsia universitaria


En el Blog de Jorge Riechmann encuentro un enlace a un artículo de Miguel Angel Quintanilla, profesor de Lógica y Filosofía de la ciencia a quien leí sin provecho alguno hace años, denunciando la agenda oculta del PP para acabar con ese oasis de libre investigación, comunicación desinteresada y producción de pensamiento inconformista que es la Universidad española.

Puede que exista esa agenda oculta. Pero si de algo uno está seguro por su experiencia es que la Universidad española, al menos en la inmensa mayoría de los Departamentos de Humanidades (incluido, por supuesto Filosofía), no es reino alguno de comunicación desinteresada, búsqueda de la verdad y pensamiento crítico sino un imperio de corruptelas, amiguismos y escolásticas de diversos pelajes amparados por un inextirpable hábito endogámico.

Y eso, no sólo lo sabemos la gran mayoría, sino que se demuestra en el hecho de que ninguna, absolutamente ninguna Universidad española, goce de un reconocido prestigio internacional ni esté entre las 150 mejores del mundo por muy discutibles que sean los parámetros según los que se realice la clasificación.

Si el oasis que pretenden mistificar se transforma en un yermo no derramaremos muchas lágrimas porque la tierra universitaria ya estaba baldía aunque Quintanilla nos la quiera vender como vergel.

P.S: otra cosa bien diferente es el incremento de las tasas y las dificultades que los jóvenes procedentes de las clases más desfavorecidas tendrán para acceder a la enseñanza superior que hay que combatir pero sinj mezclar churras con merinas.

8 de junio de 2012

Revisiones


Al releer, a propósito del comentario sobre Niño Becerra y sus previsiones à la Harich, las notas sobre la crisis y los pronósticos de hace un par de años y compararlas con las últimas, uno se da cuenta de que entonces era renuente a utilizar incluso el concepto de "capitalismo": consideraba íntegramente periclitado el modelo marxista clásico para describir los estados de cosas sociales contemporáneos.

Ahora, dos años después, no queda más remedio que confesar que, con sus insuficiencias, esquematismos y teleologías, el único paradigma teórico que suministra instrumentos de comprensión racional de lo que sucede en la actualidad es el discurso marxiano y marxista por extensión. No todo, ni íntegramente, pero entre su corpus pueden encontrarse conjuntos de descriptores que se avienen mejor con los hechos que otros postmodernos.

No cabe inferir de ello consecuencias políticas ni éticas en clave ortodoxamente marxistas pero sí anotar que, a no ser que uno se refugie en lo conocido ante su incapacidad de comprender lo que acontece y las nuevas explicaciones que se proponen, la aparente aceleración de los acontecimientos históricos puede ser un efecto de superficie...

6 de junio de 2012

Las previsiones de Niño Becerra: Wolfgang Harich en Madrid

En su momento, las "profecías" de Santiago Niño Becerra le ocasionaron a uno más de un dolor de cabeza. En uno de sus últimos artículos, el escenario que prevee para la el Reino de España se acerca mucho al señalado por Harich como inevitable, dando más argumentos a quienes piensan que el dilema austeridad/crecimiento es una superchería:

" * - ‘Impulsar el crecimiento en Europa y crear empleo’, es lo que dijeron que tenía que hacerse Mr. Obama y M. Hollande en su reunión en Washington del día 18. ¿Quién tiene algo que objetar con respecto a esa afirmación?; el problema es que a la sentencia le faltaría una palabra: ‘posible’. Hablemos de España aunque lo que van a leer es básicamente lo mismo que leerían si aplicásemos el análisis a otro país y cambiásemos ‘manzanas’ por ‘albaricoques’.

España tiene un problema: no crece, por lo que sus Administraciones Públicas no ingresan lo suficiente para mantener la estructura de gastos que montaron cuando ‘España iba bien’ y, vía ladrillo y consumo, recaudaban la tira. Eso ha dejado de ser así: en España ya no se construyen 750.000 viviendas anuales, el consumo se ha hundido, y es imposible ocupar a toda la población activa que antes se ocupaba; es decir, España no puede gastar lo que gastaba porque no ingresa lo que ingresaba, y eso va a seguir así durante mucho, mucho, mucho tiempo porque …

… en España no van a volver a hacerse 750.000 viviendas al año ni va a volver a consumirse de todo a los niveles necesarios para crecer como se crecía, por lo que va a ser imposible ocupar a toda la población activa que se ocupaba. En otras palabras, pienso que durante bastantes años a lo que el planeta tiene que acostumbrarse es a la escasez, a crecer poco en términos de país o de continente (aunque mucho a nivel de cluster), y a un desempleo estructural elevado o muy elevado.
De ahí que, pienso, hubiese sido imprescindible añadir a la frase lo de ‘posible’."

La contribución aquí.

4 de junio de 2012

Memoria de Saint Andrews (VIII): Apocalipsis mientras llueve. San Juan y Derrida


18 de julio de 2011.

Nada parecía anunciar anoche que hoy sería un día de los clásicos: lluvia y niebla. El paseo por la playa patricia, largo (casi recorrimos los más de seis kilómetros hasta el primer recodo que da lugar a una pequeña ensenada que nos separa de la base de la Royal Air Force de Leuchars, que por cierto cerrará en los próximos meses) estuvo adornado con múltiples cielos y poco viento y cuando presenciamos la puesta de sol desde los bancos "In Loving Memory" que flanquean el monumento a los mártires apenas había nubes en el horizonte. Pero ya se sabe... "Scottish weather".

