Hace unos días recibí un correo de Alberto García Teresa dando a conocer la campaña que "Voces del extremo" ha emprendido para pedir la liberación del poeta qatarí
Al-Ajami. A pesar de que cada vez uno participa menos en estas peticiones que tanto tienen de simbólicas, suscribí, finalmente, este comunicado:
"Por lo expresado en sus poemas, el poeta de Qatar Mohammed Ibn ad-Dib al-Ajami fue detenido en noviembre de 2011. Se le acusó de incitación a derrocar el régimen e injurias al emir de Qatar, y fue condenado a 15 años de cárcel, tras conmutarle la pena de cadena perpetua que se le impuso a finales de 2012. Según los cargos, oficialmente, la causa es un poema escrito en 2010 en El Cairo, muy crítico con su gobierno, aunque se considera que la represión se ha debido a la difusión de su “Todos somos Túnez y la revolución de los jazmines”, compuesto durante la “primavera árabe” en diciembre de 2011, en el cual al-Ajami apoya la revuelta, la extensión de la democracia y el respeto a los derechos humanos.
Desde “Voces del Extremo”, concebimos la poesía como una herramienta que une a los pueblos, que alienta el respeto por las diferencias y que contribuye a la construcción de una sociedad justa y consciente. Entendemos que el derecho a la cultura y a todos los instrumentos que favorezcan el pensamiento autónomo y crítico constituye un derecho fundamental, y atentar contra él supone arremeter contra uno de los elementos básicos que deben constituir una sociedad que aspire a la dignidad y a la felicidad de todos sus miembros.
Por ello, conscientes de la injusticia que dicha encarcelación supone, las personas participantes en los encuentros de poesía “Voces del Extremo” y otras/os poetas exigimos la inmediata liberación de Mohammed Ibn ad-Dib al-Ajami, así como la reparación moral del daño inflingido. Exigimos, igualmente, el respeto por la libertad de pensamiento y de expresión, tanto en Qatar como en el resto de regiones del mundo.
TODOS SOMOS TÚNEZ Y LA REVOLUCIÓN DE LOS JAZMINES
Mohammed Ibn ad-Dib al-Ajami
(Versión en castellano de Ana Abarquero y Laura Casielles)
Señor primer ministro, señor Muhammad Ganushi: miramos tu autoridad y no es constitucional.
No lloramos a Ben Ali ni lloramos por su tiempo; si se piensa en la historia, un instante será.
Era la dictadura de un sistema opresivo, Túnez se ha declarado en revuelta popular.
Si somos censurados, censura un vil rastrero; si alabamos, estamos convencidos de alabar.
Se encendió la revuelta con la sangre del pueblo, en cada persona vimos la salvación de los pueblos grabar.
Ya se sabe que el Gobierno hace de su capa un sayo y con cada triunfo siempre alguna tragedia va.
Que así sea en los países donde reina la ignorancia y creen que Estados Unidos por fuerza el prestigio da;
que así sea en los países donde el pueblo tiene hambre y halla el Gobierno su orgullo en la pobreza que hay;
que así sea en los países donde te duermes con una nacionalidad pero eres apátrida al despertar;
que así sea en los sistemas que por herencia reprimen: ¿esclavos de este egoísmo seréis mucho tiempo más?
¿Cuánto hace ya que el pueblo de su valor no es consciente? Los gobernantes lo engañan y a él se le vuelve a olvidar.
¿Por qué será que acabar con los sistemas tiranos es algo que un gobernante no suele elegir jamás?
El enfermo que en el trono se sienta enoja a su pueblo a sabiendas de que otro mañana ahí se sentará
sin pensar que esa patria que ha puesto a su nombre y al de sus hijos, patria del pueblo y de sus glorias es en verdad.
Una sola voz responde para un único destino: Todos somos Túnez frente a la élite que reprimiendo está.
Los Gobiernos árabes y quienes los representan son todos ladrones, sin ninguno exceptuar.
La pregunta desvelada al indagar en esta idea no encontrará su respuesta en ningún sitio oficial:
Puesto que todas las cosas las importan de Occidente, ¿por qué no importar también derechos y libertad?"