Me ha llegado por correo electrónico el manuscrito de la tercera novela de mi hermano. No es porque sea mi hermano pero su primera novela, que vegeta en las estanterías de una editorial esperando desde hace tiempo, mucho tiempo, una decisión sobre su publicación, es una de las mejores novelas que he leído nunca y la segunda,
Caja negra, que ganó el XI Premio Lengua de Trapo y tuvo una excelente acogida en la crítica (incluido
El País...) es también un texto extraordinario.
Pues será porque es mi hermano... El caso es que había empezado la lectura de
El plantador de tabaco de John Barth, que me estaba pareciendo una obra maestra, y creo que voy a tener que dejarla de lado: no sé si doy para tanto y Barth no es familiar directo.
Ahora a imprimirla.