A pesar de que pueda, y deba, dudarse que las clases sociales existan al modo en que son descritas por la literatura marxista, no parece razonable creer, sin más, que no existan y menos cuando datos empíricos y razonables construcciones conceptuales lo sustentan.
Un caso de bajo vuelo. El viernes por la noche, zapeando en el sofá, paseo por "Hijos de papá" un
reality de Cuatro en el momento en que uno de los susodichos niños comenta a unas trabajadoras de taller de ropa que dispone de una cuenta mensual para sus gastos de ¡50, 000 euros!. Poco después, volviendo al mismo canal, un reportaje de "Callejeros" muestra un comedor de la beneficencia católica dando desayunos a una madre y un hijo que ya hace varios meses que no tienen trabajo.
¿Clases sociales?: haberlas las hay. ¿Injusta repartición de la riqueza? Pues tan obvio que sólo las mentes más fanáticas pueden negarlo como tampoco que la repartición de la riqueza, que no el igualitarismo, sigue siendo la gran asignatura pendiente de nuestras sociedades.