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8 de marzo de 2012

"Fosa común" (v. 2.0)


Uno de los aspectos más estimulantes de la escritura es su inacabamiento. No hay texto que no pueda ser reescrito y, a veces, mejorado (otras empeorado) en función de variables que a menudo permanecen ignotas.

Llevaba uno semanas dándole vueltas al último poema escrito, "Fosa común", recitándolo en voz alta y releyéndolo para encontrar qué no acababa de funcionar en él. La poesía es enemiga de la prisa y quizás uno fue demasiado rápido en concluirlo y enviarlo a Ana Cañamares. O quizás, siendo algo más benevolente con uno mismo, unos días después de terminarlo alguno de esos actantes desconocidos que trabajan entre bastidores exigió cambios para satisfacer una nueva escritura-lectura del texto o, simplemente, una nueva o diferente sonoridad.

El caso es que lo he reescrito quitando lo que sobraba ("menos sigue siendo más") y periodizándolo de manera que su ritmo sea distinto y, según los nuevos requerimientos de uno (o de los otros que habitan en uno), más acorde con lo deseado.

"FOSA COMÚN (v. 2.0)

"La luz es la canción de los muertos"
Víktor Gómez

I


En su ausencia indomable los muertos son de todos y de nadie
(de aquello que no es
nadie -y cualquiera- puede ser dueño).


II


"Muertos míos de Rusia..." cantaba el poeta
reclamando su propiedad.
"Muertos míos de Rusia..." sollozaba
como si con sus lágrimas pudiera resucitarlos.
"Muertos míos de Rusia..." escribía
para conquistar la legitimidad de su muerte.
"Muertos míos de Rusia..." se lamentaba
queriendo secuestrar su desaparición
para hacerlos presentes de nuevo.
Pero en su pérdida absoluta los muertos no son de nadie,
"Sus" muertos le son tan ajenos
como los "nuestros".


En su cementerio, sea Yuste o Fuencarral,
en su fosa común, en su osario,
en su zanja perdida,
en sus restos irreconocibles,
imposibles de identificar,
desvanecidos,
ya polvo,
el panteón de los muertos no rinde cuentas más que ante sí mismo
como, en cierto sentido,
los libros, una vez pasado su tiempo,
no dialogan más que entre ellos
en el auditorio de la biblioteca universal.


En su tupida ausencia
en su silenciosa lejanía,
pues,
sólo cabe dejar a los muertos en paz.
Su luz es inaudible.
Viven en la absoluta libertad de la nada.


III


Mas no todos los muertos están irrevocablemente muertos.
Rigurosamente: nadie muere de una vez por todas cuando muere.


IV


En su perturbadora y sutil presencia
en su sigilosa cercanía
interpelan, convocan,
a unos, a otros, a todos
y se ofrecen a quienes responden a su apelación
mas siempre remotamente, con reservas,
sin entregarse completamente.


Si se han acercado
y hemos escuchado su luz
podemos reclamarlos como propios
y rendirles tributo.
Honrarlos a ellos y nada más que a ellos.
Si es necesario, escupir sobre las tumbas de sus enemigos:
no diré que no debemos hacerlo.


V


Sin embargo, deberíamos ser justos
y no abrazarlos mezquinamente.
Deberíamos recordar que, aunque se le parezca,
su vida no es la nuestra
y su muerte es la suya propia
no la de cada uno de nosotros.


Repito.
Si los queréis reclamar no diré yo cómo debéis hacerlo.
Únicamente, insisto, deberíamos ser justos.


VI


Yo los reclamo como míos porque oí a mi abuelo.

Y lo hago
porque con ellos victoriosos
los moros del viejo asesino
no hubieran sembrado de cadáveres las cunetas de Málaga
seguramente en Babi Yar las zanjas hubieran sido poco profundas,
como de huerto,
y la línea férrea de Oswiecijm no se habría desviado en un ramal
para acabar en una rampa.


Por eso son míos.


