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14 de enero de 2015

Uno recomendaría (04/01/2015-11/01/2015)


Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:

"Catalunya, Espanya, Violència i Mimesi (VI i final)" de Jordi Ramírez

 "Si el diagnòstic de Girard sobre la nostra època fos correcte caldria concloure que la disputa entre Catalunya i Espanya, en els termes que ha estat concebuda històricament, pertany a un temps consumat. Han passat avall les èpoques de bocs expiatoris, perquè quan hom entén que en té o n’ha tingut un, l’eficàcia del mecanisme es trenca i no es pot pas recomposar. Un mon basat a la globalització, entesa com la finalització de tots els tancaments victimaris, no hauria de deixar lloc per a qualsevol mena de nacionalisme..."
 

22 de diciembre de 2014

Uno recomendaría (15/12/2014-21/12/2014)

 

Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:


"Catalunya, Espanya, Violència i Mimesi (I)" de Jordi Ramírez:

"... Així doncs cal començar explicitant el meu punt de partida que no m’inclina gaire vers el nacionalisme: la meva assimilació personal de la història europea, l’assumpció (poc practicada a casa nostra) d’allò que suposà i ha de suposar el final del colonialisme, i allò que pugui conèixer del romanticisme europeu em fa sentir poca simpatia per la noció de nació, l’absència de la qual no crec pas que fes que la humanitat visqués pitjor..."

27 de octubre de 2014

Uno recomendaría (20/10-26/10/2014)


Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:

"Altres temes" de Jordi Ramírez.


"Miro de no enfadar-me gaire quan llegeixo o sento informatius, però ahir no vaig poder contenir un sentiment de ràbia i indignació en el grau més agut quan vaig sentir els riures que la bancada del PP al congrés va dedicar al líder del PSOE, quan aquest va anunciar que parlaria de la pobresa infantil"...

15 de septiembre de 2014

Uno recomendaría (08/09-14/09/2014)


Uno recomendaría, entre sus lecturas de esta semana:

"Reflexions de la setmana de la diada" de Jordi Ramírez:

"Diumenge llegeixo dos articles de caràcter diferent tot i ser ambdós d’un tarannà diguem-ne unionista. Un està signat per la professora Mercè Vilarubies i l’altre per Pedro J. Ramírez. Tots dos malgrat estar en contra de la independència reconeixen que entre Espanya i Catalunya hi ha un problema i coincideixen en que entre les possibles mesures per solucionar-ho caldria incrementar l’amor dels espanyols no catalans per la llengua catalana, propiciant, per exemple, el seu coneixement als centres d’ensenyament..."

17 de octubre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (17/10/2013)


El pasado domingo pasee con mi madre por Nou Barris. El día anterior, nada interesante. Mientras deambulábamos por el barrio hubo un par de detalles que le llamaron a uno la atención:

- la gran cantidad de locales comerciales que han echado el cierre en los últimos meses, algunos con menos de un año de vida, prueba de que lo más duro de la crisis no está claro que haya pasado, como vaticina ese cenizo tan acertado en ocasiones que es Niño Becerra. No hay muchos motivos para el optimismo. Tampoco ayuda el hecho de que tres de mis siete compañeros de clan de Call of Duty que tenían trabajo han pasado a engrosar de nuevo la cola del paro;

- por primera vez uno se fijó que, en este barrio inmigrante y donde predomina la lengua castellana, también han aparecido "estelades". Son pocas y localizadas sobre todo en edificios relativamente recientes pero es un dato a tener en cuenta sobre todo porque va acompañado de su némesis en un barrio tradicionalmente hostil a las explosiones nacionalistas de cualquier signo. No me gusta demasiado ver banderas independentistas - sufro su alarde agobiante en Gràcia - pero he de reconocer que me gusta todavía menos ver banderas de España en los balcones. Es una cuestión subjetiva, estética, ante todo, pero ver en el barrio de mi infancia rojigualdas no resultó nada agradable y no me pareció un buen síntoma.

