El País se hace eco, con lo que parece una cierta perplejidad, del papel de la antaño televisión pública catalana. El martes pasado, ofreció el programa "Hola Europa" en el que se realizaba una descarada apología de la secesión. No es nada nuevo. Desde que una tal Mónica Terribas, que se suponía - o eso proclamaban sus valedores - que era una "auténtica profesional del periodismo" (¡oxímoron!), se hizo cargo de la dirección de TV3 durante el Tripartito, la deriva propagandista de la televisión catalana ha sido evidente. Hoy día el medio, y cualquier observador minimamente objetivo, es plenamente consciente de que, antes que una televisión pública catalana, es una televisión "nacional" catalana. Es otro mal signo del camino por el que está optando el secesionismo mayoritario: un nuevo estado debería evitar caer en los "vicios" del viejo del cual quiere desprenderse.