La fertilidad creativa de aquellos cuyos cuadernos sigo habitualmente me provoca una sana envidia. Han escrito bastante, algunos mucho y, como casi siempre, bien y atinadamente en estos dos meses. ¡Quién fuera capaz!
Ya he encontrado algunos poemas excelentes, observaciones brillantes e interesantes y otras que, además de las cualidades antes mencionadas, resultan simpáticas, agradables o humorísticas.
Una de ellas la proporciona José María Matás en su recomendable Blog "Apocalípticos e integrados" y se titula "Guerra al doble espacio".
La nota comienza así:
"Estimados organizadores de certámenes literarios:
¿Por
qué? Sí. ¿Por qué? Venga, ya sabéis de lo que estoy hablando. ¿Por qué
hay que enviar los originales a doble espacio y por una sola cara?
¿Cuándo se ha visto un libro a doble espacio e impreso por una sola
cara? ¿No sería odioso, prácticamente criminal, un libro a doble
espacio y por una sola cara? ¿Entonces por qué coño queréis leer a doble
espacio y por una sola cara montañas de papel? ¿Es una especie de
filtro o algo así? ¿Una forma de aterrorizar a posibles autores con
inclinaciones ecologistas? ¿Una manera de eliminar a la literatura que
emerge del lumpen-proletariado? Porque, claro, todo el mundo sabe que el
gremio de los escritores está compuesto por gente a la que le sobra el
dinero y que por menos de cincuenta euros no se permite un viaje a
Correos. Porque, ésa es otra. ¿Tienen que ser cinco copias? ¡Cinco! A
veces más. Eso hoy en día es ya una primera tirada para una editorial
modesta tirando a mediana. Por no hablar de que no existen sobres de esa
capacidad. Hay que hacerlos a medida y alquilar, primero a un porteador
con carné de manipulador de material pesado, y después a un psicólogo:
sí, es lo mínimo después de que el empleado de Correos te haya explicado
las modalidades de certificados que existen y las condiciones
específicas reservadas para este tipo de concursos."