VII


Pero no cabe engañarse:
no me pertenecen aunque les honre. "

La versión anterior aquí.

7 de febrero de 2012

"Fosa común": en diálogo con Víktor Gómez (III)


Del diálogo con Víktor surgió la forma final de "Fosa común", el poema sobre los brigadistas del que hablaba el otro día. Aquí dejo el poema:

"FOSA COMÚN

"La luz es la canción de los muertos"
Víktor Gómez



En su ausencia indomable los muertos son de todos y de nadie
(de aquello que no es
nadie -y cualquiera- puede ser dueño).


"Muertos míos de Rusia..." cantaba el poeta
reclamando su propiedad.
"Muertos míos de Rusia..." sollozaba
como si con sus lágrimas pudiera resucitarlos y devolverlos al ser.
"Muertos míos de Rusia..." escribía
para conquistar la legitimidad de su muerte y de su rememoración.
"Muertos míos de Rusia..." se lamentaba
queriendo secuestrar su desaparición
para hacerlos presentes de nuevo, substantes.
Pero en su pérdida absoluta los muertos no son de nadie,
"Sus" muertos de Rusia le son tan ajenos
como los "nuestros" de otros lugares.


En su cementerio, sea Yuste o Fuencarral,
en su fosa común, en su osario,
en su zanja perdida,
en sus restos irreconocibles,
imposibles de identificar,
desvanecidos,
ya polvo,
el panteón de los muertos no rinde cuentas más que a sí mismo
como, en cierto sentido,
los libros, una vez pasado su tiempo,
no dialogan más que entre ellos
en el auditorio de la biblioteca universal.


En su tupida ausencia
en su silenciosa lejanía,
pues,
sólo cabe dejar a los muertos en paz.
Su luz es inaudible.
Viven en la absoluta libertad de la nada.


Mas no todos los muertos están irrevocablemente muertos.
Rigurosamente: nadie muere de una vez por todas cuando muere.


En su perturbadora y sutil presencia
en su sigilosa cercanía
interpelan, convocan,
a unos, a otros, a todos
y se ofrecen a quienes responden a su apelación
mas siempre remotamente, con reservas,
sin entregarse completamente.


Si se han acercado
y hemos escuchado su luz
podemos reclamarlos como propios
y rendirles tributo.
Honrarlos a ellos y nada más que a ellos.
Si es necesario, escupir sobre las tumbas de sus enemigos:
no diré que no debemos hacerlo.


Sin embargo, deberíamos ser justos
y no abrazarlos mezquinamente.
Deberíamos recordar que, aunque se le parezca,
su vida no es la nuestra
y su muerte es la suya propia
no la de cada uno de nosotros.


Repito.
Si los queréis reclamar no diré yo cómo debéis hacerlo.
Únicamente, insisto, deberíamos ser justos.


Yo los reclamo como míos porque oí a mi abuelo.
Y lo hago
porque con ellos victoriosos
los moros del viejo asesino
no hubieran sembrado de cadáveres las cunetas de Málaga
seguramente en Babi Yar las zanjas hubieran sido poco profundas,
como de huerto,
y la línea férrea de Oswiecijm no se habría desviado en un ramal
para acabar en una rampa.


Por eso son míos
aunque no quepa engañarse:
no me pertenecen aunque les honre. "

12 de julio de 2011

Desamparados (v. 1.0)


Un hueco en la escritura de la novela para trabajar un poco en un poema. La primera versión sería, más o menos, así:


"DESAMPARADOS (v. 1.0)


En el banco
los dos sentados,
uno en cada punta,
las cabezas gachas
y la vista fijada en el suelo.

Un sol ensordecedor
aplasta sus sombras
a la misma velocidad
que crece el griterío de los habitantes
del País de Nunca Jamás
que pueblan el patio
de la antigua casa solariega,
ahora de colonias,
al que parecen ajenos.

Uno llora.