Por otro lado, pasados varios días de la manifestación del 12 de octubre he tenido ocasión de recoger algunas impresiones. Un amigo independentista moderado se confesaba espantado por la cantidad de gente que asistió. Si se compara con anteriores años, efectivamente, hay que señalar que fue un relativo éxito. Mas eso, relativo. No se pueden lanzar las campanas al viento como han realizado algunos medios españoles, ni ponerla en el fiel de la balanza para igualar el 11-S de 2012. La hegemonía, en el sentido gramsciano, es, hoy por hoy, secesionista, guste o no.

Ahora bien, los secesionistas más intransigentes deberían estar atentos a algunas señales:

- a esta manifestación asistieron, preferentemente, españolistas que no es lo mismo que unionistas: todos los españolistas son unionistas pero no todos los unionistas son españolistas. Alguna gente que conozco, bien partidaria de un sistema federal, bien autonomista, bien confederal, bien que no desea enfrentarse a incertidumbres, que de todo hay, jamás asistirá a manifestaciones de este tipo. No deberían confundir, en el cálculo político, unionismo con españolismo y concluir que los unionistas carecen de fuerza y de proyecto: no son hegemónicos, cierto, pero la hegemonía no asegura la victoria ni mucho menos;

- la tesis del "batustán" debe ser contemplada como una posibilidad algo más que remota. Un ejemplo es la argumentación al respecto vertida por Francesc Granell en una entrevista que El País titulaba "Cataluña sería un estado fallido como Somalilandia", que hallé en el Blog de Xavier y que un amigo me envió, también, por correo;

- el llamado "discurso del miedo" empieza a articularse y es un discurso tan peligroso como el del entusiasmo que practican Mas y sus adláteres. Como señala Jordi Ramírez, está por ver que el pensamiento de Hobbes no siga siendo pertinente y el miedo sea un factor más importante que el entusiasmo en la constitución y preservación de los agregados humanos. Ventilarlo con un simple "No s'ha de tenir por" sería, en la modesta opinión de uno, un gran error. Es un discurso tan legítimo como el del entusiasmo y, al tiempo, tan ilegítimo, por su fundamentación irracional, como éste.

Por último, ayer me encontré con D. un ferviente catalanista pero unionista. Botifler, le llamarían algunos. Ante una cerveza me explicó que la semana pasada, en una reunión de profesores, los secesionistas más radicales presionaron lo indecible para que el claustro se pronunciara sobre un asunto político relacionado con la independencia. Se salieron con la suya a medias pero no quedaron satisfechos en absoluto y, lo peor, no repararon en que votaron en contra de su propuesta secesionistas, unionistas y españolistas. D. estaba contento por ello. Uno no especialmente. Él ve la génesis de una "tercera vía". Uno no lo ve demasiado claro. En cualquier caso hay que tener cuidado con los ritmos y la presión. La propia naturaleza de un "movimiento" consiste en estar en contínua marcha pero si se pasa uno de revoluciones el resultado puede ser desastroso.

6 de febrero de 2013

Cronica de la Nueva Edad (06/02/2013)


Como le sucedió a Jordi Ramírez el otro día, la lectura del artículo de Víctor Gómez Pin el pasado fin de semana en El País le ha dejado a uno una sensación agridulce. Dulce porque sigue habiendo voces críticas que intentan, en  Catalunya al menos, deshacerse de la presión de las sogas maniqueístas. Agrio porque confiesa la derrota de esa posibilidad. Concluye el profesor de filosofía:

