30 de mayo de 2011

30 de mayo de 2011: pasado que se hace presente


A. contacta conmigo, después de diez años sin vernos, gracias a este cuaderno y le proporciona a uno una gran alegría. Fue una de esas alumnas que no olvidas por su carácter, su sentido del humor y por tener una personalidad ya dibujada y en funcionamiento con poco más de 15 años. La Filosofía no parecía ser santa de su devoción pero se le daba bien, como las demás asignaturas.

Me escribe y me cuenta que me ha encontrado en el espacio de la Comunidad pese a mis precauciones que incluyen cambio de nombre, que no de apellidos. Tiene ya dos hijos y espera que cuando lleguen al Instituto se encuentren con un profesor como el que escribe. Logro enorgullecerme brevemente, aunque uno lleve tiempo sin tener claro si hizo bien a sus alumnos con su actitud relativista. Supongo que cuando nos veamos lo aclararé un poco más (o menos).

Por cierto. La nota de ayer incluía en su título "fin de la acampada" sin que hubiera ninguna referencia luego en el cuerpo del texto: mientras la escribía llegó la noticia de que continuaba y la memoria de uno no está para según que trotes...