Los padres se alejan,
agrupados y bulliciosos,
sin apenas volver la vista atrás.
Sólo alguno
responde, de soslayo,
un par de segundos,
un breve giro del cuello,
a la atávica llamada de los gritos
pero nadie
dirige su mirada a la pareja de niños
y su silencio:
se vuelven al este
donde los suyos
hace rato
que se asaltan
por los arbustos
y huelen a tomillo.

Entre las ramas
del cedro que, a unos pasos,
da sombra a quien la pide
se mecen los recuerdos
de las placentas:
su peso se va diluyendo
en el aire caluroso
de la tarde.

Por la noche habrá desaparecido."

Habrá que volver sobre él tras los primeros intentos. Seguramente a la vuelta de Saint Andrews.

13 de junio de 2011

Terrores nocturnos

I

Pronto, de todos
nosotros, de mi, de ti,
nada quedará.

II

No menosprecies
la fortuna de ver a
tus hijos vivos.

Ayer, por fin, uno pudo trabajar todo el día en este poema, en esta impostura. Harto del trabajo, cansado, se aisló del entorno y dedicó la mente a variar sobre estas líneas. Fue casi un placer. Sobre todo, una fuga.

29 de enero de 2011

29 de enero de 2011: "Comentario a un poema de Ben Clark"


Esta sería la primera versión definitiva del poema con el que he estado luchando desde que leí el de Ben Clark. Ya se sabe que quizás esto no tendrá mucho que ver con lo que aparezca en papel (si aparece finalmente) pero por aquí irá, creo:


COMENTARIO A UN POEMA DE BEN CLARK


Seguramente no hablamos de la misma isla.

En honor a la verdad, y para ser exactos,
eres tú quien "habla".
Yo me limito a leerte.
Así son las cosas.
Sin embargo, quisiera comentarte
algo que me sucedió al leer tu poema
y que me ha llevado
a utilizar la primera persona del plural:
como si entre ambos se hubiera abierto
una conversación espontánea.

Insisto,
seguramente no hablamos de la misma isla
pero tengo la impresión de que la tuya
está muy cerca de la mía,
al norte de aquella en la que pasé
tantos veranos
y a la que soñé
con mudarme algún día lejano
que siempre pensé inminente.

Al norte y cerca
aunque sean dos islas distintas
es como si fueran la misma
de tan próximas como parecen
en espacio y espíritu.

Durante años hice planes
para reemplazar las antenas, las aceras y los plataneros
por el turquesa, las blancas arenas y las algas.
Pensaba que el futuro mejor
aguardaba en la isla.

Y ahora te leo
hablando de la isla,
de la tuya y de la mía,
tan cerca, al norte,
contando que tienes noticias
de tus antiguos compañeros
- ya mayores- por los periódicos:
el Carnegie Hall, Manhattan, Amsterdam, Abu Dhabi...
y no puedo evitar pensar
en los míos,
en mis antiguos compañeros,
y en que lo poco que sé de ellos
es lo que observo cuando vuelvo al barrio
y los veo pasear con sus familias
un domingo cualquiera por la mañana
porque la inmensa mayoría,
excepto algunos muertos,
siguen todavía allí.

Y al hacerlo siento que tal vez
no estaba tan equivocado
cuando la esperanza de
jugar con las olas en la orilla
y mirar el horizonte
pudiera haber sido una de esas vidas mejores
que siempre esperamos.

Aunque no fuera la misma isla.

30 de junio de 2010

30 de junio de 2010: "Teoría de la conspiración"


Hace algunas semanas había estado dándole vueltas a un poema que, esta mañana, ha encontrado las líneas que precisaba para acabar su primera versión.

Después de un par de intensas jornadas futbolísticas, hoy, tras probar con Tolkien y compañía y con Karadzic sin lograr ningún progreso, he subido a la terraza, he recopilado todos los poemas que tenía inacabados y, uno de ellos, "Teoría de la conspiración", ha permanecidofinalmente suficiente tiempo en mi mente como para encontrar una posible solución a su encallamiento (también ha ayudado que se ha visto favorecido por la reparación del toldo que me protegía un poco de este sol puro que cae sobre la ciudad hoy).

