Como le sucedió a
Jordi Ramírez el otro día, la lectura
del artículo de Víctor Gómez Pin el pasado fin de semana en El País le ha dejado a uno una sensación agridulce. Dulce porque sigue habiendo voces críticas que intentan, en Catalunya al menos, deshacerse de la presión de las sogas maniqueístas. Agrio porque confiesa la derrota de esa posibilidad. Concluye el profesor de filosofía:
"¿Y los que deploramos esta distribución de los papeles? Pues
simplemente hemos perdido la batalla, y no es difícil barruntar las
causas. En ausencia de un objetivo común de dignificación social, la
culpa de la miseria ha de ser necesariamente imputable al otro. Cuando
no hay rebeldía frente a los escandalosos desequilibrios económicos
culturales y sociales que se dan en el seno de una comunidad, se
enfatiza el peso de los desequilibrios entre balanzas fiscales respecto a
otras comunidades. La cantinela es monótona y universal: “Padanos”
contra hijos del
mezzogiorno, flamencos contra valones, Europa
sobria trabajadora contra sur despilfarrador y holgazán. Los PIGS se
multiplican en el seno de cada país y hasta de cada región. Todo el
mundo tiene su sur, reencarnación de esos tartesos que “se tumban panza
arriba”. Simplemente... ¡qué derrota y qué tristeza!
Sentimiento de derrota que no exime del deber. Deber de denunciar las
condiciones sociales que han permitido la sustitución del ideario
reflejado en lengua catalana en los evocados versos de Pere Quart por el
tan abyecto espíritu de los versos del citado poeta vasco. Por la
recuperación de esta actitud, se sea o no independentista, pasa hoy, en
relación con España, la dignidad de Cataluña."
Todo el mundo tiene su sur.
P.S:
Xavier alertaba, hace unas semanas, acerca de la progresiva búsqueda del "enemigo interior" que en algunos ambientes se está emprendiendo ante la sospecha de que el desarrollo de los acontecimientos no sigue el curso esperado. Pues bien, alguien me ha escrito para decirme que mi nota
sobre el derecho a decidir es una suerte de
excusatio non petita ante el miedo a ser considerado un "enemigo interior" y que además rompe -en realidad- la pretendida equidistancia que proclamo. No está uno demasiado de acuerdo con lo segundo pero respecto a lo primero, el olor a
excusatio...
Por cierto, los
Ravens der Baltimore ganaron la
Super Bowl con apagón de más de media hora incluido. Si en este país hubiera sucedido algo así...