Aprovechando esta "retirada" de la actualidad debe uno agradecer a Virginia Trueba el prólogo que ha escrito al ensayo que Viktor Gómez se ofreció a publicar en Amargord y que ya tiene en sus manos. El texto de Virginia lleva por sugerente título "La respuesta como la desgracia de la pregunta" y cumple a la perfección el double-bind deconstructivo: es una incitación a la lectura de las reflexiones que uno ha articulado sobre la naturaleza de la Literatura en los últimos años (o más bien sobre la falta de esa naturaleza propia e intransferible) y, al tiempo, una acertada invitación a la crítica de algunos aspectos de las afirmaciones, preguntas y propuestas allí. El ensayo lleva por título Literatura sin esencia (exploraciones en Teoría Literaria) y verá la luz en la primavera del año que viene.
Y ensancha este alejamiento saber que Clàudia, que está presentando un trabajo en una sede del Max Planck en Plön, visitará estos días la Buddenbrookhaus de Lübeck, la mansión familiar de los Mann que Thomas retrató en su famosa novela que se ha convertido en museo dedicado a su obra y la de su hermano Heinrich. Hablando anoche con ella, la posibilidad de comprar un billete y pasar el fin de semana contemplando un fetiche de ese burgués y ficticio mundo humanista y cosmopolita encarnado por el autor de La montaña mágica, me pareció mucho más que una mera inconsciente proyección libidinal o una ignorada cosificación: me pareció una auténtica muestra de eticidad universal.
Sobre la relació entre art i vida
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S’ha discutit molt sobre qui o què imita i què fa de model. Diria que és un
trajecte d’anada i tornada; això sí, no sempre amb el mateix nivell. Havia
d...
Hace 2 semanas
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