Se lo dedico a un poeta del que sólo sé por su Blog y por textos sueltos que he conseguido ir leyendo de sus libros, José María Cumbreño. Y se lo dedico por los ejercicios de honestidad de los que hace gala en su Blog. Muchos poetas con menos obra publicada -e incluso bastantes con muchos libros a sus espaldas y que se exhiben como "malditos"- no se atreven a llamar "al pan pan y al vino vino" por miedo a ser mal vistos por los prohombres de las editoriales con los que andan -o quisieran andar- en tratos. Él no se corta un pelo. Chapeau.



TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN

Para José María Cumbreño



En Conspiracy,
un perplejo Mel Gibson le responde a Julia Roberts:
"Un buen complot es indemostrable".

La dulce Julia le acaba de preguntar
qué pruebas
respaldan su convicción
de que el cineasta Oliver Stone
siembra la desinformación a cuenta de George Bush.

Licio Gelli,
que a sus 91 años pasea tranquilo por Roma,
había concebido un "Plan de Renacimiento Democrático"
a ejecutar desde la logia masónica P-2
entre cuyos más
de tres mil afiliados
se encontraban ministros,
empresarios,
periodistas,
militares de alta graduación,
banqueros,
responsables de los servicios secretos...
Uno de sus ejes fundamentales:
la domesticación de la opinión pública a través de los medios.

La conspiración se descubrió casi "casualmente".

No hay que ser Mel Gibson
ni saber de Licio Gelli
para sospechar
que detrás de los negocios de la poesía
también se esconde algo sórdido,
muy sórdido.

25 de abril de 2010

25 de abril de 2010: "¿Esperando a los bárbaros?"


Cuando todos nosotros hallamos muerto, los que ahora escribimos en Blogs y los que no, los que ganan premios literarios y son reconocidos por sus pares viendo publicadas sus obras en las dos o tres editoriales poderosas del país y aquellos que no logran publicar o lo hacen en pequeñas y marginales editoriales, cuando esos mismos editores y periodistas que consagran y canonizan, y aquellos que no pueden ni consagrar ni canonizar, hayan muerto también, no quedará seguramente rastro alguno.

Excepto nuestros seres queridos poca gente nos retendrá en la memoria. Quizás durante algunos paseemos por sus mentes años pero una vez que nuestros seres queridos, las modas y los amigos lejanos tambien desaparezcan, no quedará huella alguna de nosotros, de todos nosotros: poetas, poetastros, editores, críticos, eruditos, lectores...

Pero Kavafis, cuando todos nos hayamos convertido en una lejana sombra, aun será un poeta mayor que se seguirá editando, traduciendo y comentando. Kavafis nos sobrevivirá, seguro.

Como homenaje traidor a este poeta que admiro profundamente y que seguirá de alguna forma presente cuando yo sea pura ausencia, hace días que vengo trabajando sobre una apostilla a uno de sus mejores poemas: "Esperando a los bárbaros". Ya he concluido la primera escritura revisada, la primera versión.


"¿ESPERANDO A LOS BÁRBAROS?

Para Manuel Fuentes

Y sigues esperando la llegada de los bárbaros...

¿Acaso no sabes que hace ya mucho tiempo que viven entre nosotros?
¿Acaso desconoces que somos sus lejanos descendientes?

No te engañes.

Quienes aguardan ahora en la frontera,
afilando sus armas,
son las huestes del nuevo Imperio.

Y no traerán paz ni clemencia
como anhelas.

Sólo más sangre y espada."

22 de marzo de 2010

22 de marzo de 2010: Investigación sobre Silesius, Masters y Pemán

Después de dos semanas tengo un borrador del poema, un título y una dedicatoria. El poema está dedicado a José Naveiras por muchas razones, la menor de las cuales no es, sin duda, su generosidad. El título creo que será "Investigación sobre Silesius, Masters y Pemán" porque se aproxima a la génesis y el desarrollo del poema que ha tenido más parte de investigación y ensayo que de composición poética al uso. Y el borrador será éste:

"INVESTIGACIÓN SOBRE SILESIUS, MASTERS Y PEMÁN

Para José Naveiras

Un geranio no
es más que un geranio,
no una rosa.

