La posibilidad de que, a la luz de este "retorno de lo reprimido" que distinguiría - entre otros muchos aspectos - el fenómeno secesionista catalán, pueda considerarse que existen tendencias vinculadas a nuestra constitución biológica y evolutiva que exceden cualquier capacidad de mejora moral o intelectual; de que una cierta "condición humana" de largo aliento (tal vez tan antigua como el
homo sapiens, tal vez capaz de remontarse al Neolítico) pueda hacer trizas cualquier proyecto utópico o siquiera bienintencionado, eso para no hablar de otras múltiples e incontables contingencias, le obliga a uno a emprender un cierto alejamiento de la "actualidad" para intentar pensarla otra vez más allá de los esquemas que había hecho servir hasta ahora. Sin urgencias: lo importante no es idéntico a lo urgente. Una especie de retirada de la política. Seguramente hacia la ética aunque también podría ser hacia la estética. Es pronto para saberlo todavía.
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