"¿Y los que deploramos esta distribución de los papeles? Pues simplemente hemos perdido la batalla, y no es difícil barruntar las causas. En ausencia de un objetivo común de dignificación social, la culpa de la miseria ha de ser necesariamente imputable al otro. Cuando no hay rebeldía frente a los escandalosos desequilibrios económicos culturales y sociales que se dan en el seno de una comunidad, se enfatiza el peso de los desequilibrios entre balanzas fiscales respecto a otras comunidades. La cantinela es monótona y universal: “Padanos” contra hijos del mezzogiorno, flamencos contra valones, Europa sobria trabajadora contra sur despilfarrador y holgazán. Los PIGS se multiplican en el seno de cada país y hasta de cada región. Todo el mundo tiene su sur, reencarnación de esos tartesos que “se tumban panza arriba”. Simplemente... ¡qué derrota y qué tristeza!
Sentimiento de derrota que no exime del deber. Deber de denunciar las condiciones sociales que han permitido la sustitución del ideario reflejado en lengua catalana en los evocados versos de Pere Quart por el tan abyecto espíritu de los versos del citado poeta vasco. Por la recuperación de esta actitud, se sea o no independentista, pasa hoy, en relación con España, la dignidad de Cataluña."

Todo el mundo tiene su sur.

P.S: Xavier alertaba, hace unas semanas, acerca de la progresiva búsqueda del "enemigo interior" que en algunos ambientes se está emprendiendo ante la sospecha de que el desarrollo de los acontecimientos no sigue el curso esperado. Pues bien, alguien me ha escrito para decirme que mi nota sobre el derecho a decidir es una suerte de excusatio non petita ante el miedo a ser considerado un "enemigo interior" y que además rompe -en realidad- la pretendida equidistancia que proclamo. No está uno demasiado de acuerdo con lo segundo pero respecto a lo primero, el olor a excusatio...

Por cierto, los Ravens der Baltimore ganaron la Super Bowl con apagón de más de media hora incluido. Si en este país hubiera sucedido algo así...

7 de noviembre de 2012

Y llegaron los así llamados "intelectuales"


No podían faltar. En medio del ruido provocado por nacionalistas de uno y otro bando, que está llegando al griterío chulesco arrabalero, faltaban para algunos, no es el caso de uno que estaba muy contento sin escuchar sus habituales "llamamientos", la intervención pública y comprometida de los así llamados "intelectuales". Y tuvieron que abrir el pico para hacer lo de siempre: simplificar, adular y figurar.

Respecto al lamentable manifiesto de los llamados "federalistas" (Dios nos pille confesados) seguramente más saludable que leerlo sea atender a la crítica sobria y elegante que realiza Vicenç Navarro. Una muestra: "En esta carta hay un intento de conciliación, indicando que debe respetarse cualquier decisión que la población de Catalunya pueda tomar en el caso de que se le permita. Ahora bien, el tono condescendiente y el argumentario que utiliza, además de ser ofensivo, traduce una falta de comprensión de lo que ocurre en Catalunya. Es sorprendente, por ejemplo, que a estas alturas y en este momento, todavía se desmerezcan las protestas existentes de Catalunya, refiriéndose a ellas como parte del victimismo de lo que la carta llama el “nacionalismo exacerbado catalán”. Y, por si ello no fuera poco, niega también que España haya perpetrado agresión alguna contra Catalunya, o que Catalunya tenga razones para estar deseosa de distanciarse de esta España.
La carta, sin embargo, parece contradecirse, pues estas acusaciones de injustificado agravio y victimismo expresado por el supuesto nacionalismo exacerbado catalán se hacen a la vez que se pide, en la misma carta, al Estado que se busque un mejor encaje de Catalunya con España, una financiación más justa, y de una federalización del deteriorado Estado de las autonomías. Si los autores de tal carta consideran que no se ha hecho nada injusto a Catalunya, ¿por qué entonces piden estos cambios? Uno esperaría que la petición de que se realizaran tales cambios estuviera basada en la identificación de varias injusticias existentes y que tales cambios ayudarían a resolverlas. ¿Por qué, entonces, continúan insistiendo en la acusación de “victimismo? ¿No entienden que con esta continua acusación, típica del nacionalismo españolista, está contribuyendo al creciente enfado existente en Catalunya?".