Aunque Pemán
aboliera ese axioma,
como otros muchos.

"...¡Geranios rosas!...",
le gritaba su niña
antes de huir.

No es extraño
que saliera corriendo
al darse cuenta

que el poetastro,
sibilino, rondaba.
¿Quién no lo haría?.

La rosa vive
en su tallo como el
alma en Dios.

Brota sin deuda,
señorial y silente:
tropo del mundo.

El geranio
corona la tumba de
Mabel Osborne.

Tiene sed pero
nadie lo riega: es lo que
ocurre cuando

no se florece
graciosamente. Lo que
sucede cuando

se precisa de
de algo, se pregunta si
alguien mira

se brota a
duras penas, debiendo
la existencia.

¿Será que en la
divina eternidad no
hay geranios?

¿O no los hubo
en los nobles jardines
del bello Breslau

y, por contra, en
las granjas de Illinois
sí abundaban?

Tal vez así
la divina distinción
se explicara.

En el estanque
rosas y colibrís. La
sirvienta mira.

En la ventana
geranios y un canario.
La mujer friega."

28 de febrero de 2010

28 de febrero de 2010: El crepúsculo de las ideologías




Este es el poema:

¿CREPÚSCULO DE LAS IDEOLOGÍAS?

Un partido trotskista,
laico y feminista,
el Partido Anticapitalista
- ahí es nada,
menudo nombre,
total, pleno,
íntegro,
una pura referencia
como el sueño de Frege-,
presenta en sus listas
a una ferviente partidaria
del velo islámico.
Para "dar voz a la diversidad".

Me río.
Me río mucho.
¿Deriva de cierta izquierda?
Puede.
¿Deriva más general?
Seguramente.
¿Confusión?
Sin duda.
¿Crepúsculo de las ideologías?
Tal vez.

No obstante,
en mi barrio
la definición, me temo,
es más clara y adecuada:
"paja mental".

10 de diciembre de 2009

Mujeres desesperadas: la banalidad del mal




Sentado en el coche del investigador privado,
Paul Young medita sobre la justificación
que su compañero ha aducido:
"A veces el mal va en monovolumen".

Hannah Arendt, desde la contraportada
de su Eichmann en Jerusalén,
asiente con fuerza.

(Desperate Housewives, Temporada 1, episodio 6)

13 de noviembre de 2009

Clàudia



No hay textos
que escribir cuando
te vemos reir,

ni obras que alumbrar
cuando escuchamos tu
voz de lavanda,

ni biografías
de hombres a emular cuando
nos abrazamos.

Tan sólo estás tú.
(Y nosotros sintiendo
un puro esplendor)

29 de septiembre de 2009

Catálogo de IKEA



Introducción.

Sábado a las diez y media


Libro Primero.

1. Del objeto.

Bienvenidos a la república independiente de tu casa
tras más de viente minutos
de irritante caravana: accesos saturados y
salidas de autopista congestionadas.

2. De la comunidad.

Bienvenidos
a la república independiente de mi casa.
Somos tantos y estamos tan próximos unos a otros
empujándonos, rozándonos, aplicándonos los codos,
maniobrando con los cochecitos de niño en los arrabales de la nanociudad,
que parecemos atracar ante la sede
de la federación de repúblicas independientes de todas las casas.

3. De la organización de la comunidad.

Bienvenidos
a la república independiente de nuestras casas.
Las repúblicas que afluyen a la megalópolis en busca de abastos,
poseen leyes, banderas, lemas y peculiaridades nacionales.
Pocas de ellas parecen afectadas
por las hipotecas y demás cargas de la banca,
por los impuestos y demás cargas de la verdadera República Independiente
-que nunca es la nuestra-
por la sumisión a las normativas de la compañía eléctrica,
de la de aguas, de la del gas, de la telefonía -fija, móvil e Internet-,
de la del cable,
a las ordenanzas municipales, etcétera.
No está claro, con todo, que consideren que su independencia está en entredicho.

