La estrecha solidaridad entre los movimiento revolucionarios, la izquierda política y, en general, las corrientes críticas del pensamiento occidental de los últimos siglos y la ciencia no es un mero accidente, como señala Sokal, ni una asociación forzada por el movimiento político más "cientifista", el marxismo: ha sido, y uno empieza a creer que debería seguir siendo, uno de los pilares de la transformación social, de la búsqueda de la equidad económica y de la libertad de pensamiento y expresión.
Y que este vínculo ha recorrido prácticamente toda la llamada "izquierda" lo ilustra este texto de uno de los "padres" de la tendencia menos afín a los dogmas clásicos y más abierta a esos "otros discursos y saberes" de los que el relativismo postmoderno se ha hecho portavoz, el pensamiento anarquista o libertario. Escribió Mikhail Bakunin hace ya más de ciento cincuenta años:
"No culpemos a las consecuencias, volvámonos hacia las causas de raíz. La ciencia de las escuelas es el producto del espíritu burgués; y los representantes de esta ciencia nacieron, crecieron y fueron educados en un medio burgués bajo la influencia del espíritu y los intereses exclusivos de la burguesía. Por consiguiente, es lógico que esta ciencia, así como sus representantes, sea enemiga de la emancipación real y plena del. proletariado, y que sus teorías económicas, filosóficas, políticas y sociales, elaboradas coherentemente dentro del mismo espíritu, tengan como única meta demostrar la incapacidad de las clases trabajadoras y la misión gobernante de la burguesía hasta el fin de los tiempos, porque la opulencia le proporciona conocimiento y el conocimiento, por su parte, le proporciona la oportunidad de enriquecerse todavía más.
¿Cómo pueden romper los trabajadores este círculo vicioso? Naturalmente, deben adquirir conocimiento y tomar posesión de la ciencia,
poderosa arma sin la cual pueden desde luego hacer revoluciones, pero no erigir sobre las ruinas de los privilegios burgueses la igualdad de derechos, la justicia y la libertad que constituyen la verdadera base de todas sus aspiraciones políticas y sociales" (Escritos de filosofía política, I, trad. Antonio Escohotado, p78-79).
Sin la ciencia estamos más desnudos y más perdidos que con ella.