Algunas impresiones a ras de suelo.
El sábado pasado, A., la pescadera en cuya parada del mercado compramos desde hace más de diez años, no salía de su asombro ante nuestra falta de simpatía por el "pobre Pujol" que, "sea lo que sea lo que haya hecho, que seguro que es menos de lo que se dice, lo ha hecho por sus hijos". Poco antes había iniciado una conversación que hubiera sido, como siempre, anodina de no ser porque el "proceso" empapa el ambiente. En realidad, A. quería pulsar nuestra opinión: quería saber si éramos "de los suyos" aunque lo hizo con pies de plomo esquivando la pregunta directa y tomando como referencia el caso del ex-
president..Ante nuestra crítica poco compasiva al "pobre Pujol", así como suena, que extendimos a la gran mayoría de la clase política actual española y catalana, A. optó por dar un giro al asunto desligándolo de las personas y acabó confesando que "quién le iba a decir que a su edad acabaría siendo independentista" (!) interrogándonos con la mirada en busca de nuestra aprobación. Evidentemente no la tuvo, como tampoco reprobación alguna. Tan sólo no pude evitar preguntarle por los motivos de semejante evolución. Su justificación fue de libro: "porque no hay otra opción".
Los secesionistas han tenido estos días una de cal y otra de arena. También podría decirse que la han tenido los unionistas pero como los protagonistas de esta crónica son, en realidad, los secesionistas, "al César lo que es del César".
La buena noticia:
El País, siempre atento a las trayectorias del mercado y a sus posibles nichos, ha puesto en marcha su edición digital en catalán con una redacción específica. Dejando de lado la retórica sobre la "apuesta por la bicapitalidad" de la que presumió el diario en la presentación, lo que habría que retener es que PRISA, o sus restos, concibe un escenario posible en el que Catalunya esté fuera de España o, como mínimo, con un régimen tan singular que haya que ir tomando posiciones para asegurarse una cuota de mercado en el futuro. Un hecho que parece corroborar la afirmación de que la secesión tendría menos coste económico que el argüido por el estado español porque el pragmatismo siempre acaba imponiéndose en el "juego" capitalista.
La mala. Ayer culminaron las dos jornadas de huelga y movilización de los estudiantes por la realización de la consulta del 9N. La convocatoria ha sido un estrepitoso fracaso. Incluso un diario tan marcadamente secesionista como
Ara ha reconocido que a la manifestación de ayer tan sólo acudieron unos trescientos jóvenes, una cifra ridícula si se la compara con cualquiera de las convocadas los últimos dos años por las asociaciones de estudiantes. El problema no es la falta de iniciativa de estos, "vanguardia" siempre pretendida por los periodistas, opinadores y políticos que todavía viven bajo el "síndrome del 68" y nunca convertida en reaalidad, sino que sin el bombardeo de saturación de la Televisió Nacional y los medios afines, la capacidad movilizadora del movimiento podría ser menor de lo que se piensa.
Finalmente, el catedrático Joaquim Brugué, uno de los "expertos" nombrados para formar parte de la Junta, recientemente dimitido y que según
El País está sufriendo un "linchamiento", declara con cierto aire de perplejidad, que resulta inaceptable en un catedrático de Ciencia Política (claro que ya se sabe cómo es la Universidad española...),
a propósito de la campaña pro-consulta, que “no se está haciendo una campaña informativa para explicar todas las
opciones y da la sensación de que lo importante no es poder votar, sino
lograr la independencia”. Vaya, vaya... ¿Y ahora se entera este muchacho?...