Más sobria aun es la que Jordi Ramírez realiza al servil manifiesto de intelectuales de izquierda en apoyo de Mas y su proyecto (Dios nos siga pillando confesados): "Mentrestant per orientar el poble català en aquesta hora difícil es publica un manifest dels intel·lectuals d’esquerres, on evidentment la major part dels seus signants ni són intel·lectuals, ni són d’esquerres. I així anem fent" ("Mientras tanto, para orientar al pueblo catalán en esta hora difícil se publica un manifiesto de los intelectuales de izquierdas donde, evidentmente, la mayor parte de sus firmantes ni son intelectuales ni son de izquierdas. Y así vamos haciendo").

En fin... Que no se podían estar callados... Con lo bien que estaban...

21 de octubre de 2012

Escribe Francesc Moreno sobre el gigantesco engaño de Artur Mas


Gracias a una nota de Gregorio Luri descubro un interesante artículo de Francesc Moreno sobre el cul-de-sac al que se ha lanzado Artur Mas:

"Mas y sus voceros niegan cualquier contraindicación al viaje hacia ninguna parte que ha iniciado el candidato de CiU a la Presidencia de la Generalitat. Se nos dice que todos seguiremos siendo amigos, que la economía no se resentirá, que los empresarios deberán adaptarse al cambio, que el Barça seguirá jugando la Liga espanyola. ¿En base a qué, los catalanes partidarios de la secesión impondrán a los demás catalanes, a Espanya y a la UE lo que quieran, sin admitir objeciones?

Engañar a la gente, abusando de los medios de comunicación públicos y concertados, tiene un nombre: populismo autoritario. Pretender que el secesionismo es indoloro y sin efectos negativos es simple y llanamente mentir. El divorcio por mutuo acuerdo no puede imponerse unilateralmente por mucho que lo diga el candidato Mas.

Se puede ser secesionista o partidario del comunismo. Pero pretender romper el statu quo gratis, sin coste alguno, es una mentira obscena que hay que aclarar a los ciudadanos para que ejerzan el voto con información. La información libre y plural es una condición imprescindible para unas elecciones libres. Leer el prospecto de un medicamento puede asustar. Esconderlo o falsearlo es una falta absoluta de deontología profesional.

Claro que la ceremonia de la confusión se explica porque el objetivo de Mas no es la independencia. Mas sabe perfectamente, como ha dicho Jordi Pujol, que la independencia es "casi imposible", que es una manera de de reconocer la realidad con la boca pequeña.

Para decepción de los secesionistas, parece que la hoja de ruta del candidato está trazada. Ganar las elecciones y convocar un referéndum unilateral e inconcreto para salvar la cara. Después dimitir. Y su sucesor ya se encargará de pactar una reforma de la Constitución y un nuevo sistema de financiación. Eso si, después de otras elecciones que garanticen a CIU el poder hasta el 2021, los catalanes no lo remediamos."

El artículo completo aquí.

P.S: La pieza me lleva a recordar una nota de Jordi Ramírez en su cuaderno en el que hablaba acerca de la inevitabilidad del sufrimiento y el trauma en cualquier proceso de independización.

19 de septiembre de 2012

Sobre el 11 de septiembre


Ya han pasado suficientes días como para emitir un juicio mesurado sobre lo que aconteció en Barcelona el 11 de septiembre. En la modesta opinión de uno:

- Fue una manifestación claramente soberanista mediante la cual la opción independentista se visualizó a sí misma como capaz de arrastrar a una mayoría de catalanes;

- en ella se mezclaron soberanismos esencialistas, racistas y románticos con otros racionales, inteligentes y pragmáticos;

- como escribió en su Blog Jordi Ramírez, fue una evidente demostración de "entusiasmo" social;

- el nacionalismo volvió a mostrar su raíz religiosa y su capacidad de substituirla con eficacia: la lucha de clases, las desigualdades sociales, las distintas formas de explotación y opresión social desaparecen del horizonte ante la llamada de la patria;

- la cobertura mediática de TV3 emuló sin problemas a Intereconomía culminando esa trayectoria descendente que comenzó con el tripartito y que hace añorar aquellos tiempos de informativos equilibrados y cosmopolitas  ya perdidos. La televisión pública catalana se mostró como una televisión à la Berlusconi más, algo que uno creía propio, como mucho, de TVE.

