Por correo ordinario me llega el libro
Con mi nombre olvidado sobre la cama, de Marian Raméntol, XVIII Premio Nacional de Poesía "Acordes". Un poemario concebido íntegramente como un homenaje a Luis Rosales que tiene muy buena pinta.
Por correo electrónico, Ana Pérez Cañamares, por si a uno le interesa, envía la octavilla propagandística del movimiento 15M y su convocatoria para el 15 de Octubre en Cibeles-Sol. Lejos de maximalismos propios de los profesionales de la revolución, los lemas y las proclamas son tan racionales y moderados, tan pragmáticos, tan reformistas, tan de sentido común, que hasta sorprenden. Anoto una que a mi buen amigo Jordi Alsina,
que discutió hace poco mis argumentaciones sobre la preferencia práctica de las reformas a las ingenierías sociales utópicas, seguro le pondrá en guardia -como a uno, dicho sea de paso le ha puesto en el primer momento. Afortunadamente, el sistema nervioso que guarda esa memoria corporal, esa memoria ROM, y que reacciona de mala manera al oír la palabra "empresarial", se encuentra suficientemente domesticado por la racionalidad como para acabar cediendo y no insistir más de la cuenta en según qué momentos:
"Exigimos la aplicación de políticas que fomenten las actividades empresariales creadoras de empleo, de oportunidades para todas las personas, respetuosas con el medio ambiente y con l@s ciudadan@s de todo el mundo".
Uno cambiaría el "exigimos" y se ahorraría las @ pero bueno, son detalles triviales, estéticos. Ganas de sacar punta. Vicio. Si estuviera en Madrid allí estaría.