Recientemente, anotaba Jorge Riechmann en su
Blog:
"Las fuerzas del 'turbocapitalismo' basado en las finanzas y la
tecnociencia no son ni conservadoras ni reaccionarias: ¡ya nos daríamos
con un canto en los dientes si de verdad conservaran lo humano, si de
verdad reaccionasen frente a la destrucción del mundo humano y la
biosfera! El banquero de Wall Street o el científico-empresario volcado
en la biología sintética no son conservadores: por el contrario, se
consagran a una futurista huida hacia delante que trata de dejar a tras
la rémora de la naturaleza humana, los pesados vínculos que solían atar
el dinero a la producción de bienes y servicios tangibles, y la biosfera
que nos traba con molestas ecodependencias.
Frente a esta alucinante deriva antropófuga, los comunistas o los ecologistas sí que somos conservadores…"
Y uno no puede estar más de acuerdo con todas las implicaciones que tiene esta relectura: la mayoría positivas pero también algunas, en educación por ejemplo, no tanto...