A partir de aquí, unas breves reflexiones:

- Junto al "entusiasmo" miles, puede que algún millón, de catalanes sintieron "miedo", tanto como el "entusiasmo" desbordado de los manifestantes;

- el discurso independentista dominante se ha instalado en una absurda lógica de la inmediatez autocontradictoria que conducirá, inevitablemente, a la violencia, sea de baja intensidad (desobediencia civil, violencia callejera) sea en forma de lucha armada. No se puede pretender una secesión amistosa de España en unas semanas o meses: se necesitaría un proceso de negociación, compensaciones mutuas, acuerdos bilaterales, etc. que llevaría -como poco- quizás diez o quince años para arreglar los flecos enormes que una relación prolongada provoca (inversiones, balanzas fiscales, amortizaciones, pensiones de los funcionarios que han vivido y trabajado en Catalunya con titularidad estatal, pactos comerciales, etc.). Si se quiere la independencia en unos meses, la ruptura no será amistosa y quizás no haya ni ruptura posible;

- sólo en un pequeño bloque de unos segundos, TV3 se hizo eco de las declaraciones de la Comisión Europea poniendo en solfa algo que aquí se da por hecho en esta amalgama de entusiasmo y religiosidad: un nuevo estado quedaría fuera de la Unión Europea y debería solicitar su entrada como miembro, para lo cual se precisaría la unanimidad de todos los miembros. Si la ruptura no es amistosa y negociada, ¿alguien en su sano juicio cree que España votaría que sí? ¿Y qué decir de Francia? Pues en el planteamiento más radical de los independentistas, Catalunya es sólo un paso hacia "els Països Catalans" que incluyen Valencia, Baleares y el Rosellón francés...

- finalmente, nadie parece advertir que un hipotético referéndum precisaría, como estableció como marco de referencia el tribunal supremo de Canadá que aceptó la posibilidad de la secesión del Quebec, una "clara mayoría" que, francamente, no puede cifrarse, como muchos están haciendo, en un 50,1%. Como señaló Joan Herrera, de ICV: "'Necesitamos mayorías del 70% o del 80 %, no queremos un país partido por la mitad», advirtió. El dirigente ecosocialista aseveró de que sería perjudicial intentar ejercer el derecho a la autodeterminación sin una mayoría amplia de la población y, visto que ese horizonte no está a la vuelta de la esquina, planteó que se continúe apostando por el pacto fiscal'". De esta "clara mayoría" los independentistas y el Govern no hablan...

"Tot plegat" como se dice en catalán, huele a engaño y utilización, a desviación, aventurerismo y falta de racionalidad de la clase política de estos pagos. Tanto ellos como los creadores de opinión, protagonistas de los medios y los actores de la sociedad del espectáculo se frotan las manos con unos pingües beneficios que han dejado de obtener del Estado español en quiebra y que, creen y esperan, objetivamente, que un Estado catalán les proporcionará y para ello rehuyen hablar claro y sensatamente.

Esto presagia violencia...

