Rais,
en su cuaderno, realiza un apunte reflexivo interesante sobre la escritura digital y el problema de la verdad. Concluye que:
"Precisamente, la oposición verdadero-falso es fundamental en la escritura digital, ya que nunca fue tan fácil falsificar algo o repetirlo, sin embargo, en Internet se suele pensar que todo twitt es verdadero y que toda fuente de información es veraz. Los hoax nunca habían proliferado tanto. Este dominio de la verdad oculta, este poder de lo falso, esta capacidad de imponer narraciones falsas con facilidad, debe hacernos cambiar nuestra manera de leer y escribir,
para liberarnos de esta concepción de la vida reduccionista y
malintencionada. Pero no podemos volver a la escuela, allí aún no
enseñan nada para este nuevo mundo. ¿Y nuestros hijos? Pues si antes se
decía que la vida se aprendía en la calle, hoy afortunadamente, se hace
en la calle de los videojuegos."
La duda que a uno le surge a renglón seguido del texto de Rais es si la escritura digital es una nueva forma de escritura, de naturaleza substancialmente diferente o, simplemente, una de tantas formas de inscripción sometidas a los principios que Derrida enunció hace unas décadas. Si fuera este el caso, el nuevo mundo que dibuja la escritura digital no sería tan nuevo y la manera de leer y escribir críticamente no habría que buscarla muy lejos: la tenemos a nuestra mano en la tradición de la filosofía occidental que desde Marx, Nietzsche y Freud llega hasta Derrida.