El día transcurre leyendo y jugando. Pasamos la mayor parte del día en el delicioso, por lo kitsch, salón. Un sofá y un par de sillones beiges, una moqueta gris azulada, las paredes pintadas de un acogedor crema, una butaca de terciopelo rojo, una mesa baja de soporte de madera dorada y mármol esmeralda, una cómoda de caoba lacada y un par de cuadros y un espejo con molduras de intencionalidad barroca y plasmación... horrorosa.

Leyendo el opúsculo de Derrida una primera constatación que coincide con una convicción que lleva rondándome años deudora de la tesis platónica de que sólo se busca lo que de alguna manera ya se conoce pues sin noción previa alguna ¿cómo sabemos que lo que hemos encontrado es lo que estábamos buscando? El Apocalipsis sólo es concebible como tal en cuanto ya ha acontecido, en cuanto no es futuro y porvenir sino pasado: tal vez pasado absoluto, tal vez pasado-presente, tal vez ambas cosas. Y esta doble inscripción, esta doble dimensión ya está, de alguna manera, trabajando en el Apocalipsis de San Juan.

Escribe Derrida:

"El fin está próximo, parecen decir, lo cual no excluye que ya haya tenido lugar, un poco como en el Apocalipsis de Juan la inminencia del fin o del juicio final no excluye un cierto 'estás muerto', '¡velad!', en donde el dictado sigue de cerca a la alusión a una 'segunda muerte' que no esperará el vencedor." (p20).

Y más adelante:

" no es solamente el fin de esto sino también y en primer lugar de aquello, el fin de la historia, el fin de la lucha de clases, el fin de la filosofía, la muerte de Dios, el fin de las religiones, el fin del cristianismo y de la moral (ésa fue la ingenuidad mas grave), el fin del sujeto, el fin del hombre, el fin de Occidente, el fin de Edipo, el fin de la tierra, Apocalypse now, yo os lo digo, el fin en el cataclismo, el fuego, la sangre, el terremoto fundamental, el napalm que desciende del cielo desde los helicópteros, como las prostitutas, y también el fin de la literatura, el fin de la pintura, del arte como cosa del pasado, el fin del psicoanálisis, el fin de la universidad, el fin del falocentrismo y del falogocentrismo, ¿y de cuántas cosas más? Y cualquier otro vendrá a refinar aún más, a anunciar lo mejor de lo mejor, o sea el fin del fin, el fin del final, porque el fin siempre ha comenzado ya" (p48-49).



2 de junio de 2012

Nada nuevo bajo el sol: las "brigadas laboratorio" y la reforma LOGSE



En el "Glosario" de la edición castellana de Archipiélago Gulag puede leerse acerca de las "Brigadas laboratorio":


"desde finales de los años veinte se aplicaba en la enseñanza técnica superior. Los alumnos se organizaban en brigadas para resolver tareas planteadas por el profesor y someterse a pruebas de autoevaluación. El profesor no explicaba la materia y sólo intervenía si había dificultades. Una vez cumplido el programa se realizaba un ejercicio colectivo final en el que la brigada, dirigida por uno de los alumnos, daba cuenta de su trabajo (sn)."

A quien haya tenido que padecer, como profesor, la sarta de despropósitos teóricos y experimentos de gaseosa de los reformistas pedagógicos pro-LOGSE, le confortará saber que el mismo PCUS, padre espiritual de una parte de ese potaje junto con Rousseau, Piaget y sus malos lectores, por supuesto, acabó renegando de él.

"El Comité Central del PCUS desechó este método el 25 de agosto de 1932 estimando que mermaba los conocimientos del alumno a la vez que producía falta de organización, despersonalización e indisciplina." (Vol. I,  p749)

1 de junio de 2012

Thank you for the music, Beirut


Ayer uno se reconcilió con el curso del acontecer, de nuevo, a la música. La semana pasada, por vez primera en años, hubo de abandonar el Liceo durante un entreacto. La extrema fatiga influyó en el hecho mas lo cierto es que no fui capaza de soportar, íntegra, Adriana Lecouvreur de Cilèa. La ópera en cuestión no es del estilo que uno oye o le gusta ver pero tras una nueva semana de "recortes" que desoyen el rechazo de la ciudadanía en las calles y en forma de huelga esperaba como agua de mayo el viaje a la República de las Notas. No pudo ser.

Esta semana, con poco tiempo para leer y escribir, presionados por la amenaza de nuevos "recortes" que presentíamos y que llegaron ayer tocando de nuevo a los más desfavorecidos (personal sustituto que no cobrará el mes de julio y que no percibirá el próximo curso más que el 85% de la retribución que les correspondería, acompañados de un recorte en horas sindicales para amordazarnos y contribuir a la "paz social"), huimos al "Primavera Sound" con los últimos euros que quedaban en la cuenta buscando asilo en la República de las Notas. Y ésta nos acogió.

Primero Field Music, con su pop aseado y simpático y luego, sobre todo, Zach Condon y su Beirut. Un concierto espectacular, vibrante, trabajado. El mérito de Condon y sus compañeros como compositor y arreglista (o de sus arreglistas) es enorme: lograr que un trombón pueda cargar con el punto álgido de una canción pop o que la formación de un acordeonista, dos trompetas, un trombón, un contrabajo eléctrico y una batería soporte la mayoría de las composiciones es algo inédito (o casi) en la música pop contemporánea. Ritmos balcánicos (uno recordaba a Kusturica) y mejicanos (momentos "mariachis") sabiamente combinados con la mejor tradición melódica británica y norteamericana. Una gozada.

Luego, más modestos, The XX, una de las revelaciones de los últimos dos años que, pese a un montaje tecno-vintage, resultaron gélidos y monótonos.

Ahora, con pocas horas de sueño hacia la vida sindical: a hacer acopio de nuevas frustraciones. Nadie le puede, sin embargo, quitar a uno lo bailado anoche. Thank you for the music, Beirut.