Con el poema "Objeciones de Radovan Karadzic a las críticas a su poesía" (título provisional del poema que me ha ocupado todo este agosto) que aun sigo tratando de domar tras unos días de pausa por el calor (un calor que persiste y se intensifica pero del que me voy logrando zafar poco a poco mentalmente), doy por cerrado el volumen en el que he estado trabajando estos dos últimos años.
En una primera lectura he decidido dejar fuera unas notas de prosa breve que iba a desarrollar en un epílogo y que, brevemente retocadas, subo aquí. El resto está listo para pasar a los amigos y que comience el despiece.
La prosa debía llamarse "Epílogo: ciberespacio, blogosfera, entropía y poesía" y es esta:
"El ciberespacio está contaminado. Páginas web sin actualizar, enlaces rotos, redireccionamientos no deseados, buscadores saturados de publicidad, sitios web perdidos o abandonados, dominios suplantados... La toxicidad del ciberespacio, de sus desechos, va aumentando y en algunas zonas empieza a ser un verdadero problema navegar por entre tanto desecho.
En la Blogosfera, esa singular provincia del ciberespacio, la contaminación se agrava. Al ruido del desecho se añaden toda una serie de residuos y desperdicios propios de la materia prima que alimenta la mayoría de las bitácoras: la palabra.
Contaminación verbal más que icónica o auditiva que se acumula a la que resulta del propio crecimiento de la población y las comunidades en el ciberespacio. Textos citados y recitados hasta la redundancia más sobrecogedora, lugares comunes reiterados hasta la saciedad, autocitas, referencias cruzadas entre comunidades cerradas sobre sí mismas, y, por qué no decirlo también, una sobreabundancia de poemas que aturde con su exceso.
¿Democratización de la poesía? No necesariamente. El canon sincrónico sigue firmemente controlado por las oligarquías editoriales. Sólo en el diacrónico la opinión pública y la comunidad de lectores (una élite minoritaria, dicho sea de paso, con sus ataques de distinción y esnobismo) intervienen de una manera decisiva.
¿Añoranza de los tiempos en que la poesía se concentraba en el libro o la revista? No necesariamente. La menor cantidad de producción no asegura una mayor calidad ni a la inversa.
Simplemente, constatación de que el furor asesino de la entropía persigue a la poesía allí donde se manifiesta y acabará por aniquilarla."