28 de mayo de 2010

28 de mayo de 2010: una nota sobre la desafección política


Volvía a casa paseando después de una reunión sindical en la cual había vuelto a hacerse palpable la diferencia entre los sindicatos de clase y el nuestro, exclusivamente de secundaria y corporativo.

Nada nuevo de no ser porque también en esta reunión más que en otras se ha ilustrado perfectamente que las diferencias políticas nos sitúan, al menos a los miembros de mi sindcato presentes, mucho más "a la izquierda" en términos clásicos que los acreditados representantes de los sindicatos de clase socialistas, comunistas o filoanarquistas. Bueno, más "a la izquierda" que estos últimos quizás no pero es que estos chicos, los anarquistas -buena gente por demás-, viven en la "revolución permanente" y es difícil pasarles por la izquierda.

Uno de los más conspicuos representantes de la Gran Central Sindical me preguntó con inocente perplejidad: "¿Pero qué hacéis en un sindicato corporativista?".

No tuve tiempo de explicarle cómo lo veo yo. Tampoco es que todavía lo tenga claro. Sin embargo, me parece que los sujetos no funcionamos en una única red. No tenemos una única posición en un sistema determinado. Somos asalariados, por ejemplo, y eso nos coloca en una determinada posición respecto al subsistema económico. También somos ciudadanos y esa posición, en el subsistema político, no es una traducción ni una réplica exacta de la anterior porque los dos sistemas son distintos y nuestros papeles en ellos también. Otro tanto pasa con nuestro rol como sujetos dotados relaciones de parentesco (solteros, casados, con hijos, sin hijos, con familia, sin familia). También tenemos un papel distinto en el sistema que somos cada uno nosotros mismos para nosotros. Asimismo, somos ciudadanos para nosotros pero podemos ser tratados como súbditos en el marco del subsistema político y como padres deslegitimados, aunque nosotros nos creamos legitimados, por nuestros hijos en el subsistema de parentesco, etc.

Es decir, no somos un único sujeto que funiona en todas las dimensiones de su vida y en todos los sistemas y subsistemas o meros agregados de elementos que no pueden ser considerados sistemas como tales, de la misma forma.

Como profesor de secundaria asalariado mis objetivos no concuerdan con mis objetivos como padre, ciudadano, amigo, escritor a tiempo parcial, amigo, contribuyente, etc. Y esta multidimensionalidad, esta fragmentación no está siendo, creo, suficientemente entendida por la izquierda. Tampoco sé si la derecha lo entiende pero eso me preocupa menos.

La creciente desafección política en Europa también tendría entonces que ver, si mi razonamiento es plausible, con la frustración entre la dimensión en la cual somos tomados por los partidos "de izquierdas" (y sólo me refiero a ellos porque son los que generan mayor frustración entre las capas medias y bajas de nuestras sociedades) y nuestra multidimensionalidad irreductible a la condición de asalariados-súbditos-solidarios-de-un-proyecto-nacional-al-que- estamos-dispuestos-a-contribuir-con-nuestro-esfuerzo.

Estamos demasiado fragmentados y compartimentados para caber en los estrechos márgenes del sujeto pensado por la izquierda. Queda demasiado de nosotros fuera. Y la llamada "derecha", por supuesto, no tiene un contenedor mucho más amplio...