"¿y quién se acordará de nosotros? Apenas quedarán dos líneas en los libros de historia. Un párrafo a lo sumo... Yo creía, y lo creía muy en serio, que si ese libro caía en las manos de miles de personas todo cambiaría de golpe. Que veríamos alzarse una ola de arrepentimiento, de lágrimas. ¿Y que sucedió en realidad? Pues que todo lo que fue escrito llegó a las librerías y todo lo que se rumió en secreto apareció publicado en la prensa. ¿Sirvió de algo? ¿Sirvió? Ahora todos esos libros se venden a precio de saldo. Los cubre el polvo. Nadie les hace el menor caso ya..." (
El fin del "Homo sovieticus", trad. de Jorge Ferrer, p360).
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