Libro Segundo.

1.- De la constitución de la República.

"
Bienvenidos,
a este lugar en el que donde caben seis mil caben también siete mil.
Sed bienvenidos
y recordad que para ordenar, recordar, localizar y ennoblecer vuestras compras
ponemos a vuestra disposición lápices, metros de papel y octavillas plastificadas.
Algunos nos querrán ridiculizar por ello,
Idioten kaufen einfach alles,
pero todos sabemos que nunca está de más guiar a los desvalidos.

Podéis comenzar vuestra ruta.
Observaréis que en la entrada no os recibe Eduardo Mendoza,
perdón,
Gillis Lundgren,
el diseñador de la librería BILLY,
privilegio que ostenta este año en nuestro catálogo,
-más leído que cualquiera de los libros del tal Mendoza,
dicho sea de paso-.
Por cierto,
volviendo un momento a lo de antes,
nos llaman Idioten kaufen einfach alles
una serie de envidiosos que se amparan
en nuestros precios populares
y la aparente estructuración reiterativa
de nuestras tiendas y publicaciones.
Pero nosotros
-y vosotros-
sabemos que lo barato no es sinónimo de deficiente
y que nuestra organización
no es pura repetición
sino iteración,
repetición siempre diferente.
Aún más: fractalidad.
Así es.
Bienvenidos, por tanto, al barato mundo fractal
."

Libro Tercero.

1. De aquello que es y no puede no ser.

Pues aquí estamos,
por fin,
en el mundo IKEA.
¿Nuestro equipaje?
Un billete de veinte euros, la VISA de los pobres
y una tarde de viernes perdida entre páginas de catálogo.

2. De los modos de aquello que es.

Sabemos por éste que
"afortunadamente la creatividad no depende del presupuesto",
-aunque debe influir en algo-
que hay "buenas ideas que crean grandes espacios",
-pese a que el espacio no es sólo una dimensión psíquica
sino también física y no hay más metros que los que arden-,
que "para la nueva colección IKEA PS nuestros diseñadores
han recorrido el mundo entero.
Han buscado desde las raíces del mundo antiguo,
hasta las más modernas técnicas"
-y tal vez sea mejor no preguntarse
dónde han encontrado las raíces del mundo antiguo
en un viaje
(¿a lo largo y ancho del mundo
en, calculemos, ochenta días?)-,
que "con las fundas desenfundables"
-entrañable concepto-
"no tienes que preocuparte por las manchas ni tampoco por los niños",
-y eso siempre es un alivio-,
que "es cierto que tienes que montarla,
pero Marcus quiere que te reflejes
en sus luces y sombras"
-lo cual puede dar paso a la absoluta oscuridad
si no dominas los fundamentos del bricolaje
o no entiendes las instrucciones mínimas,
aquellas que cualquier infante comprendería
pero que nosotros, llegados a esa edad
en la que nada nos parece sencillo ni obvio,
ya empezamos a no entender bien-,
o que con la librería puedes encontrar "siempre tu libro favorito a la primera"
-promesa que, de cumplirse, supondría un logro de primer orden
para la investigación científica en el área de las humanidades-.
Sabemos todo eso y más.

3. Del saber acerca de aquello que es.

Este conocimiento suministrado por el Texto
ya nos predispone:
acomoda el ojo,
establece el ángulo
y la intensidad de la iluminación
para que podamos ver sin anteojeras y
nos revela la poliformidad de lo inaudito.