Mientras tanto, para la inmensa mayoría de los que siguen como borregos esta sospechosa empresa (y de aquellos otros borregos los que se envuelven en la bandera española para oponérseles) cabe decir lo que escribe Arno Schmidt:

"'El pueblo' es de una ignorancia crasa. Por eso se deja embaucar tan fácilmente. Cuando escucho un discurso del Führer no puedo dejar de pensar automáticamente en Agamenón, Pericles, Alejandro, Cicerón, César, sin olvidar a Cromwell, Napoleón y los héores de las guerras de la independencia; sí, no puedo dejar de compararlos. Todos son iguales, todos dijeron: '¡No reconozco ningún aprtido!, ¡estoy por encima de los partidos!'. ¡Todos iguales! Y en sí misma, toda esa retumbante charlatanería podría ser divertida. Pero 'el pueblo' cree a pies juntillas que nunca hubo un fenómeno semejante bajo el sol, sin ver las consecuencias que sin embargo son previsibles. ¡En lugar de pensar en los millones de infelices que pagaron el pato en el curso de los siglos y de alejar a esos charlatanes de feria a puntapiés en el trasero! Pero en definitiva, cada cual es responsable de su propia ignorancia" (Momentos de la vida de un fauno, trad. de Luis Alberto Bixio, p50)

6 de febrero de 2012

Escribe Emmanuel Todd


Hace unos días, en uno de los Blogs de Jordi Ramírez se recogía este texto de Emmanuel Todd perteneciente a La ilusión económica muy útil para recordar a los entusiastas digitales que, por sí sola, cualquier revolución tecnológica no lleva aparejada, necesariamente, ninguna mejora real de la existencia humana ni mucho menos abre mayores posibilidades emancipatorias.

"El ejemplo de Inglaterra prueba que ciertas tecnologías pueden tener como efecto la valoración del trabajo con independencia del nivel de formación de la población. Durante la primera revolución industrial, las cualificaciones de los proletarios ingleses eran inferiores a las de los artesanos alemanes de la misma época, resultado de una sociedad más alfabetizada. La informática es una revolución de este tipo. Para ser aplicada necesita, ciertamente, una población que sepa leer y contar. Pero puede prescindir de una generalización de las formaciones secundarias y superiores. Una vez que alcanza su plenitud, apela escasamente, en sus utilizaciones e incluso quizás en las concepciones de sus programas, a las funciones cerebrales más complejas, más sintéticas. De hecho optimizan el uso de una instrucción primaria masiva. La informatización de la sociedad y el estancamiento cultural no son pues a priori contradictorios, incluso si Estados Unidos no se encuentra en la privilegiada situación de la Inglterra de finales del siglo XVIII, que no tenia competidor en un nuevo campo que ella misma iba definiendo." (p134)

17 de marzo de 2010

17 de marzo de 2010: objetivos pedagógicos reales y honestos


Añadir imagenJordi Ramírez, de cuyo Blog ya he hablado en alguna ocasión realizó hace poco una afortunada reflexión sobre alguno de sus objetivos pedagógicos. Su sencillez, realismo y honestidad, que contrasta con la palabrería de los pedagogogos del "mester de progresía", vuelve a dejar a ésta en su justo lugar: en la perspectiva de las ranas de la que hablaba Ernst Bloch.

Escribe Jordi (en traducción automática brevemente revisada por un servidor):

"Cuando acabe este curso sólo hay una cosa que querría que tuvieran clara mis alumnos de primero de bachillerato, cuando alguien ofrece un sistema, una teoría que lo explica todo, que da respuestas y que se puede entender en media hora, una semana o cualquier plazo ridículo de tiempo, el ofrecimiento no vale para nada y es una tomadura de pelo. Puede parecer poca cosa, pero en la práctica es un conocimiento al que una buena parte de la humanidad no parece llegar nunca."

¡Cuánta razón!

