9 de noviembre de 2013

Crónica de la Nueva Edad (09/11/2013)


En una comida, tras defender argumentadamente la conveniencia de realizar un referéndum de autodeterminación en Catalunya y ante la perplejidad de algunos de los comensales y sus contraargumentos centrados en la "regresión al infinito" que la noción de "comunidad" - no le gusta a uno usar los conceptos de "nación" o, peor todavía, "patria" - implica, como el derecho de autoderminación de les Terres de l'Ebre, de la Vall d'Aran o de l'Empordà, por ejemplo, me preguntan, capciosamente porque mi interlocutor cree conocer la respuesta por adelantado, acerca de si eso equivale a afirmar que votaría sí a la secesión de Catalunya.

Contesto que no lo he pensado. Lo cual no gusta a nadie, como no podía ser de otra manera. Añado que tampoco tengo claro si votaría y que, en todo caso, es muy probable que, salvo circunstancias excepcionales (la concreción de una amenaza "negra" a cualquiera de los dos lados del Ebro), mi voto no obedeciera a criterios políticos o ideológicos pues el asunto me parece, lo he dicho ya repetidamente, una cuestión menor que en modo alguno contribuye a paliar el sufrimiento de los seres humanos comparado, al menos, con el gasto de energías que precisa y que podría dedicarse a otros fines.

Así pues, si votara, creo que mi opción se orientaría por aspectos prácticos: qué elección garantizaría mejor el cobro de mi sueldo y mi jubilación o las posibilidades laborales de mis hijos, qué respuesta aseguraría la doble nacionalidad o el derecho a usar indistintamente el catalán y el castellano, por simple comodidad y cálculo de beneficios en ambos casos, etc. Cuestiones muy de corto alcance, de "perspectiva de ranas" (Ernst Bloch), ciertamente. Pero es que en esa perspectiva es donde nos sitúa cualquier nacionalismo: da igual si nos las habemos ante el opresor y el oprimido o el dominante y el emergente.

Mi respuesta no gustó a nadie. Todos buscaron mi "voto oculto". El resultado fue dispar. No hubo acuerdo entre si uno es un unionista, como correspondería a mis orígenes, o un secesionista, como correspondería a mi trayectoria posterior.

Afortunadamente, el tema no dio para más. Es lo que tiene la perspectiva de las ranas...