4. De los atributos accesibles al entendimiento.

Así, avanzamos lentamente
por el imperio de lo efímero
("Nos sirve hasta que compremos uno bueno" -le espeta uno a otro-),
de la acomodación a lo diminuto
("!Éste nos cabe, éste nos cabe!" -exclama uno alborozado mientras otro desconfía-),
de la socialización del diseño
("Si lo combinas con aquella otra..." -propone uno, entusiasta, a otro-),
del comunismo de la abundancia simulada
("Compra cinco, no, siete..." resuelve uno ante la prevención de otro-)
que no es más que el de la carestía para la mayoría
mientras la minoría viva de algunos crueles beneficios del capitalismo
("Siempre puede usted ir a IKEA si considera que este mueble a medida
no se ajusta a sus posibilidades" -dice uno que vende en una tienda a otro,
con sonrisa de suficiencia, sí, pero cómplice-).

5. De las determinaciones de aquello que no es.

En esta peregrinación vemos, al pasar,
ancianos jubilados probando sofás de difíciles combinaciones,
jóvenes parejas desconcertadas comprando nimiedades estratégicamente situadas,
matrimonios adultos discutiendo acaloradamente sobre precios o colores
y niños que psicopedagogos necesitados de justificar el sueldo
diagnosticarían como hiperactivos
-pese a que su "enfermedad" también podría tener que ver con un simple problema
de simple buena educación-,
saltan entre camas y sillas
desafiando la flema de los atentos empleados
que procuran apartarlos sin reprenderlos.

6. De la relación entre diferentes tipos de ser.

La multitud que sigue el itinerario marcado
mide, toca y sopesa,
abre, cierra y aprieta,
coge, deja y vuelve a coger,
apunta, tacha y pregunta:
en la gran república independendiente del beneficio
no existen ni la anomia ni la abulia.

7. Del primer principio.

Pasan las horas y, por fin,
se llega al babélico almacén
donde abscisas y coordenadas
-Descartes vivió en Suecia
es más, allí murió-,
distribuyen los empaquetamientos del gran Lego
y nos precipitan al centro neurálgico de la Gran Fábrica:
la fila de cajas.

8. De la moral.

Es aquí donde comienza la última etapa del viaje
que exige la santa virtud de la paciencia.

9. De la necesidad.

Mientras esperamos detrás de una señora
que maneja, como en el Far West,
dos carros atiborrados de maderas múltiples
y delante de una familia,
que organiza con esmero y orgullo los materiales
en otro cargado hasta los topes,
reflexionamos sobre nuestra compra y
comprendemos que sólo necesitamos
dos saleros y un lote de diez perchas: poco más de seis euros.

10. De la felicidad.

Hay cajas "automáticas" para los que hayan adquirido menos de quince artículos
donde un amable supervisor "te ayuda" a pasar la tarjeta
(y -sin decirlo, por supuesto- al tiempo verifica tu identidad y se asegura
de que pases por el scanner todos los productos que lleves contigo).
Nos ponemos en sus manos:
5,54 euros.
Le doy la tarjeta y pese a la ridícula factura
mira el DNI para cerciorarse de la correspondencia.
Como se dice en el catálogo, "estamos trabajando para conseguir más con menos":
no hay menos que no sea más en la República independiente de IKEA.

Libro Cuarto.

1. Del extrañamiento de sí.

Tras cuatro horas y media más y seis euros menos,
siempre más es menos,
decimos adiós a la República independiente de todas las Repúblicas,
sin saber exáctamente, qué pensar.

2. De la consolación de la poesía.

La respuesta la encontramos
en un pequeño envoltorio de plástico que se estampa contra el parabrisas
por la fuerza del viento.
Al salir a quitarlo,
aún en el recinto de la nanociudad,
leemos "¡ADVERTENCIA!: Riesgo de ahogo. Mantener las bolsas de plástico
fuera del alcance de los bebés y niños."

Epílogo

Creo que ya sé qué pensar...


4 de agosto de 2009

¿Kerouac en Llívia? (y VIII)



Domingo 16:55h.


La pista arde, las
bolas van fuera, todos
miran: ¡desastre!


Domingo 20:20h.