24 de diciembre de 2009

(y III) El análisis de Frank Furedi sobre la situación actual de la educación



"El sexto capítulo trata sobre la pérdida de fe en la educación o, para ser más concretos, en el contenido intelectual de la educación. Aquí Furedi, analiza con agudeza el cambio que supone pasar de centrarse en la noción de aprendizaje en vez de en la de educación, un cambio que ha permitido al gobierno de Blair realizar el programa social del thatcherismo. El objetivo fundamental de la ofensiva de los partidarios del aprendizaje ha sido el conocimiento intelectual, la presencia del cual en el currículum se ve como regresiva y antigualitaria. Furedi no puede disimular su estupefacción enfrente del hecho de que los nuevos partidarios del igualitarismo acaben coincidiendo con el elitismo del siglo XIX. Soporte de esta tendencia es una progresiva desaparición de la noción de verdad y la imposibilidad de distinguir claramente las nociones de conocimiento e información. La característica fundamental de los teóricos de la educación parece ser una añoranza inconfesada del determinismo. Los tiempos optimistas de la tercera república han pasado y la educación en un sentido ilustrado del término ya no es la solución sino el problema.
El séptimo capítulo se llama "un infeliz giro a la felicidad", y habla de la progresiva terapización de la enseñanza que ha llevado a calificar como síndromes, es decir patologías, sensaciones tan ancestrales como la de estar nervioso antes de hacer un examen. El inefable Rogers, autor de afirmaciones como que nadie tendría que aprender nada que no le pareciera relevante, es aquí el blanco preferente de sus críticas. Furedi aquí coincide con Luri al señalar el excesivo peso que la psicología está adquiriendo en la pedagogía. Nuevamente, la cuestión emergente es la de la falta del sentido, para el cual el remedio ha sido a menudo la terapia. Para Furedi, este tipo de educación es esencialmente amoral ya que el tratamiento del yo acaba convirtiéndose en una finalidad en ella misma, desligada de cualquier compromiso con un sistema de creencias y valores. Todo lleva, otra vez, a la definición de nuevas paradojas. Mientras más intenta la escuela llevar a cabo la imposible finalidad de enseñar a los niños a ser felices, la felicidad no se enseña nos recuerda Furedi, más aleja a los niños de la posibilidad de realizar tareas donde expresen su potencial y que por tanto les acerque a una auténtica felicidad. La situación de hecho es la peor posible: uno ha engendrado una escuela intrínsecamente amoral pero intensamente moralizante".

Afortunadamente, en este mundo educativo gobernado en la actualidad por las invenciones del "lobby pedagogista", hay individuos como Furedi capaces de mostrar la íntima vinculación entre el aparente progresismo y el más rancio elitismo clasista así como las peligrosas aporías a las que la pseudociencia pedagógica y sus gestores neoliberales y progresistas está conduciendo ya a varias generaciones de alumnos. Alumnos de las clases más desfavorecidas que ya están pagando, y seguirán pagando en el futuro, el precio de este experimento social.

Gracias a Jordi por acercarme a este autor.

21 de diciembre de 2009

El análisis de Frank Furedi sobre la situación actual de la Educación (II)


"El cuarto capítulo sigue insistiendo en esta idea presentando la noción de la socialización marcha atrás: el proceso que ocurre cuando se renuncia a integrar a los jóvenes en el mundo adulto y por el contrario, el ideal se convierte en el inverso, adoptar los valores de los jóvenes y adolescentes como más adecuados a los tiempos que corren. Hay una elevación de la consideración moral del niño que contrasta con la firme depreciación de los adultos.
El quinto capítulo se llama "ingeniería social". En nuestras sociedades, como ya advirtió por ejemplo Habermas, la falta de amplios consensos intenta ser sustituida por una imposición administrativa de los valores. La crisis de la educación, las crisis endémicas de las que hablaba Jordi Sales, son también esencialmente un síntoma. Nuestras escuelas son centros de poderosa indoctrinación dirigida sin embargo, no tanto al ámbito de las ideas como al pragmático. Los gobiernos quizás no están muy preocupados por aquello que pensamos, pero sí por cómo actuamos y cómo sentimos. El problema planteado, sin embargo, por estos valores instigados por la administración es su carácter efímero, huidizo por su falta de vinculación a un conjunto de creencias coherente. Por todo eso, se acaban convirtiendo en una invitación al escepticismo. De hecho, conducen a la escuela a un camino de fracaso asegurado, porque por más buenos que sean los maestros es difícil pensar que sólo ellos tienen las soluciones a toda la larga lista de problemas que dependen de las escuelas. El ejemplo más claro es la asignatura de "Ciudadanía", el ejemplo más claro y significativo de esta tendencia."

