1 de junio de 2012

Thank you for the music, Beirut


Ayer uno se reconcilió con el curso del acontecer, de nuevo, a la música. La semana pasada, por vez primera en años, hubo de abandonar el Liceo durante un entreacto. La extrema fatiga influyó en el hecho mas lo cierto es que no fui capaza de soportar, íntegra, Adriana Lecouvreur de Cilèa. La ópera en cuestión no es del estilo que uno oye o le gusta ver pero tras una nueva semana de "recortes" que desoyen el rechazo de la ciudadanía en las calles y en forma de huelga esperaba como agua de mayo el viaje a la República de las Notas. No pudo ser.

Esta semana, con poco tiempo para leer y escribir, presionados por la amenaza de nuevos "recortes" que presentíamos y que llegaron ayer tocando de nuevo a los más desfavorecidos (personal sustituto que no cobrará el mes de julio y que no percibirá el próximo curso más que el 85% de la retribución que les correspondería, acompañados de un recorte en horas sindicales para amordazarnos y contribuir a la "paz social"), huimos al "Primavera Sound" con los últimos euros que quedaban en la cuenta buscando asilo en la República de las Notas. Y ésta nos acogió.

Primero Field Music, con su pop aseado y simpático y luego, sobre todo, Zach Condon y su Beirut. Un concierto espectacular, vibrante, trabajado. El mérito de Condon y sus compañeros como compositor y arreglista (o de sus arreglistas) es enorme: lograr que un trombón pueda cargar con el punto álgido de una canción pop o que la formación de un acordeonista, dos trompetas, un trombón, un contrabajo eléctrico y una batería soporte la mayoría de las composiciones es algo inédito (o casi) en la música pop contemporánea. Ritmos balcánicos (uno recordaba a Kusturica) y mejicanos (momentos "mariachis") sabiamente combinados con la mejor tradición melódica británica y norteamericana. Una gozada.

Luego, más modestos, The XX, una de las revelaciones de los últimos dos años que, pese a un montaje tecno-vintage, resultaron gélidos y monótonos.

Ahora, con pocas horas de sueño hacia la vida sindical: a hacer acopio de nuevas frustraciones. Nadie le puede, sin embargo, quitar a uno lo bailado anoche. Thank you for the music, Beirut.