Hay días en que la mediocridad, la indigencia intelectual y el fanatismo parecen haberse apoderado de esta Barcelona en la que uno vive. Ante la "ola de corrupción" que ahora algunos descubren, como si no fuera algo archisabido, presente en cualquier sistema político y, especialmente, en aquellos que se asientan sobre el mercado organizado al modo capitalista, en la calle puedes escuchar auténticas demostraciones de insensatez: el Partido Popular es un partido inundado de corruptelas; por contra, las que se atribuyen a CiU son el resultado de la tarea de las "cloacas del Estado" y no tienen otro objetivo que lograr que el proyecto soberanista embarranque.
Concluyen estos señores: la corrupción institucionalizada es algo "español". En Catalunya no hay corrupción generalizada: algunos casos aislados magnificados, o incluso "fabricados". Y se quedan tan panchos...
Como sentencia con soberana simplicidad uno de los miembros de este club, que martiriza mi correo electrónico (al igual que un par de simpatizantes del PP): "Això és Espanya: dues colles d'amiguets que roben tant com poden de les
colònies. De vegades roba una colla, de vegades l'altra" ("Esto es España: dos grupos de amiguetes que roban tanto como pueden de las colonias. A veces roba un grupo, a veces el otro").