La división que la cuestión "nacional" está provocando en la batalla contra el desmantelamiento del Estado del Bienestar gana en intensidad en estas tierras mostrando con ello los efectos opiáceos de la religiosidad
nacionalista y respaldando la proximidad entre nacionalismo e ideología,
en el sentido marxiano del término.
Recibe uno - en su guardia sindical - un correo electrónico de una simpatizante, o algo así, en el que critica nuestra táctica (la de la Plataforma Sindical Unitaria de los sindicatos de la Función Pública de Catalunya) de manifestarnos en la Plaça Sant Jaume, delante del
Palau de la Generalitat:
"Benvolguts/des companys/es dels sindicats i col.lectius de
ciutadania,
torno a dir-ho: NO HO FEM BÉ!! Per què fem les
manifestacions, els talls de trànsit, les vagues de treballadors (funcionaris,
metges, personal sanitari, farmacèutics, transportistes, autònoms, etc.) i
estudiants a la Pl.Sant Jaume, a altres llocs de Catalunya i així cada dia?
No ens manifestem tots junts on toca que és al C/ Mallorca, davant de
la Delegació del Govern Central de Madrid que és el màxim culpable de tot el que
està passant amb l'atur i les retallades!! Amb això no estic dient que el
Govern de la Generalitat sigui completament innocent, és clar que no, però el
problema gros ve del Govern Central Espanyol que no para d'escanyar a la
Generalitat i, per tant, a tots els catalans. Però què no ho veieu?"
("Queridos/as compañeros/as de los sindicatos y colectivos de la ciudadanía,
vuelvo a decirlo: NO LO HACEMOS BIEN!! Por qué las manifestaciones, los cortes de tránsito, las huelgas de trabajadores (funcionarios, médicos, personal sanitario, farmacéuticos, transportistas, autóinomos, etc.) y estudiantes en la Plaza Sant Jaume, en otros lugares de Catalunya y así cada día?
No nos manifestamos todos donde toca que és en la Calle Mallorca, ante la Delegación del Gobierno Central de Madrid que es el máximo culpable de todo lo que está pasando con el paro y los recortes!! Con esto no estoy diciendo que el Govern de la Generalitat sea completamente inocente, por supuesto que no, pero el grueso del problema viene del Gobierno Central Español que no cesa de estrangular a la Generalitat y, por tanto, a todos los catalanes. Pero es que no lo véis?")
No es la única. Una buena parte de los afiliados y simpatizantes del sindicato del sector más radicalmente independentista es probable que compartan esta crítica y rehúsen manifestarse donde "todos" los sindicatos (incluidos algunos marcadamente secesionistas) hemos decidido. Lo mismo nos pasaría si convocáramos las protestas delante de la Delegación del Gobierno. Serían entonces los unionistas los que nos criticarían y rechazarían acudir. Y en esas estamos. Si ya cuesta movilizar a los asalariados en las circunstancias actuales, cuando se pone en circulación el opio nacionalista la cosa se complica mucho más...
Esto no hace más que reafirmar la opinión de uno de que los nacionalismos acostumbran a ser perjudiciales para la mayoría de las luchas por la justicia social.