Hasta la Wiki ya se ha hecho eco del acontecimiento. Craig Venter, o mejor dicho, su equipo, ha logrado quebrantar la ley biológica que postulaba que una célula sólo podía generarse a partir de la mitosis de otra ya existente. Eso es lo que dice
El País. Lógicamente, las cosas son un poco más complejas pero como titular la creación de una forma de vida sintética por primera vez en la historia ya les vale y a nosotros, lectores y espectadores también.
Los medios se explayan en las infinitas posibilidades que se abren: producción de bacterias curativas, de organismos que ayuden a combatir el cambio climático... Todo eso está muy bien pero parecen olvidarse que los usos militares, delictivos o, simplemente, empresariales de los desarrollos futuros de este camino no se conjuran con un simple "Esto, también reabre el debate ético..." sino con un buen sistema de controles y límites que regulen al máximo un territorio tan incierto y peligroso. La urgencia de una moratoria en el incontrolado desarrollo tecnológico sigue siendo un objetivo ético y político de primer orden.