16 de enero de 2013

"Fantasy Football" y "Call of Duty" (y IV)



Pese a que las inferencias de Grossmann relacionando proporcionalmente videojuegos de "realidad vitual" e inhibición de principios morales quizás sean excesivas, el acento que pone en el ensayo, en el ejercicio, en la vida en la "segunda realidad" commo práctica y guía para la acción - nefasta , por cierto - en la primera, es lo que uno quisiera retener aquí.

No es sólo que a los participantes en estas comunidades les falte algo que les proporciona y cubre la realidad virtual (eso también parece razonable) sino que pueden tener pocas carencias o de una intensidad baja y, sin embargo, utilizar esta "segunda realidad" para disfrutar pero también para simular conductas posibles, para ejercitarse cara a situaciones posibles o imprevistas.

De hecho, una función semejante pueden cumplir -entre otras muchas- los juegos. Como recoge Davidson, en El nazi perfecto, citando a Sebastian Haffner a propósito del caldo de cultivo del nazismo: "las raíces se encuentran ahí: en la experiencia de la guerra, no de los soldados alemanes en el frente, sino de los colegiales alemanes en casa [...] La auténtica generación nazi la formaron los nacidos en la década de 1900 a 1910, que vivieron la guerra como un gran juego y no se vieron afectados por sus realidades" (p70.  Puede que no estuviéramos ante una novedad axial.

No sería, pues, un mero "complemento" que subsanaría o compensaría. Tampoco un mero "suplemento" que estaría "en lugar de", que lisa y llanamente, suplantaría. Más bien parecería que estaríamos ante una "adyacencia". Complemento y suplemento pero, también, adyacencia que añade (¿y enriquece o empobrece?), que ensancha, que abre (y al abrir, cierra, por supuesto).

Si esta perspectiva fuera plausible, la inmersión en la realidad virtual no debería ser fácilmente condenada como un oropel retórico del cual una vida plena nos eximiría sino como un mundo en cuya experiencia los sujetos, aparte de suplir carencias o compensar limitaciones, modelizarían patrones de conducta cara al "primer mundo".

Quedaría, no obstante, por responder la pregunta ¿qué modelos de conducta obtiene el que escribe de estas dos realidades en las que se sumerge en cuanto puede? ¿No sería mejor aplicarle el modelo del suplemento o incluso del complemento que el de la adyacencia y más a estas edades?...