Ayer nevó copiosamente en Barcelona. De no mediar la tradición, y las vanguardias, habría sido una buena ocasión para escribir sobre un fenómeno singular en la vida de esta ciudad y en mi vida: tres veces he visto la nieve sobre Barcelona en cuarenta y cinco años.
Esta mañana, muy fría, el sol radiante va limpiando la ciudad aunque en mi terraza quedan dos buenos dedos de nieve helada. Ha vuelto el ruido y el ajetreo que desaparecieron por completo, como si viviéramos en un pueblo de alta montaña en pleno invierno, la tarde de ayer. No habrá ningún poema sobre la nieve. Tan sólo me ronda la apreciación de Kenneth Nealson de que probablemente habría otro modo de ser al alcance de los humanos si no fuera porque "la vida no debería estar ahí". (Punset,
Cara a cara con la vida, la mente y el Universo: Conversaciones con los grandes científicos de nuestro tiempo, p99-123).