Al atardecer:
un zorro atraviesa el
camino y mira.


Lunes 19:30h.


Un día de haikus
fallidos. Hora de abrir
la ventana al sol.


Martes 16:00h. Después de leer un haiku de Tomiyasu Fusei.


"En el silencio
todo se hace visible":
menos la verdad.


Miércoles 10:00h.


Serenidad: el
sol inunda casas y
algunas almas.


Jueves 11:00h.


Sosiego para
observar el mirlo en la
rama del sauce.


Jueves 14:40h. Leyendo el haiku de Kerouac "Memère says: 'Planets are/far apart so people/Can't bother each other'" ("Memère dice: 'Los planetas están/bien separados, así la gente/No se molesta'". Libro de jaikus, trad. de Marcos Cantelli, p51).


Y aún así nos
empeñamos en viajar
a otras galaxias.


La obsesión
por fisgar esclaviza
al ser humano.


Sábado 10:00h. En Sitges.


Llanura de mar.
Amanecen las olas
sobre la playa.

( Final de la serie. Hasta septiembre)

28 de julio de 2009

¿Kerouac en Llívia? (VII)



Domingo, 11:40h.


En la piscina:
melanomas y muertos
son titulares.


Domingo, 12:50h.


En la piscina:
móviles alrededor.
Nadie escucha.


Domingo, 15:00h.


En la piscina:
silencio al fin. Sólo un
águila y mirlos.


Domingo, 16:35h.



Las cacerolas
sucias y apiladas. No
veo los sauces.

24 de julio de 2009

¿Kerouac en Llívia? (VI)



Sábado, 12:00h.


Olor a hierba
recién cortada. El
sol en su cénit.


Sábado, 12:10h.



Los jardineros
de la empresa saludan.
Poco entusiasmo.


Sábado, 12:15h.


Nadie cuida
su propio jardín. Juegan
a tenis ¿o golf?.


Sábado, 20:30h.


Urbanización.
Abetos azules en
todas las fincas.


También sauces
y ciruelos de Japón.
La simetría.


Sábado, 21:30h.



Polo, Lacoste,
Dolce & Gabbana, Chanel:
las marcas pasean.


Sábado, 23:40h.



La basura de
las urbanizaciones
no deja de oler.

21 de julio de 2009

¿Kerouac en Llívia? (V)


Viernes 05:15h.


Un ruiseñor
canta. Se acerca el alba
y aún despiertos.


Viernes 14:00h.


Los que dejaron
el pueblo la semana
pasada vuelven.



Viernes 19:00h.


Comienzan los "Proms".
pero tras los setos no
se oye música.



Viernes 20:00h.



Borgoña frío
al sol: recuerdos de
noches antiguas.

18 de julio de 2009

¿Kerouac en Llívia? (IV)




Miércoles, 08:00h.

Por la mañana:
tañidos de campana
entre las flores.


Miércoles, 11:00h.
Tras leer un haiku de Rôka.


Clàudia y Marc
atraviesan la puerta;
al fondo, un sauce.


Miércoles, 11:40h.


Sendas del monte:
amapolas, lavandas
y violetas.


Jueves, 10:30h.
Tras leer un haiku de Suikoku.


Al quinto día
ya está uno cansado
de mirar sauces


Jueves, 12:00. En el Carrefour.


Las jóvenes rubias
y bronceadas del Porsche:
¿qué han comprado?

16 de julio de 2009

¿Kerouac en Llívia? (III)



Martes 11:40


Las nubes crecen:
espumas que restallan
en mar antiguo.


Martes 20:55



Acechado por
nubes cromadas: así
está el valle.


Martes 23:10



Relámpagos y
truenos se abalanzan
sobre el pueblo.

13 de julio de 2009

¿Kerouac en Llívia? (II)



Domingo, 17:30h

La caravana
de Audis y Mercedes ya
parte. Éxodo.

Domingo, 23:00h

Sólo se oye
la intensa conversación
de los álamos.