4 de diciembre de 2012

Crónica de la Nueva Edad (04/12/2012)


Una buena teoría conspirativa pondría el acento en la casualidad de que el ministro que está suministrando más combustible para el incendio secesionista sea un señor de ascendencia catalana llamado Wert. No obstante, probablemente sea más razonable buscar en la vendetta de baja ralea, o la incompetencia, esta modificación del nuevo borrador de la Ley de Educación que desplaza la importancia de las lenguas cooficiales hasta el punto que su presencia en las pruebas de reválida puede ser optativa - algo que aturde el sentido común y se salta a la torera el espíritu de la Constitución, sino su letra - y que acapara el ruido mediático en el Principado hoy.

Lógicamente, la llegada de este nuevo oxígeno putrefacto animará las llamaradas en el dubitativo bando independentista y el incendio seguirá extendiéndose. Los medios ponen lo que falta. Ese vulgar tabloide en que se ha convertido La Vanguardia llega al extremo, en su edición digital, de mentir y afirmar que el catalán pasará a ser una materia optativa en la nueva ley: "todo vale" en este juego irresponsable que, uno vuelve a insistir, si no se detiene camina hacia un desenlace violento.

Todo y que en las conversaciones entre compañeros del sindicato abunda la opinión de que podría tratarse de un "entremés" encaminado a rehacer los puentes entre CiU y PP y que la sangre no llegará al río, uno no lo ve claro... La estupidez no conoce límites.

Tiempo al tiempo.