18 de diciembre de 2009

El análisis de Frank Furedi sobre la situación actual de la Educación (I)

Jordi Ramírez, profesor de Filosofía en un Instituto español en Inglaterra, tiene un Blog atractivo e interesante por el que, combinando con oficio buen gusto lo mejor de la tradición del dietario y el rigor del análisis filosófico de los pequeños detalles, desfilan crónicas, críticas de arte, lecturas, reflexiones, descripciones, etc.

Sirviéndome de la ayuda de un traductor automático y con sólo una somera revisión (Jordi escribe en catalán pero dada la proximidad entre nuestras lenguas -física y también afectiva- un traductor automático como el de la Generalitat realiza una espléndida tarea y hace que sean accesibles para cualquiera sus textos) reproduzco aquí la mayor parte de su recensión del libro que Frank Furedi, profesor de sociología en la Universidad de Kent, ha publicado recientemente acerca de la situación de la Educación en su país y por extensión en Europa: Wasted: Why Education Isn't Educating.

"Furedi confesa que empezó a preocuparse del tema cuando tuvo que escoger escuela para su pequeñajo de cuatro años y conoció así de primera mano, la angustia con la que los padres viven esta elección (aquí la proximidad de las escuelas buenas es un factor determinante del precio de las viviendas). No entro, pero valdría la pena y quizás lo haré algún día, pensar sobre el carácter, a menudo absurdo y paradójico, de estos miedos.
Una paradoja es el punto de partida de Furedi, que comenta que aunque nunca se ha hablado nunca tanto de educación, tampoco nunca las expectativas sobre las posibilidades de aprendizaje de la juventud han estado tan bajas. El título del libro es bien significativo Wasted, es decir, malgastado. ¿Qué es lo malgastado? Todo el dinero y los recursos utilizados en educación con finalidades espurias, es decir, cualquier consideración de la educación que la ve como un proceso instrumental, y no como una finalidad en ella misma.
El primer capítulo se llama algo cosa así como "pedagogía de un solo uso" y analiza el papel determinante del concepto de cambio en la pedagogía actual. Furedi es crítico con una tendencia, asociada en primer término a un olvido de la historia precedente y, en segundo lugar, a una subordinación absoluta a una concepción estrecha que reduce el cambio a la innovación económica, que orienta la actividad educativa en una dirección que lo aleja del pensamiento abstracto y del conocimiento del pasado; la objetivización del cambio se acaba convirtiendo en una barrera contra cualquier tipo de entendimiento. Como todos los que sabemos una pizca del tema conocemos, los damnificados en este proceso son los provenientes del medios más deprimidos.
El segundo capítulo analiza como en los niños hemos proyectado nuestros miedos, para finalmente acabar cediendo el lugar de los maestros a terapeutas de diversos tipos. Eso ha llevado a un cuestionamiento del sentido de la educación, hasta al punto de una sistemática subestimación que pone la educación formal por debajo de la experiencia ordinaria. Furedi nos recuerda que, en contra de las burradas predicadas por el constructivismo, el hito fundamental de la educación es alcanzar el dominio de conocimientos disociables del contexto donde se adquieren. Olvidar eso lleva a un camino donde la educación se confunde con la socialización y diversos tipos de adiestramiento.
El tercer capítulo se llama confesiones sobre la autoridad de los adultos. En este punto los problemas de la escuela, la casi universal cuestión de la disciplina en las aulas, es el síntoma de una situación contradictoria. La escuela requiere las nociones de autoridad y tradición, pero en el mundo moderno estas nociones ya no tienen ningún tipo de relevancia."