7 de abril de 2010

7 de abril de 2010: cielo y acero (I)


A menudo, el cielo que vemos a través de nuestras ventanas es el que contemplaremos la mayor parte de nuestra vida. Nuestra misma percepción del espacio en tanto cualidad y su funcionamiento en nuestra metafísica de lo real quedarán mediados por esta, casi podría decirse, "triste" restricción cotidiana.

Es por eso que aun no me he repuesto de la colocación de una gigantesca grúa de más de veinticinco metros de altura a dos calles de casa: desde el sofá, su brazo abarca completamente el cielo visible.

Claramente, nada bueno se podrá esperar en el futuo de cualquier proposición metafísica que se me ocurra hacer.