Después de darle vueltas un par de días, creo que el poema debería quedar, ahora, así:
"FRANZ Y KARL
Me comentan, textualmente (curiosa voz para calificar una proferencia), una tarde,
sobre el taburete de un café pestilente: “No soy antisemita,
pero la verdad es que estoy un poco harto del victimismo constante de los judíos”.
Como no tengo ganas de discutir, asiento y apuro mi taza.
Al salir, recuerdo dos historias, materia narrativa inapropiada para un poema, y pienso
en la reparación y la justicia.
Franz y Karl, dos alemanes tan alemanes como Otto y Fritz. Quizás Franz fuera austríaco.
Franz se apellidaba Stangl. Podría haberse apellidado Wolff.
Al final de la guerra, fue arrestado por los aliados pero, en 1948, escapó hacia Siria y,
en 1959, trabajaba en una planta de Volkswagen en Sao Paulo.
Franz colaboró en la aplicación del programa de eutanasia. Un mérito a ojos de sus
superiores.]
Pero donde talló su altura fue a orillas del río Bug, en Treblinka, a menos de cien kilómetros
de Varsovia:]
fue uno de los verdugos más distinguidos en su labor.Y, sin embargo, no sería detenido y extraditado a Alemania hasta 1967.
Su conciencia -según Gitta Sereny fisurada- era clara: “Cumplí con mi deber”.
En 1970, tras un largo proceso, fue condenado a prisión perpetua.
Quizás la única condena proporcionada a la densidad de sus crímenes: la pena de muerte
hubiera sido una reparación exigua.]
Un año permaneció en prisión. Con un año pagó su deuda. Murió en 1971.
Un año, más o menos, como castigo a miles de asesinatos y martirios.
Karl tenía como apellido Wolff. Podría haberse apellidado Stangl.
General de las SS, ayudante de Himmler durante muchos años y enlace entre éste y el Führer.
En los últimos meses de la guerra intentó, desde Italia, pactar una rendición con los aliados
que se produjo el mismo día del suicidio de Hitler.]
“Lobito” se ganó la consideración de los aliados por su determinación de rendir sus fuerzas
en el frente italiano.]
Poco importa que su alabada tarea apenas ahorrara una semana de combates, de encuentros
con la muerte.]
Dicen que impresionaba, con sus modales exquisitos, a los negociadores del bando aliado.
Como fiel servidor de Himmler estaba al corriente de la empresa genocida.
Algunos le señalan incluso como confidente y amigo del jefe de las SS.
Aparentemente, después de la guerra, consiguió convencer a la opinión pública acerca de su
ignorancia: era un hombre de honor.]
Fue juzgado y condenado a una pena leve en la posguerra.
Vivió en una mansión a orillas de un lago, prudentemente apartado del bullicio, saboreando
los frutos de una existencia burguesa.]
Nadie parecía haber reparado en una carta de 1942 en la que Wolff se alegraba de que
cada día 5.000 judíos fueran trasladados a Treblinka.]
En 1964 le volvieron a juzgar y le condenaron a 6 años de cárcel. Seis años por 300,000
deportados a Treblinka.]
Franz y Karl, Otto y Fritz, no son más que dos entre los miles de verdugos que apenas
redimieron su culpa.]
En la inmensidad del mar poblado de crímenes minúsculos y mayúsculos
sólo se pescaron algunos peces: los más visibles y aún no todos.
La mayoría siguieron serpenteando, a veces cerca de la costa, juguetones algunos, calmados y pacientes otros.
¿Cómo considerar reparada la deuda y pedir la reconciliación?
¿Por el paso del tiempo?
La deuda no se cancela por envejecerse ni aunque fallezcan todos los acreedores. Se hereda."
Sigue sin hacerse cargo de la figura de Stangl en toda su complejidad tal y como la muestra en su libro Gitta pero me temo que si escarbara un poco en Wolff podría pasarme algo parecido. Ni siquiera los nazis responden por completo al arquetipo, a la estilización, al modelo y, no obstante, el valor del modelo estriba en su capacidad metonímica: puede que Stangl tuviera más aristas y fuera mejor de como yo lo concebí pero de alguna manera hay que representarse a quien fue capaz durante nueve meses de dirigir un recinto donde se asesinó sistemáticamente a centenares de miles de personas, auqnue sea esquematizando.