Vaya por delante que uno sigue manteniendo sus reservas ante la equivalencia entre ruptura sintáctica, semántica o pragmática (o intento de ruptura) y ruptura política, ética o social. No está nada claro que entre ambos dominios puedan establecerse continuidades y menos correspondencias. Como mínimo desde la época de las vanguardias y luego el postestructuralismo francés, resulta difícil aceptar la percepción ingenua de esta vinculación. Sin embargo, Pobreza, de Viktor Gómez, que parece partir de este presupuesto, es un intento, tanto poética como moralmente, de reivindicarla y hay que confesar que, a lo largo de sus páginas y en más de una ocasión, Viktor consigue que uno vuelva a creer en su posibilidad y hay que reconocerle ese mérito: el embrujo de sus versos, pues de eso se ha tratado al fin y al cabo, ha sido tal que ha sido difícil negarle ese pan ya seco.
"es inmor