3 de mayo de 2012

¿Deslizamiento hacia la insurrección y la confrontación?


Tras una reunión de "negociación" en el Departamento de Enseñanza de la Generalitat uno ha salido con la sensación de que las posibilidades del deslizamiento de las clases asalariadas hacia la esperanza insurreccional se incrementan cada día que pasa.

He asistido, estupefacto, a un ejemplo de desmantelamiento del "Estado del bienestar" que dejará a interinos de más de 55 años a la intemperie. De nada han servido los razonamientos, las apelaciones al sentido común e incluso a la "humanidad" para suavizar la dureza de las medidas para con los afectados: la razón de Estado presupuestaria, vestida nacionalmente, ha sido inflexible. Incluso los sindicatos de clase, tan "colaboracionistas" de normal, han puesto el grito en el cielo. No era para menos. Su apuesta pactista se está convirtiendo, en semanas, en polvo ante sus ojos. Acabada la reunión, conspicuos representantes de estos sindicatos realizaban afirmaciones de tremenda radicalidad que seguramente se atemperaría con las horas pero que nunca antes había escuchado de sus labios.

A la salida, he caminado un rato por el centro de Barcelona para intentar calmarme y he visto a un grupo de jóvenes con sudaderas, capuchas, pasamontañas y mochilas, a pocas calles de donde los universitarios se concentraban para una manifestación. El grupo estaba escoltado por tres agentes de los Mossos d'Esquadra pero, ¡oh sorpresa!, estaban en pacífica y amistosa connivencia como he comprobado posteriormente: se hablaban entre ellos. ¿Qué llevaban en las mochilas? ¿Bibliografía secundaria? Uno de los encapuchados llevaba un pasamontañas con un símbolo anarquista. Y uno, que siempre ha menospreciado las teorías conspirativas y el papel de los "agentes provocadores" (por muchos que haya si eres inteligente y no caes en la provocación no consiguen sus objetivos), ha debido admitir que ahí estaban: preparados por si las cosas se torcían (o se enderezaban) y era preciso legitimar una actuación represiva.

Hace unos meses uno no habría dado demasiado pábulo a la hipótesis de la confabulación mediático-económico-represiva. No le era preciso al modo de producción para asegurar su mantenimiento. Ahora es una posibilidad a considerar. Lo cual significa que se perciben, claramente, los riesgos de que los asalariados se deslicen hacia posiciones insurreccionales siquiera como actitud de desesperación ante la magnitud y violencia del actual proceso de reestructuración del capital.

El riesgo de la confrontación existe. Las crecientes voces que se alzan (en los ministerios de Interior) solicitando la criminalización de la resistencia pasiva, el ejemplo de los estudiantes de Física que llevan desde la huelga general en prisión preventiva (una medida a todas luces desproporcionada), la insistencia en la desregulación de las condiciones laborales de los asalariados, la ferocidad de los "mercados", la voracidad de las grandes corporaciones y el volátil capital financiero, el empobrecimiento...

Cierto que, por estos lares, está listo el velo nacionalista para desenfocar las tendencias insurreccionales y que todo acabe en una confrontación en clave nacionalista (religiosa, por tanto) pero...