17 de noviembre de 2011

Sonrojándose por la nueva vida de "Del Tercer Reich"


Un querido y admirado poeta comentó un día en el que uno se lamentaba de la escasa atención que se le había brindado a Del Tercer Reich que era un libro de "largo aliento con más de una vida". Uno no pudo evitar pensar que se trataba del normal comentario de consuelo y seguramente así era. Sin embargo, en estos dos últimos años, y al socaire de Filosofía de la minucia y de la desinteresada publicidad que poetas como Jorge Riechmann, Esteban Gutiérrez o Antonio Orihuela hacen de él, parece que -realmente- esté teniendo una segunda vida.

Paul Cahill incluirá un capítulo sobre el texto en su ensayo sobre la poesía española contemporánea y el Holocausto, al lado de otros poetas mayores contemporáneos y Viktor Gómez, Vik, le dedicaba el otro día en su Blog un comentario que no pudo por menos de sonrojarme:

"Por mediación de Paul Cahill descubrí y leí muy recientemente un libro (que me regaló el también poeta A. M. R.) que me impactó por su actualidad, por su vigencia en la indagación deliberativa y preguntas esenciales, para comprender dónde estamos y cómo son las reglas de juego del exterior, es decir, de la sociedad contemporánea. J. Jorge Sánchez (Barcelona, 1964) propicia desde sus poemas un confrontar pasado y revisitarlo desde el presente. Ese unir en la lectura dos tiempos y su "entre" histórico, en rigor me sobrecoge, me aturde. Es como despertar súbitamente. Ese efecto tiene la lectura de Del tercer Reich. Hacer concordar piezas de un puzle, cuya imagen es borrosa e ininteligible hasta que está finalmente reenlazadas las piezas. La criminalidad individual y colectiva que estalló con el nazismo, La Shoa, la pasividad y la violencia, lo inenarrable... ¿acabaron en 1945? ¿qué fuerzas subsistieron? ¿cómo se transfiguró de lo absoluto visible a lo absoluto invisible ese fascismo? ¿Hoy, cómo nos afectan esas fuerzas destructivas y tan perversas como inteligentes?
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Un magnífico prólogo de Carlos Piera, ya sugiere:

Entonces se agolpan los motivos para tratar de ello, aunque tampoco se puede, en poesía. Es "un margen más allá del cual / el absurdo se vuelva nada" y en esa extremidad suya, por mucho que le acompañe un vértigo que sólo en el nace, ese "margen" central es como aquellas otras coordenadas imposibles en que la poesía se nos ha venido haciendo inevitable: la "naturaleza", el "tiempo" o la "muerte".

.../...

Si no tenemos delante a "Auschwitz" no podemos estar ya realmente vivos: no es que no haya poesía después, es que no haya nada, y que por tanto nuestra "deuda" con las víctimas es tanto más inagotable como cuanto que por ella existimos. ¿Cómo puede haber algo después de la aniquilación? Réplica: no estamos después.
Y ahora, en ese ahora debe penetrar el lector.
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Carlos Piera"

Lo dicho. Gracias Paul. Gracias Jorge, Esteban, Antonio. Gracias Vik. Por fortuna no le ven a uno ruborizarse...