30 de noviembre de 2015

Modas y tendencias educativas

 

Este fin de semana se celebraron en Barcelona las IV Jornadas de secundaria organizadas por el sindicato. El tema de este año: "Modas y tendencias educativas". Tanto Xavier como Alberto han dejado constancia de sus impresiones al respecto. Para no repetirse, uno dejaría de lado las cuestiones más afectivas para fijar la vista en algunas de las conclusiones teóricas sobre la educación en las que la inmensa mayoría de participantes (y ponentes) coincidieron y que, evidentemente, no son muchas y además de escasas parecen hasta tan obvias que da apuro reprara en ellas pero en el mercadillo de la charlatanería en que se ha convertido el asunto de la enseñanza y la educación en España en los últimos años estas, lo claro e innegable acostumbra a olvidarse para evitar extraer incómodas consecuencias.

Por ejemplo:

a) que no hay respuestas simples e inmediatas a problemas complejos. Respuestas como las que ahora pueblan los medios de la mano de la empresa Marina Entertainment son burdas, simples y demagógicas. En la mejora del sistema educativo, aceptando de antemano que se habla de ésta en el marco de una estructura política y socio-económica determinada y no otra, intervienen muchos factores, unos conocidos, otros menospreciados y otros quizás desconocidos y, de momento, las corroboraciones empíricas tan sólo han mostrado que los intentos de incidir en alguno de ellos aisladamente (métodos didácticos, gestión de los centros, normativas, recursos, profesorado, etc.) no han producido mejoras apreciables en el conjunto del sistema por no decir que la mayoría de estos ensayos han resultado inocuos y algunos desastrosos;

b) que lo que sí podemos saber con más o menos certidumbre, a partir de los datos contrastables, es lo que no funciona. Así, la reforma educativa española emprendida en los años noventa por la izquierda que se plasmó en la LOGSE o la falta de un mínimo consenso político que provoca cambios legislativos constantes que impiden evaluar razonablemente qué modificaciones se revelan como impertinentes o inadecuadas y cuáles contribuyen a su mejora; o

c) que los experimentos, citando a un político español de no muy agradable recuerdo, "en casa y con gasesosa"; es decir, que deben probarse primero en pequeños segmentos representativos del sistema preservando las cautelas necesarias (por ejemplo, grupos de control, supervisión por terceras instancias no implicadas en el proceso, etc.) para poder ser evaluados antes de su masiva e imprudente introducción;

Una última observación sobre los ponentes. Conocedor y seguidor de Gregorio Luri y Alberto Royo, sus contribuciones no depararon ninguna sorpresa: fueron consistentes, persuasivos, razonables y creativos como acostumbran a serlo. Es un placer escucharlos y siguen dando "qué pensar". Sergi Sanmartí, el defensor de la validez del "aprendizaje por proyectos", fue valiente exponiendo sus tesis ante un auditorio poco predispuesto a dar un voto de confianza a según qué propuestas que ofrecen demasiadas incertidumbres. En cambio, José Manuel Lacasa fue una revelación. Aunque no sea ningún recién llegado (llevó las riendas de la revista "Magisterio") desconocía su singular combinación de rigor científico, ánimo crítico y prudencia teórica. Frente a la verborrea vacua y ruidosa de tantos "expertos" los minuciosos análisis de Lacasa presentan con sobriedad y sin estridencias la contundencia de una realidad que no se deja embaucar fácilmente a poco que se la intente "mirar" con empeño objetivo.

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