En la microhistoria de la relación de uno con su hijo, hoy se ha producido una de esas marcas axiales enhebrando las cuales se reconstruye más que un determinado proceso, una vida: hoy Marc ha ido por vez primera sin mi al cine. Me ha sustituido por un compañero del colegio para ver
Iron Man 3. Ya pasó hace unos años con Clàudia.
No le embarga a uno la pesadumbre, ni la melancolía. Algo deberá haber por las capas freáticas de mi mente de reptil. No cabe negarlo. Pero si lo consigno es, ante todo, testamentariamente: para que él se acuerde de la fecha dentro de muchos años si es que llega a leer estos apuntes.
Bueno y críticamente: me he quedado sin excusa para ir a verla.