"En una época como la nuestra, cuando la creciente complejidad de la vida apenas si nos deja espacio para leer, cuando el mapa de Europa acaba de experimentar profundas modificaciones y está, acaso, en vísperas de pasar a otras mayores y hay tantos problemas nuevos y amenazadores asomando por doquiera, me reconocerá usted que tenemos derecho a pedir a un escritor que sea algo más que un ingenio sutil que nos hace olvidar en discusiones ociosas y bizantinas sobre méritos de pura forma ese peligro en que estamos de vernos invadidos de un momento a otro por un doble tropel de bárbaros, los de afuera y los de adentro." (
En busca del tiempo perdido, vol. II, trad. de Pedro Salinas).