27 de noviembre de 2012

Crónica de la Nueva Edad (27/10/2012)


En estos nuevos tiempos que se avecinan parece que la figura del líder podría perder su carácter "débil", tan habitual en las democracias representativas indirectas, y recobrar un perfil "fuerte", carismático, caudillista. No tanto, o no sólo, porque lo pretendan los movimientos políticos que los promueven sino porque también se asume así desde la ciudadanía en los momentos de transformación.

Me cuenta Clàudia que en su Facultad estuvieron hablando sobre los resultados electorales y que nadie, absolutamente ninguno de los miembros de su grupo de colegas, creía que Mas debiera dimitir tras su fracaso en las urnas. "¿Y qué tiene que ver? Ha ganado las elecciones, ¿no?". Uno incluso la acusó de decir lo mismo que los de "Ciutadans": máximo anatema entre ellos...

Asimismo, a nadie pareció llamarle la atención el sorprendente inicio del discurso del líder de la CUP: "Bona nit Catalunya; bona nit Països Catalans; bona nit Palestina". Así, sin más...