En el
Blog de Jorge Riechmann encuentro un enlace al artículo de
Agustín Moreno, "La guerra sucia de Figar", a propósito de
la noticia de la cual se hizo uno eco el otro día sobre los dislates, y el masivo suspenso, de la prueba de conocimientos de las oposiciones a maestro de Primaria de 2011, en la Comunidad de Madrid.
En honor a la verdad, creo que no le falta razón al señor Moreno cuando afirma que "Los objetivos de la consejería son evidentes: influir en plena
campaña de matriculación y romper el mercado de trabajo en la educación
pública y, como el curso pasado, busca desprenderse de miles de
profesores /as interinos.
Todos los años por estas fechas aparecen movimientos de este tipo con
el ánimo de influir en la decisión de las familias que se están
planteando la matriculación de sus hijos e hijas en los centros públicos
o privados-concertados. Como parece clara la gran cualificación del
profesorado de la educación pública,
crean alarma social para intervenir sobre las familias
en unos momentos en los que la crisis está reforzando el flujo de
matriculación hacia la pública por las dificultades económicas de muchos
hogares.
Por otro lado
quieren acabar con el sistema de acceso a la función pública
y dejarlo en algo residual. Por dos vías: la modificación del acuerdo
sobre interinos que supone despreciar casi totalmente la experiencia
(14% de peso) y la formación docente, y que sea la nota de la oposición
(80%) la que determine la posibilidad de trabajar como interino. Esta
ruptura unilateral por la consejería del acuerdo existente conducirá a
aumentar la precariedad y la rotación del colectivo, y a la pérdida de
excelentes profesionales que en cuanto fallasen en una oposición se
quedarían fuera del sistema al no tenerse en cuenta prácticamente la
experiencia".
También seguramente no anda desencaminado cuando afirma que hay una "burda manipulación" detrás de la publicación de la noticia.
Ahora bien, ello ni quita ni pone a un hecho incontrovertible: "Más del 80% de los opositores suspendieron la prueba de conocimientos". Ese es un dato incontestable, se mire como se mire. Y peor todavía es cuando el señor Moreno afirma que "hay una
burda manipulación cuando se
intenta dar a entender que el 86% de los que suspendieron son los mismos
que pusieron algún disparate o falta que han buscado afanosamente. Se
traslada la imagen de unos opositores ignorantes y se crea alarma social
sobre el profesorado de la educación pública. Pero esto no es así:
Habrá algunos aspirantes (que no interinos) que den respuestas
anecdóticas o erradas. Pero no supone que todos los que no obtienen la
plaza digan barbaridades". Podría ser así. Sin embargo, hay un dato sobre el que pasa de puntillas y que no puede obviar como lo hace si no quiere caer en una demagogia similar, aunque sea de sentido opuesto, a la de la señora Figar:
"
¿Por qué provincias pasan los ríos Duero, Ebro y Guadalquivir? Apenas el
2% de aspirantes a una plaza de maestro en las últimas oposiciones
celebradas en Madrid respondió correctamente. ¿Cuál es el equivalente en
gramos a dos kilogramos y 30 gramos? El 93% no supo trasladar esta
unidad de medidas y otras similares (metros cuadrados y minutos)."
Como quiera el señor Agustín Moreno. Pero ese dato (que, claro está, podría ser falso pero uno no tiene tan claro que sea así por experiencia propia) está más allá de la manipulación. No dirían dislates todos los aspirantes pero el 98% no supo responder a la pregunta sobre los ríos Duero, Ebro y Guadalquivir. Y eso es un hecho que pone rotundamente en tela de juicio la formación de los maestros. Lo demás, palabrería y sofismas.