24 de junio de 2012

¿Pan y circo?


Estos días, a cuenta de la concurrencia de la saturación mediática sobre la crisis de la deuda soberana española y la Eurocopa, uno ha escuchado a muchos describir la situación en términos de "pan y circo".

No cabe negar que algo de ello hay. Sin embargo:

a) ese mismo, o similar, "pan y circo" gobernaba nuestras vidas hace tres años y no era ni un objeto de crítica punzante ni un descriptor de la realidad tan omnipresente como lo es ahora. ¿Es que los certeros análisis de Débord provienen de la semana pasada?;

b) si se entiende el "pan y circo" como una estrategia institucional de los administradores del sistema productivo, habría que anotar que no se ciñe exclusivamente al fútbol sino que abarca otros ámbitos. Por ejemplo, abunda en la "alta cultura" (publicaciones, crítica, suplementos culturales, premios, debates, cursos, conferencias, congresos, etc.): quien haya presenciado - con la suficiente distancia (la del que no es un ciudadano de pleno derecho de la República de las Letras) - un acto de reconocimiento dedicado a un insigne artista local (o no tan local) no negará que el espectáculo de consumo no tiene un cierto "aire de familia" con el "deporte rey";

c) en cierto sentido, podría demostrarse que el "pan y circo" no es una reciente excrecencia indebida y maligna sino que ha estado funcionando, desde siempre, en el mismo meollo de la construcción imaginaria de la realidad social, al menos en las culturas "históricas" occidentales y, para muestra, leamos a Platón o retrocedamos hasta Homero...

Dicho esto, el "pan y circo", tomado en su aristotélica medida, puede resultar sanamente catártico. Y, tomado en su justa medida, implicaría verlo como "puro" espectáculo si es que eso fuera posible y plausible. Es lo que intenta uno. Por ello, sintiéndolo mucho, la retórica mediática que, con ocasión del Grecia-Alemania, proclamaba la metaforicidad política y moral de una posible victoria helénica, hasta el punto que algunos nos sentimos mal por esperar una victoria teutona, se difuminó al ver a Klose como titular de la Mannschaft. Ganó Alemania, como debía ser: lamentablemente para los justicieros, juegan mejor al fútbol que Grecia desde hace varias décadas. Y, en el horizonte, España, aunque les pese a las distintas "cavernas": su fútbol sigue siendo extraordinario y está un paso por encima de todos los demás.

En el otro lado de la balanza, los Heat de Miami eliminaron a mis queridos Celtics. Y mis más amados Lakers ni siquiera llegaron a las finales de Conferencia. El triunfo de James, Bosh y Wade no ha sido, precisamente, catártico...