Pues eso. Revisando las últimas entradas de este espacio uno se apercibe de que en las últimas semanas el cuidado de los textos ha quedado reducido a su mínima expresión: errores sintácticos, repeticiones innecesarias y erratas tipográficas, los salpican.
Sólo puede uno aducir en su descargo que trabajar, leer, escribir una novela, revisar algunos poemas, tratar de ser padre, amante y amigo y soportar el devenir del mundo exige a veces unas fuerzas de las que uno no dispone. En ocasiones los recortes le corresponden a la novela; en otras a la calidad de padre o amante o amigo; en otras a las entradas de este lugar... La mayoría de las veces a la vida mental de uno mismo.
En fin. Mis más sinceras disculpas.