Del insólito diálogo con Viktor Gómez surgió, por fin, la semana pasada, la manera de acabar el poema para la antología que ha promovido Ana Pérez Cañamares sobre las Brigadas Internacionales. El injerto de una frase de un poema de Viktor, "La luz es la canción de los muertos", tanto en el encabezamiento como en el cuerpo del texto permitió concluir el juego de citas que no se había logrado lanzar hacia un "más allá".
"Fosa común", así ha titulado uno el poema, empezó como un homenaje a la memoria de mi abuelo y a su recuerdo de la Guerra Civil pero se asoció en seguida con la problemática del
double bind, de la contaminación y la mezcla de la ausencia y la presencia planteados por Derrida, con unos poemas de
Cuaderno de Berlin de Jorge Riechmann, con unas observaciones de Álvaro Valverde y Antonio Orihuela (bien dispares ambas) sobre el cementerio de Yuste y con el famoso poema de Dionisio Ridruejo "Nuestros muertos de Rusia". Ese brebaje es el que la frase de Viktor cerró.
Lo subiré un día de estos por aquí.