14 de octubre de 2011

Memoria de Saint Andrews (I)


16 de julio de 2011. Primera parte.

En el camino de la Terminal 3 a la Terminal 5 de Heathrow casi cualquier espíritu podría quedarse arrobado ante una imagen con trasfondo imperial: una veintena de gigantescos 747 esperan su turno para operaciones de mantenimiento, limpieza o revisión, alineados en torno a sus edificios, fingers o hangares correspondientes. La gran flota de British Airways, la puerta de enlace con América, el verdadero Hub de Europa, lo comercial, cosmopolita y multicultural o "la lengua del mundo", parecen condensarse en esa imagen de los gigantes varados.

Tardan en abrirse paso en el pensamiento las dificultades financieras de British Airways, coaligada con American Airlines e Iberia, las otras puertas (Madrid) a América que no es sólo el Norte, o el pasado y el presente de expolio imperialista que está tras el tropo "imperial" en su sentido de "magnífico".

Uno no olvida que los tiburones de la City, como antaño los de la Royal Geographical Society o la East India Company, están detrás de una parte de la miseria que va aplastando diariamente a millones de personas en todo el planeta y, obviamente, del mantenimiento de esos colosos de la navegación aérea.

Siguen siendo imponentes pero un poco menos.

A los que añoran la estética imperial tal vez cabría recordarles que la ética imperial trata con súbditos y no con ciudadanos.